26/01/2012 Discursos y Alocuciones Palacio Federal Legislativo, Caracas, Distrito Capital, Venezuela.

26/01/2012. Discursos y Alocuciones. Comandante Presidente. Palacio Federal Legislativo, Caracas, Distrito Capital, Venezuela.
 
Intervención del Comandante Presidente Hugo Chávez en el oficio fúnebre organizado en memoria del procurador general de la República Bolivariana de Venezuela Carlos Escarrá Malavé

Presentador Hace entrada al hemiciclo protocolar el comandante Hugo Chávez Frías, presidente de la República Bolivariana de Venezuela, acompañado por la junta directiva de la Asamblea Nacional.

Asistentes [aplausos].

[Comentarios del periodista el Sistema Nacional de Medios Públicos]

Presentador Para continuar con el merecido homenaje en la memoria de nuestro camarada y amigo, el doctor Carlos Escarrá Malavé, procurador general de la República, tendremos un oficio fúnebre a cargo del padre Numa Molina, rector del templo de San Francisco, acompañado por los padres Luis Molina y Omar Gómez.

Rector del templo de San Francisco, Numa Molina En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo, amén.

La gracia que nos alcanzó Jesús, el amor de Dios Padre y la fuerza que nos viene del espíritu esté siempre con ustedes.

Asistentes Y con tu espíritu.

Rector del templo de San Francisco, Numa Molina Escuchemos una canción que nos recuerda esas mujeres para las que tanto se entregó Carlos y luchó, que son las Madres del Barrio, las mujeres sencillas, porque también nos transporta a sus años de pequeño, y porque nos invita a reflexionar sobre lo que es la vida de nuestras madres sencillas de nuestro pueblo.

[Canción a las madres del barrio]

Rector del templo de San Francisco, Numa Molina Y ahora le pedimos al Señor también que nos perdone por nuestras incoherencias, porque como seres humanos y como cristianos nos equivocamos, y es como un momento propicio para pedirle al Señor perdón por las veces en que no hemos sido fieles a nuestra condición cristianos coherentes, con nuestros principios de amor a Dios y al prójimo. Decimos juntos: Yo confieso ante Dios Todopoderoso, y ante ustedes hermanos, que he pecado mucho de pensamiento, palabra, obra y omisión. Por mi culpa, por mi culpa, por mi gran culpa.

Asistentes Yo confieso ante Dios Todopoderoso, y ante ustedes hermanos, que he pecado mucho de pensamiento, palabra, obra y omisión. Por mi culpa, por mi culpa, por mi gran culpa.

Rector del templo de San Francisco, Numa Molina Por eso ruego a Santa María siempre Virgen, a los ángeles, a los santos, y a ustedes hermanos, que intercedan por mí ante Dios nuestro Señor. Dios Todopoderoso tiene misericordia de nosotros, perdona nuestros pecados y nos lleva a la vida eterna.

Tenemos una canción de perdón.

[Canción de perdón: Señor ten piedad, ten piedad de mí]

Rector del templo de San Francisco, Numa Molina Oremos.

Acoge Señor a nuestro hermano Carlos, a quien has llamado a ti para que libre de todo pecado goce eternamente de la luz y el descanso, y en la resurrección gloriosa merezca ser contado entre sus santos y elegidos por Jesucristo nuestro Señor.

Asistentes Amén.

Rector del templo de San Francisco, Numa Molina Escuchamos ahora le lectura de la palabra de Dios. Pueden sentarse y meditamos la palabra.

Presentador Primera lectura, tomada del libro el Apocalipsis, a cargo de la hermana del doctor Carlos Escarrá, Gladis Escarrá Malavé.

Gladis Escarrá Malavé Lectura del libro del Apocalipsis:

Yo, Juan, vi un cielo nuevo y una tierra nueva, porque el primer cielo y la primera tierra han pasado, y el mar ya no existe.

Vi la ciudad santa, la nueva Jerusalén, que descendía del cielo, enviada por Dios, arreglada como una novia que se adorna para su esposo.

Y escuché una voz potente que decía desde el trono:

—«Ésta es la morada de Dios con los hombres: acampará entre ellos. Ellos serán su pueblo, y Dios estará con ellos. Enjugará las lágrimas de sus ojos. Ya no habrá muerte, ni luto, ni llanto, ni dolor. Porque el primer mundo ha pasado.»

Palabra de Dios.

Asistentes Te alabamos Señor.

Presentador Lectura del Salmo 24, a cargo del doctor Víctor Jesús Álvarez Medina.

Víctor Jesús Álvarez Medina Salmo responsorial:

El Señor es mi pastor, nada me falta.

Respuesta: El Señor es mi pastor, nada me falta.

Víctor Jesús Álvarez Medina El Señor es mi pastor, nada me falta.

en verdes praderas me hace recostar;

me conduce hacia fuentes tranquilas

y repara mis fuerzas.

Respuesta: El Señor es mi pastor, nada me falta.

Víctor Jesús Álvarez Medina Me guía por el sendero justo,

por el honor de su nombre.

Aunque camine por cañadas oscuras

nada temo, porque tú vas conmigo:

tu vara y tu cayado me sosiegan.

Respuesta: El Señor es mi pastor, nada me falta.

Víctor Jesús Álvarez Medina Preparas ante mí una mesa

enfrente de mis enemigos;

me unges la cabeza con perfume

y mi copa rebosa.

Respuesta: El Señor es mi pastor, nada me falta.

Víctor Jesús Álvarez Medina Tu bondad y tu misericordia me acompañan

todos los días de mi vida,

y habitaré en la casa del Señor

por años sin término.

Respuesta: El Señor es mi pastor, nada me falta.

Padre El Señor esté con ustedes.

Asistentes Y con su espíritu.

Padre Proclamación del Santo Evangelio, según San Juan.

En aquel tiempo dijo Jesús a sus discípulos: “Ha llegado la hora de que sea glorificado el hijo del hombre. Les aseguro que si el grano de trigo no cae en tierra y muere, queda infecundo; pero si muere da mucho fruto. El que se ama a sí mismo, se pierde; y el que se aborrece a sí mismo en este mundo, se guardará para la vida eterna. El que quiera servirme que me siga, y donde esté Yo allí también estará mi servidor. A quien me sirva, el Padre le premiará”. Palabra del Señor.

Asistentes Gloria a Ti, Señor Jesús.

Rector del templo de San Francisco, Numa Molina Pueden sentarse.

Hermanas, hermanos, amigos, la vida cristiana para quien quiere vivirla apasionadamente es un reto cargado de utopías, de sueños, de desafíos, de riesgos; siempre arriesgando. Hermanos, decía un poeta que hasta reír es un riesgo, porque corremos el peligro de que nos crean tontos. Pero tenemos que correr los riesgos, de lo contrario corremos también el riesgo de pasar por la vida estérilmente, instalados en nuestras comodidades, imbuidos de deseos egoístas, mientras hay millones de seres humanos que mueren en las calles del mundo, porque los que nos decimos llamar cristiano no lo somos, simplemente porque no damos fruto.

El que se ama a sí mismo se pierde, nos decía el Evangelio. He ahí la razón de una vida estéril, es pasar por la vida engordando intereses egoístas, pensando en aumentar el capital que nunca se podrá llevar a la tumba, y olvidando lo que es más importante: el servicio, el amor, la entrega.

Como me dijo un día un sabio campesino: “Quién ha visto alguna vez entierro con mudanza incluida”. No nos llevamos nada, sólo nos llevamos el fruto de nuestros desvelos, de nuestra entrega generosa, nos llevamos el amor hecho vida con nuestros prójimos, así no los dejó plasmado en un pensamiento el gran místico español San Juan de la Cruz: “En la tarde de la vida te examinarán en el amor”.

Frente a ese síndrome de instalación y apoltronamiento egoísta, tentación de una vida fácil y sin compromiso, Jesús nos dice: “El que se aborrece a sí mismo en este mundo se guardará para la vida eterna”. Aborrecerse no significa no quererse, no es eso, significa renunciar a esa vida cómoda y desinteresada de los problemas del mundo sufriente, para entregar nuestros mejores talentos en favor de las causas más nobles, teniendo la sabiduría necesaria para hacer sinergia entre el trabajo y el descanso.

Aborrecerse no significa desordenar la vida de tal modo que no tengas tiempo para ti mismo, para escuchar tu propio cuerpo y regalarle sus espacios de silencio, de cultivo espiritual y de recreación. Porque justamente es allí, en esos tiempos, en los cuales se fraguan los grandes proyectos, es allí donde se nutren las grandes utopías de quien ha elegido gastar la vida en servicio de los hermanos.

Es de allí de esos espacios de donde el cristiano comprometido, la cristiana comprometida, con la construcción del Reino de Dios, sale convencido de que es aborreciendo esa vida indiferente ante el dolor, como puede hacerse eterno.

Gastar la vida o conservarlas egoístamente es el dilema que Jesús nos presenta en este Evangelio. Y el hombreo o la mujer, desde su infinita libertad, elige gastarla o preservarla egoístamente. Gastarla o hacer este corto viaje por la humanidad, sin dejar huellas de amor, de servicio, de bondad, de lucha, de profecía.

Es muy doloroso despedir a un ser querido, pero como dice la liturgia nos consuela la promesa de la inmortalidad futura, y una inmortalidad que se gana aquí, que se construye aquí en cada detalle, en cada lucha emprendida, en cada juicio ganado para defender la soberanía de la Patria; a cada uno Dios nos ha entregado unas cualidades, unas destrezas, unos talentos, y cada uno escoge un camino para convertirlo en apostolado, es desde ahí desde donde vamos gastando la vida para que se haga eterna en la presencia de Dios y en la memoria de muchas generaciones.

Ayer nos sorprendió la noticia triste de la desaparición física de Carlos, más desgarradora aún para su familia, para su esposa, sus hijos. El país te llora, Venezuela se viste de luto por la desaparición de su procurador valiente, 54 años de vida, estaba en su plena madurez, con todas las energías para dar lo que con esmero cosechó en las aulas de la UCV y de la UCAB, donde seguía entregando su saber sin descuidar sus altísimas responsabilidades como defensor de los intereses de la República.

El Señor lo llamó a su presencia. Demos gracias por su vida y por sus obras. Curiosamente Carlos fue una especie de figura kantiana, que nunca salió de su país, que no exhibió títulos de famosas universidades extranjeras, fue alguien humilde, hijo del barrio que se hizo intelectual en su propia tierra; que nunca se conformó con la mediocridad, ejemplo para todos los jóvenes y las jóvenes de hoy. Qué gusto y qué orgullo sentí como venezolano cuando lo vi disertando brillantemente sobre derecho internacional en el Aula Magna de la Sapienza, la universidad más grande e importante de Italia.

Ahora estás junto a Papá Dios, Carlos, proclama hermano con el salmista: El Señor es mi pastor, nada me falta.

En verdes praderas me hace recostar y repara mis fuerzas. Dios de la vida, Dios de amor y misericordia. Buen pastor, Él te perdona tus culpas y te premia el bien que hiciste dándote la vida eterna. Amén.

A continuación elevamos al Señor unas peticiones.

Padre A cada una de las peticiones respondemos: Te lo pedimos Señor.

Tú, que resucitaste a los muertos, dígnate dar la vida eterna a nuestro hermano y camarada Carlos Escarrá. Roguemos al Señor.

Asistentes Te lo pedimos Señor.

Padre Tú, que perdonaste en la Cruz al buen ladrón y le prometiste el Paraíso, dígnate perdonar y llevar al cielo a nuestro hermano Carlos Escarrá. Roguemos al Señor.

Asistentes Te lo pedimos Señor.

Padre Tú, que has purificado a nuestro hermano en el agua del bautismo y lo ungiste con el óleo de la confirmación, dígnate admitirlo entre tus santos y elegidos. Roguemos al Señor.

Asistentes Te lo pedimos Señor.

Rector del templo de San Francisco, Numa Molina Recibe, Padre bueno, esta plegaria, nuestros deseos, nuestras oraciones también por su familia, por sus amigos más cercanos, para que nos confortemos en la certeza de la resurrección. Eso te lo pedimos a ti, Padre bueno, que vives y reinas por los siglos de los siglos.

Asistentes Amén.

Rector del templo de San Francisco, Numa Molina [canto] Quien cree en ti, Señor, no morirá para siempre.

Dichosos los difuntos que mueren en el Señor.

Quien cree en ti, Señor, no morirá para siempre.

Asistentes [canto] Quien cree en ti, Señor, no morirá para siempre.

Rector del templo de San Francisco, Numa Molina [canto] Desde ahora descansan de sus trabajos, porque sus obras les acompañan.

Asistentes [canto] Quien cree en ti, Señor, no morirá para siempre.

Rector del templo de San Francisco, Numa Molina Dale, Señor, el descanso eterno.

Asistentes Brille para él la luz perpetua.

Rector del templo de San Francisco, Numa Molina Descanse en paz.

Asistentes Amén.

Rector del templo de San Francisco, Numa Molina Al Paraíso te lleven los ángeles, a tu llegada te reciban los mártires y te introduzcan en la ciudad santa de la Jerusalén celestial. Dale, Señor, el descanso eterno.

Asistentes Brille para él la luz perpetua.

Rector del templo de San Francisco, Numa Molina Descanse en paz.

Asistentes Amén.

[Rezo del Padre nuestro por los asistentes al oficio fúnebre]

Rector del templo de San Francisco, Numa Molina El Señor está con ustedes.

Asistentes Y con su espíritu.

Rector del templo de San Francisco, Numa Molina Y la bendición de Dios Todopoderoso (Padre, Hijo y Espíritu Santo) descienda sobre ustedes y les acompañe siempre.

Asistentes Amén.

Rector del templo de San Francisco, Numa Molina Como amigos, que nos consolamos mutuamente, en Cristo Resucitado, nos damos un abrazo de paz mientras vamos escuchando también una canción que nos ofrecen para ir cerrando el momento de oración por nuestro hermano Carlos.

Que la paz de Cristo, el Señor, nos inunde y que esté siempre con nosotros.

[Abrazo de paz] – [Canción: Vuela gaviota]

[Comentarios del periodista el Sistema Nacional de Medios Públicos]

Presentador Pueden tomar asiento.

Continuamos con el homenaje a nuestro camarada y amigo el doctor Carlos Escarrá Malavé.

Conferimiento de la condecoración Orden de los Libertadores y Libertadoras de Venezuela, en su primera clase; Espada Libertadores y Libertadoras de Venezuela, post mortem, a Carlos Miguel Escarrá Malavé.

Lectura del decreto:

República Bolivariana de Venezuela, Despacho de la Presidencia, 201 de la Independencia, 152 de la Federación y 12 de la Revolución.

Hugo Chávez Frías, Presidente de la República Bolivariana de Venezuela.

Considerando

Que en fecha 25 de enero de 2012 falleció en la ciudad de Caracas el compañero Carlos Miguel Escarrá Malavé, quien se desempeñó como procurador general de la República, asimismo como diputado ante la Asamblea Nacional, magistrado del Tribunal Supremo de Justicia y constituyentista en la construcción de la República Bolivariana de Venezuela.

Considerando

Que además de su desempeño público en las distintas instituciones que le correspondió asumir, Carlos Miguel Escarrá Malavé participó activamente en la construcción de la Patria nueva, bajo los ideales de Simón Bolívar, y fue ferviente defensor de la soberanía nacional y de las causas más justas.

Decreto

Se confiere la Orden Libertadores y Libertadoras de Venezuela, en su primera clase; Espada Libertadores y Libertadoras de Venezuela, post mortem, a Carlos Miguel Escarrá Malavé, quien fue un buen patriota y consagrado revolucionario, entregado a los principios socialistas de humanidad, humildad y amor por su pueblo. Guió su vida en la defensa de los ideales bolivarianos, dando al pueblo venezolano importantes aportes. Llegando a ocupar trincheras de combate en la construcción de la Patria buena, justa y bolivariana. Y frente de la Procuraduría General de la República se destacó por sus virtudes humanas, patrióticas y republicanas.

Se distinguió por su transparencia y abnegación en el servicio público, fue leal con la palabra comprometida, vertical en sus ideales, ejemplar por su probidad en el desempeño cívico, demostrando coraje personal cuando le tocó poner a prueba sus convicciones y su amor a la Patria.

Con nuestro Gran Mariscal Antonio José de Sucre, decimos: “La más halagüeña de todas las recompensas es la de haber servido fiel y útilmente a la Patria, a la cual la vida misma es un justo sacrificio que le tributan sus hijos”.

En virtud de esto, habiendo cumplido con todos los requisitos legales de rigor, se confiere esta honorable distinción en el grado y clase que a continuación se especifica: Orden Libertadores y Libertadoras de Venezuela, Espada Libertadores y Libertadoras de Venezuela, primera clase, post mortem, a Carlos Miguel Escarrá Malavé.

Honor y Gloria.

Comuníquese y publíquese, Hugo Chávez, presidente.

Asistentes [ovación].

Presentador Entrega de la condecoración a su esposa, Inés Adarme, e hijos: Luz María, Alejandro, Carolina y Carlos Alejandro, por parte del comandante Hugo Chávez Frías, presidente de la República Bolivariana de Venezuela.

Asistentes [aplausos].

[Comentarios del periodista el Sistema Nacional de Medios Públicos]

Asistentes ¡Carlos Vive, la lucha sigue! ¡Carlos vive, la lucha sigue! ¡Carlos vive, la lucha sigue!

Asistentes [aplausos].

Presidente de la República Bolivariana de Venezuela, Hugo Chávez Obligan... obligan las circunstancias a expresar, y en esta ocasión desde lo más profundo del corazón, del alma, unas palabras en honor a quien honor merece.

Queridos compatriotas, queridos familiares, esposa, hijos, hijas, hermanos, camaradas y compañeros de Carlos, Carlos Escarrá; sacerdotes, muchachos, muchachas.

Un gran poeta chileno, Humberto Díaz Casanueva, escribió unos versos que ahora recuerdo en esta ocasión, uno de esos versos dice así: “Si no pude decirte adiós, hermano, es porque no hay adiós entre nosotros...”. Creo que tal cual para esta ocasión. Si no pudimos decirte adiós, Carlos, es porque no hay adiós entre nosotros los revolucionarios, entre nosotros quienes desde siempre y para siempre hemos entregado y entregaremos nuestra vida, gastaremos nuestra vida como dice la palabra que nos ha recordado nuestro querido padre Numa; consumiremos nuestra vida al servicio de los demás, al servicio de nuestro pueblo, al servicio de nuestra Patria.

Carlos Escarrá. Un Maestro ha sido, Carlos ha sido muchas cosas, pero sobre todo yo lo ubico allí en esa categoría infinita de Maestro, con M mayúscula, Maestro. Y recuerdo ahora mismo a ese otro grande, Simón Bolívar, cuando le escribió a su maestro mayor, Simón Rodríguez: “No he hecho sino seguir el camino que usted me señaló...”. Sigamos el camino que Carlos Escarrá nos señaló, nos ha señalado...

Asistentes [aplausos].

Presidente Chávez Nos ha señalado y nos seguirá señalando.

Yo recuerdo a Carlos desde nuestros días de Yare, ahora cuando estamos a pocos días de conmemorar veinte años de la Revolución del 4 de febrero de 1992. Hace apenas unos días me entrevistaba el doctor José Vicente Rangel, José Vicente más bien, y ante una de sus preguntas recuerdo que yo decía que la rebelión bolivariana del 4 de febrero de 1992, desde mi punto de vista, estaba legitimada, ¡legitimada!, incluso antes de que ocurriera, antes de ocurrir ya estaba legitimada. Pero que luego... Él me preguntaba en torno a la relación entre el 4 de febrero del 92 y el 2 de febrero del 99, cuando llegamos allá a Miraflores, como dijo Fidel Castro aquel día, en un mar de pueblo, mar de pueblo que ahí está más vivo que nunca, que ha venido a rendirte honores también, ahí está el pueblo y su mar de amor. ¡A ti, Carlos Escarrá! Porque eres amor de un pueblo. Amor.

Asistentes [aplausos].

Presidente Chávez Pues Carlos y su genio, y su brillo, infinito brillo intelectual y moral, su gran capacidad, nos llegó un día a Yare y se sumó a la elaboración de la tesis constituyente que nosotros tímidamente esbozamos desde entonces como una humilde propuesta para salir del laberinto en el que estaba la Patria. Se sumó con pasión, como era él: una pasión. Era una pasión ambulante, Carlos Escarrá. Una pasión y una razón.

Y luego, cuando salimos de la cárcel, ahí nos encontramos, en las calles; y él, Maestro, explicando. Yo aprendí mucho de él, fue mi Maestro, seguirá siendo mi Maestro. ¡Cuántas cosas no aprendí, no aprendimos de su genio! De sus orientaciones. Para lograr lo que luego logramos, y así le decía a José Vicente en la entrevista, la legalización de la legitimidad revolucionaria.

Porque entre muchas otras cosas eso fue lo que logramos con la gran victoria popular de las elecciones de diciembre de 1998, la legalización de lo que ya estaba legitimado: ¡la Revolución, la Revolución!

Asistentes [aplausos].

Presidente Chávez La última Revolución del siglo XX en este planeta, y la primea al mismo tiempo del siglo XXI. Y luego los intensos debates y el decreto aquel del 2 de febrero convocando a referendo; y luego la Asamblea Constituyente, la Revolución Democrática, la Democracia Revolucionaria. Y luego la refundación de la República, la refundación del Estado, la legitimación de los poderes que estaban ya ilegitimados, y el inicio pues de este proceso democrático, profundamente democrático.

Nuestros adversarios nos acusan, y acusan a este proceso de ser un proceso antidemocrático, cuando en la realidad, como Carlos Escarrá lo señaló en infinitas ocasiones, en incontables ocasiones, en distintos espacios, en distintos escenarios, en toda la historia venezolana, y cuidado si en toda la historia latinoamericana, y cuidado si en toda la historia política en este mundo, no hubo antes proceso más democrático, verdaderamente, que el proceso bolivariano, que la Revolución Bolivariana.

Asistentes [aplausos].

Presidente Chávez Por eso, Carlos, sobre tu pecho dormido, porque lo que estás es dormido para nosotros, como dijo Jesús mi Señor, nuestro Señor un día: No es tiempo de morir. Así que tú mueres, Carlos, tú duermes y vives en nosotros; y vives y vivirás en tus hijos, en nosotros tus alumnos, tus camaradas, tu pueblo.

Asistentes [aplausos].

Presidente Chávez [risa] Así dijo Cristo un día: “No busquen entre los muertos a quien está más vivo que nunca...”. O como dijo el otro gran poeta, el norteamericano Whitman: “¡La muerte! ¿Qué es la muerte? No existe la muerte...”.

—¿Qué es la hierba?, dijo un niño un día, me preguntó un niño: ¿La hierba? —dijo Whitman— La caballera de las tumbas que viven.

Y más aún, esto es cierto, para los que siempre apostamos a la vida, como él lo dijo y lo seguirá diciendo muchas veces: “Somos militantes del amor, militantes de la vida...”. ¡Los militantes de la vida jamás moriremos! ¡Siempre estaremos con la vida!

Asistentes [aplausos].

Presidente Chávez Con la vida del pueblo, con la vida de la Patria. ¡Nunca moriremos! ¡Nunca morirás, Carlos!

Asistentes [ovación].

Presidente Chávez Por eso decía: sobre tu pecho dormido. Con Inés, tus hijas y tu hijo, ahí estas manos de soldado del pueblo han tenido el honor de colocarte esa condecoración, la Orden de los Libertadores y las Libertadoras de Venezuela, porque tú te sumas a esa legión. ¡Eres uno de los libertadores de Venezuela! ¡Los libertadores!

Asistentes [aplausos].

Presidente Chávez Nunca me olvido la noche que lo llamé, como muchas veces, para consultarlo; consultarle muchas cosas: decisiones. En algunas ocasiones lo llamaba para consultarle decisiones ya tomadas, y me decía: “Me va a consultar después que la tomó...”. Le dije: “Sí, para que me ayudes ahora...”.

Recuerdo con qué pasión, con qué fuego, porque ya lo dije, Carlos era llamarada, era una llamarada... ¡Es una llamarada que no se apagará! ¡Es y será una llamarada!

Asistentes [aplausos].

Presidente Chávez Allá en muy querida ciudad de La Habana, pasando aquellos días, creo que los más difíciles que en mi vida he pasado, miraba el debate que aquí se abrió, en este mismo espacio... Aquí fue ¿verdad? Claro. Cuando voceros de la derecha venezolana esgrimían de nuevo aquella tesis, que ya habían esgrimido los días aquellos del 11 de abril, el 12 de abril: “el vacío de poder”. Y cuando decían, algunos llenos de odio: “Bueno, ya llegó Clodosvaldo, ahora esperamos al otro...”. En esos días, cuando algunos sectores cargados de odio pretendieron desestabilizar de nuevo la país, valiéndose de la grave enfermedad que yo padecía entonces, recuerdo, porque lo vi desde La Habana, con Fidel a un lado, con Rosa (mi hija), que estaba allá: Escarrá. Dijo Fidel: “Ese es el que hacía falta: Escarrá. ¡Mira cómo te defiende! ¡Óyelo! ¡Es un volcán!, ¡es un volcán!”.

Asistentes [aplausos].

Presidente Chávez Recuerdo que me dijo Fidel, Fidel utilizó ese día un verbo, me dijo cuando terminó Carlos de hablar, dijo: “Chávez, ya no habría más nada que decir, los pulverizó...”. Porque era pulverizador Carlos Escarrá, de la mentira, de la falacia, de la intriga...

Asistentes [aplausos].

Presidente Chávez ¡Era un valiente! ¡Un valiente de la palabra! ¡Un soldado de la primera línea siempre! De primera línea.

Asistente ¡Carlos Escarrá Malavé, presente!

Presidente Chávez Yo pensé mucho antes de hacer aquella llamada, Inés, sobre todo porque Carlos aquí en la Asamblea cumplía una tarea, esa tarea demoledora. Quién puede —con todo respeto, señor Presidente, diputados, diputadas de la Revolución— pero difícilmente pudiéramos haber conseguido un mejor orador para las batallas aquí que Carlos Escarrá Malavé, con argumentos con profundidad, con coraje, con valentía, con experiencia, con brillo.

Asistentes [aplausos].

Presidente Chávez Así que lo pensé mucho y llamé al vicepresidente Elías, llamé a otros compañeros para consultarles. Yo tenía otros candidatos para la Procuraduría, porque yo quería en el fondo que él se quedara aquí, dando la batalla aquí. Pero era nuestro mejor candidato para procurador también. Así que por fin hice la llamada, después de varios días de pensar. Y tan pronto se lo dije recuerdo que me dijo, eso fue una noche —tú te acuerdas—, me dijo: “Yo soy un soldado...”. Porque yo le dije: “Pregúntale a tu esposa, a ver si te da permiso...”. Me dijo: “No, Presidente, no tengo porqué preguntarle, porque ella es un soldado como yo, donde la Revolución nos necesite allí estaremos en la trinchera...”.

Asistentes [aplausos].

Presidente Chávez Y luego todos estos meses tan difíciles que pasamos, y Carlos dando la batalla en la Procuraduría, ahora una batalla no sólo interna sino una batalla internacional. Allá tengo las carpetas que me hizo llegar con cuántos análisis, profundos análisis sobre todos los casos, esos tantos casos que nos tienen abiertos en no sé cuántos tribunales de este planeta, a la República y a mi, en lo personal incluso, y siempre me recomendó, como también lo hizo Gladis, la doctora Gladis Gutiérrez, quien le entregó la Procuraduría cuando pasó como magistrada al Tribunal Supremo, siempre me dijeron, y Carlos me lo insistió mucho hasta hace apenas una semana, me dijo: “Presidente, no descuide esos casos, no subestime al adversario...”. Todas esas acusaciones, que si el Tribunal Penal de no sé dónde, la Corte Internacional de no sé dónde. Hay que dar esa batalla. “El que no la debe, no la teme...”, me dijo. Y es verdad, porque a veces uno descuida esos ataques que nos hacen.

Y en este mundo, que como decía ayer la presidenta Cristina Fernández, todavía sigue mayormente al revés, respondiéndole ella al Primer Ministro inglés, que ahora acusa a Argentina de ser colonialista. ¡Imagínate tú! Inglaterra acusando a Argentina de colonialismo, Rangel, y Cristina que ahora, después de la operación que le hicieron, y habiéndose confirmado felizmente que no tiene cáncer, pues ha retomado las funciones al frente de la presidencia de la Gran Patria argentina.

Asistentes [aplausos].

Presidente Chávez Y, bueno, Carlos, todos estos meses, todos estos meses del 2011 que se fue, y el comienzo al galope, porque comenzamos al galope este 2012, de batalla y de victoria, te prometo, te prometemos que triunfaremos de manera resonante el 7 de octubre, y tú estarás con nosotros, tú estarás con nosotros en primera fila. En la victoria y en las victorias que vienen.

Asistentes [aplausos].

Presidente Chávez Y luego estos días de enero, y luego la triste noticia de ayer. Triste, profundamente triste. Te lloramos, te acompañamos, a sus familiares, desde aquí saludo al doctor Hermann Escarrá, a quien nunca le he perdido el afecto, porque yo soy de los que nunca pierden los afectos cuando los hubo de verdad, independientemente de las circunstancias de la vida. ¡Nunca se pierden los afectos verdaderos!

Asistentes [aplausos].

Presidente Chávez No pude ver sus palabras en vivo esta mañana, pero vi la grabación esta tarde, y me tocó el alma las palabras del doctor Hermann Escarrá, de quien también aprendimos mucho en una época, sobre la teoría del Estado y la constituyente y todo aquello.

Y luego estamos aquí contigo, Carlos, diciendo como el poeta chileno: “Si no te pude decir adiós es porque no hay adiós entre nosotros”. Diciendo como Jesús, nuestro Señor: “No busquemos entre los muertos a quien está más vivo que nunca”. Y finalmente con otro gran poeta, con otro gran poeta, el chino Víctor Valera Mora, también lo estaba recordando por ti, que eras un poeta y eres un poeta, Carlos. Valera Mora y aquellos versos hermosos: “Llamadme, llamadme, solamente llamadme cuando llegue el día de las canciones colectivas. Solamente llamadme cuando llegue el día en que tremolen las banderas rojas, las banderas negras. Solamente llamadme el día en que la risa y el pan sean plan de Gobierno, sean forma de Gobierno. Solamente llamadme el día en que Juan República Popular sean nombres y apellidos del pueblo. Entonces, cuando estemos en lo justo, llamadme, solamente llamadme”.

Tú estuviste siempre en lo justo, Carlos Escarrá, estás siempre en lo justo, y estarás siempre en lo justo, por eso te llamaremos siempre, hermano, en este día de banderas rojas, de banderas negras; en este día de tristeza profunda, en este día de dolor mayor, o en dolor mayor, pero al mismo tiempo en amor mayor. ¡César Rengifo! Otro poeta, otro grande: la llamarada. Parafraseo a César Rengifo y aquella obra maravillosa sobre mi general Zamora, y el final de lo que dejó la tempestad, lo digo por ti, para ti y por nosotros, Carlos, por lo que fuiste, por lo que eres, por lo que serás: llamarada. ¡En mis manos, Carlos Escarrá, está tu llamarada! ¡En nuestras manos, Carlos Escarrá, estará para siempre tu llamarada! ¡Vida eterna a Carlos Escarrá Malavé! Señores.

Asistentes [aplausos].

[Comentarios del periodista el Sistema Nacional de Medios Públicos]

Asistentes ¡Carlos vive, la lucha sigue! ¡Carlos vive, la lucha sigue!

Presentador Pueden sentarse.

Guardia de honor a cargo de los poderes del Estado: por el Poder Ejecutivo, el comandante Hugo Chávez Frías, presidente de la República Bolivariana de Venezuela.

Asistentes [aplausos].

Presentador Por el Poder Legislativo, el diputado Diosdado Cabello Rondón, presidente de la Asamblea Nacional.

Asistentes [aplausos].

Presentador Por el Poder Judicial, magistrada Luisa Estella Morales Lamuño, presidenta del Tribunal Supremo de Justicia.

Asistentes [aplausos].

Presentador Por el Poder Ciudadano, doctora Gabriela Ramírez, presidenta del Consejo Moral Republicano y defensora del pueblo.

Asistentes [aplausos].

Presentador Himno nacional de la República Bolivariana de Venezuela, interpretado por José Luis Bermúdez.

[Interpretación del himno nacional de la República Bolivariana de Venezuela: Gloria al bravo pueblo]

Asistente ¡Viva Carlos!

Asistentes ¡Que viva!

Asistente ¡Que viva Carlos!

Asistentes ¡Que viva!

Presentador Ha concluido la guardia de honor.

[Comentarios del periodista el Sistema Nacional de Medios Públicos]

Asistentes [aplausos].

[Canción: En dolor mayor, interpretada por José Luis Bermúdez]