Alo Presidente N° 26 (16/01/2000)

16/01/2000. Aló Presidente. Sede de Radio Nacional de Venezuela, Caracas, Parroquia El Recreo, Municipio Libertador, Distrito Capital, Venezuela.
Alo Presidente N° 26


*A un mes de la tragedia de Vargas: informe al pueblo. Derechos Humanos en Vargas. Agenda del Presidente.

Juan Barreto: estamos aquí para darle los buenos días a la República Bolivariana de Venezuela, a todos nuestros compatriotas, desde Caracas la Radio Nacional de Venezuela transmite el programa Nº 26 de Aló Presidente, el primero de este año 2000 con el primer mandatario nacional. La semana pasada estuvimos en Vargas con casi todo el consejo de ministros, en nuestra nueva emisora, una emisora solidaria, una emisora de emergencia, la RNV Vargas 88.5 FM, que está prestando un valiosísimo servicio a toda esta comunidad valiente del estado Vargas; transmitimos desde la Rampa 4 del aeropuerto de Maiquetía.

Hoy estamos aquí para hablarle a todo el país y darle la bienvenida este año al Presidente de la República después de esta terrible tragedia que nos conmovió. La historia de Venezuela ha cambiado después de esta tragedia, que no tiene título para definirla. La memoria de todos los venezolanos se sacudió con esta tragedia. Hoy cumplimos exactamente un mes y en nombre de todos los venezolanos, les damos muchas gracias por la solidaridad prestada a todos los organismos, la empresa privada, particularmente al Ejército de Venezuela, y como dice Eclesiastés: “Hay un nuevo tiempo, un tiempo para levantarnos, un tiempo para comenzar de nuevo”. Venezuela va a vivir, vamos a levantar este país, Miguel Ángel.

Miguel Ángel Cabellos: así es, a partir de este momento Aló Presidente lo retransmiten veintitrés emisoras en todo el país, incluimos también a la nueva estación del estado Vargas y del Estado venezolano RNV Vargas 88.5 FM y las otras cuatro emisoras del complejo radial de Radio Nacional de Venezuela. En este programa Nº 26 de hoy domingo 16 de enero de 2000, nos acompañan en el estudio el ministro de Salud y Desarrollo Social, Gilberto Rodríguez Ochoa, el ministro del Trabajo, Lino Martínez, el ministro de la Secretaría, general Francisco Rangel Gómez, y el comandante William Fariñas, presidente del Fondo Único Social.

Así que ahora con ustedes el Presidente de la República Bolivariana de Venezuela, Hugo Chávez Frías, muy buenos días Presidente.

Presidente Chávez: muy buenos días hermanos, buenos días Miguel Ángel, buenos días Juan, buenos días a todos. Señores ministros, Teresita, y el equipo. Bueno, domingo 16 de enero de 2000, es el primer programa de Aló Presidente en el que participo, el domingo pasado estaba medio knock out, pero afortunadamente estamos en pie desde el mismo día domingo en la noche, el primer programa de Aló Presidente en el que participo directamente en este siglo, en este milenio. Este será el siglo de Venezuela, el milenio de Venezuela, de la paz verdadera, del desarrollo humano, del desarrollo social, del desarrollo económico, político, democrático, verdadero, serio, del desarrollo integral del país. Pidamos a Dios porque así sea, ya que Juan citaba al Eclesiatés. Juan, veo que andas por esos caminos, ¡qué bueno vale! el camino de Dios.

Bueno, fíjense que hablando de Dios y su permanencia. Bueno, uno se siente, a pesar de que ya ha pasado un mes de aquella tragedia que sacudió el alma colectiva y el cuerpo nacional; a pesar de eso pues, la herida y el sentimiento están a flor de piel.

Ahora venía entrando acá a Radio Nacional de Venezuela, a estas instalaciones donde hay tanto afecto, tanto cariño, uno llega y se siente de una vez en casa, impactado por una vibración humana tan impresionante, y le dije a Teresita: siento a Haidé, y la siento allí detrás de ese panel con su sonrisa, ofreciendo café, pasando el dato, pendiente de todo.

Sí, hace un mes, junto con tantos venezolanos, se nos fue Haidé, Haidé Briceño, era nuestra jefa de producción. Se fue, pero no se fue, porque aquí se siente ella, aquí dentro de este equipo esplendoroso y magnífico de Aló Presidente. Así que Haidé estás aquí con nosotros, y así como tú, los venezolanos que se fueron físicamente; pero ayer recorríamos las calles de Vargas una vez más, cuántos recorridos en este mes que ha pasado.

Ayer con la visita, que nos honra y nos estimula mucho más, del príncipe de Asturias, Felipe de Borbón, está aquí en Venezuela. Hoy debe haber salido, aunque el tiempo no está muy bueno, pero debe estar ya rumbo a Higuerote con su delegación de España, que vino a seguir ofreciendo apoyo del rey de España, del reino de España, del gobierno español.

Así que Venezuela le da la calurosa bienvenida al príncipe de Asturias, a toda la carga humanitaria y a toda la bondad de esa gente española, de esos hermanos españoles que tanto queremos. Gracias a España, a toda la España.

Igual nos visitó ayer –y sigue con nosotros hoy, seguiremos trabajando al salir de este programa–, el presidente del Banco Interamericano de Desarrollo, este extraordinario hombre de mundo quien es, Enrique Iglesias, no el cantante como dice él siempre: ¡no, no soy el cantante! Enrique Iglesias, el presidente del Banco Interamericano, quienes nos han ofrecido apoyo inmediato ante la crisis.

Hace un mes, casi el mismo día; y ahora están evaluando ya la fase estructural, para apoyarnos de una manera mucho más firme en el proceso de reconstrucción de Vargas y de Venezuela, porque, bueno, aquí no podemos hablar solo de la tragedia del 16 de diciembre de 1999. No, aquí tenemos una tragedia histórica, una tragedia de medio siglo, y como lo hemos dicho desde hace un año, estamos apenas comenzando la reconstrucción de todo el país, que fue destrozado en buena parte después de estas décadas de desgobierno, de corrupción, de incapacidad, de insensibilidad, de falta de planes, de falta de rumbo, de falta de liderazgo, de falta de humanismo.

Bien pues, recordando a Haidé y a todos los que se nos fueron, pero que en el fondo no se fueron, miles y miles de venezolanos. Aquí estamos hoy exactamente a un mes, ¡ah Lino! Lino Martínez, ministro del Trabajo, hombre revolucionario de este pueblo. Un mes exactamente de aquella tragedia, de aquel latigazo, porque fue así, un latigazo que partió el alma y que la tiene allí, nuestra alma, nuestro coraje, nuestra voluntad allí, siempre presta para asumir el reto.

A un mes de aquella tragedia siempre es conveniente hacer lo más brevemente posible una evaluación de qué pasó, por qué pasó, qué se hizo o qué se ha hecho en este mes, cómo estaba la situación hace un mes y cómo está hoy y hacia dónde vamos. Cómo seguirá evolucionando, cómo seguiremos manejando esta catástrofe, de la cual, y es bueno decirlo, no teníamos precedente en toda la historia de Venezuela, ninguno, no había, no teníamos ningún registro de catástrofes parecidas, que ocurrieron aquí, ninguna llegó pues, a la cantidad de mil muertos.

Yo recuerdo que uno se horrorizaba, hace apenas dos años, cuando vimos por allá un terremoto en la India, mil muertos, uno se horrorizaba, uno decía Dios mío: uno se imaginaba mil muertos pero que cosa tan grande. En verdad es una cosa demasiado trágica hablar de un muerto, pero hablar de mil, así, de un día para otro, familias enteras.

Bueno, imagínate lo que nos cayó a nosotros, de un momento a otro. Algunos cálculos, ninguno de ellos oficiales, solo extraoficiales, solo aproximaciones, refieren que pudieron haber unos quince mil muertos, doce, dieciocho, veinte mil, no sabemos. Y es posible que nunca se sepa con exactitud cuántos muertos quedaron sepultados allá, en Vargas, y algunos aquí en Caracas; pero en Caracas la situación fue más manejable, controlable, rápidamente, afortunadamente.

Ahora, fíjense que ayer, por cierto, me llegó una encuesta hecha el 11 de enero, hace apenas cinco días. Es una encuesta Datanálisis, me la hizo llegar un amigo, en la que hay una serie de datos, yo solo voy a decir algunos. Fíjense que tiene que ver con el alma colectiva. Fíjense ustedes una pregunta que hace Datanálisis, esta encuesta fue hecha ahora, hace apenas una semana atrás, esta es la pregunta:

Considerando el impacto de las calamidades y la forma como respondimos ante ellas, ¿cómo se siente ustedes frente al futuro del país? Fíjense ustedes el más pesimista, porque que creo que no supimos unirnos para responder ante esta tragedia dice 1,7%; 20% dijo ni optimista ni pesimista, creo que con más esfuerzo y unión de todos se podrá levantar al país. Ahí anda 20%; sin embargo, creyendo que se levantará al país por supuesto. Y un altísimo porcentaje 76,7% después de la calamidad dice que se siente más optimista, porque el país demostró una gran unión y capacidad de respuesta, esto es indudable. Ese 20% y ese 1,7% pues, había que, respetando por supuesto su opinión, que es libre, pero sin embargo, invitarlos pues a que abran un poco más los ojos, y quizás el corazón y quizás la conciencia.

Lo que aquí pasó le demostró al mundo de lo que es capaz Venezuela. A nosotros nos cayó de repente una fuerza equivalente –ayer me comentaba alguien viendo el desastre después de un mes–, todavía se ve la huella y se verá durante mucho tiempo más. Bueno, me decía alguien: “esto pareciera que cayó una bomba atómica aquí”. Pareciera que cayó una bomba atómica allí, en el litoral. Y aquello destrozó y cayeron no sé cuántas toneladas y aquel desastre y aquella calamidad, bueno, e inmediatamente nosotros comenzamos a sentir por todas partes la reacción fervorosa, solidaria, hermosa ante el dolor, ante la crisis, ante la tragedia.

Yo recuerdo claramente que el día 15 de diciembre pues, estábamos en el referéndum, estábamos desplegados por el país, todos, y afortunadamente, ayer me volvía a repetir alguien en Vargas, en una esquina de Macuto, una señora con unos niños que estaban sacando algunos de los enseres que allí les quedaron, me decía una señora: Chávez, menos mal que hubo referéndum. Y yo le preguntaba: ¿por qué tu me dices eso?, para oír el raciocinio de una mujer del pueblo.

Y esa es una cosa que anda recorriendo Vargas: menos mal que hubo referéndum. La señora me dijo bueno, porque yo fui a votar donde me correspondía, a pesar de la lluvia, ella me dice que fue a votar en la tarde, se desplazó de su casa donde vivía y se llevó a sus hijos para no dejarlos solos, votó y se quedó para dormir en casa de una amiga, en otro barrio, muy cerca de la mesa de votación. Bueno, donde ella vivía, ahí no quedó nada aquella madrugada, amaneciendo el 16.



Otro señor me había dicho hace unos días: Chávez, menos mal que había referéndum. Y yo le pregunto: ¿por qué? Dice bueno, porque muy cerca de mi casa estaban los soldados. Esa fue un gracias a Dios que hubo referéndum y el Plan República estaba desplegado, no solo en Vargas, en todo el país. Pero en Vargas particularmente, con los equipos electorales, como al final ocurrió y esa fue otra ventaja para mucha gente, que fue día no laborable. Pudieron salir, salieron de sus casas, estaban por fuera algunos, para visitar familiares, qué sé yo.

Otros no fueron a trabajar, me decía una muchacha también, hace como dos semanas: menos mal que no era laborable ese día, decía ella. Por qué, le pregunté. Bueno, porque yo no fui a trabajar y el sitio donde yo trabajaba, en la mañana, eso quedó arrasado en la noche. Lo de los soldados desplegados por todas partes, entonces dice mucha gente que gracias a Dios ellos tuvieron a quien acudir, los soldados ustedes saben que tienen radio, todos los puestos estos en las mesas electorales tienen un oficial coordinador de varias mesas, todo un sistema, que está capacitado para activarse en defensa de cualquier ataque, cualquier emergencia, inmediatamente se activó el Plan República, pero los soldados comenzaron a despreocuparse por las urnas electorales y comenzaron entonces a integrarse a la población para enfrentar aquel desastre.

Mira, yo recuerdo la madrugada del 16, en La Casona, amaneciendo, recuerdo que estábamos allí con Martínez Morales, el general de la Casa Militar, en contra, porque hay que ver cómo comienzan a correr las mentiras, fíjate tú, y esto lo quiero comentar ante toda Venezuela, porque yo estoy seguro de que la mayor parte de los venezolanos no cree esto, pero pudiera haber algún incauto que lo crea, porque aquí hay razones para creer cosas, pues. Y como hay una técnica de rumores, tú Juan qué sabes de esto, porque tú estudiaste comunicación social y empieza un rumor a sonar y a sonar: Goebbels, mentiras y mentiras todos los días repetidas, alguna gente puede creer que es verdad.

Mira, yo ayer leí, no había leído esas cosas, porque a mí no me gusta leer basura. Ya estaba enterado que decían por ahí que yo y que estaba, cómo se llama esta isla que yo ni conozco, La Orchila.

Pero no, ayer leí algo que está saliendo por Internet, correo electrónico y estas cosas, un escrito bien hecho, bien redactado y ese escrito se lo atribuye un supuesto oficial de la Armada, que dice que estaba en La Orchila, fíjate tú, yo no lo traje, me lo iba a traer por aquí, pero no lo veo. Eso está circulando en Internet, un oficial o alguien que dice, yo estoy seguro que no es ningún oficial activo –al menos, dice que yo estaba en La Orchila.

No son estas las palabras exactas, pero él dice que le consta que yo llegué a medianoche a La Orchila. A medianoche estábamos nosotros terminando de reunirnos allá en el Palacio con los ministros, incluso Grüber a esa hora salió por ahí, a un sitio donde estaban unos damnificados y me reportó posteriormente que los llevó al Parque Naciones Unidas.

Bueno, dice este escrito que anda circulando por allí por el mundo; además, porque esto sale ahora por el mundo entero y lo mandan en inglés y en francés, para que lo lea el mundo entero y a lo mejor lo agarra un periodista por allá en Alemania y qué sé yo, lo publica y sale en prensa internacional esa infamia de que el Presidente Hugo Chávez estaba emborrachándose mientras había una catástrofe, así circulan las mentiras en el día de hoy por el mundo.

Yo me divertía mucho ayer, pero claro, a uno en el fondo le da dolor, tanta capacidad de maniobra, de invento y de mentira. Dice que ahí estaba un grupo de invitados internacionales incluyendo al presidente Fidel Castro, y que allí, bueno, como uno dice en criollo Juan, nos entramos a palos toda la madrugada celebrando el Sí, un festín. Y que bueno, yo me enteré fue ya en la tarde del 16, del desastre pero que como andaba bajo los efectos del alcohol, yo no pude hacer nada hasta que volví en mí y fue en la noche ya que me echaron aire y me bañaron, a lo mejor, que le hablé al país. Bueno una cosa así.

¡Qué capacidad de mentir! Yo estoy seguro que los que inventan esto, a lo mejor estoy siendo injusto; pero por el tipo, por la calaña, estoy seguro que ni un vasito de agua le han dado a un damnificado; estoy seguro que no movieron ni un pelo de su cabello, no arriesgaron ni un pelo, para atender la tragedia de los venezolanos.

Entonces yo, al mismo tiempo que explicarle al país, y esto parece que es una tarea eterna para mí, salirle al frente por la dignidad, no solo de mi persona, sino del mismo pueblo venezolano, a esta mentira. A estas mentiras que tratan de manchar, de poner a dudar a mucha gente, no tanto aquí en Venezuela, porque aquí nos conocemos casi todos, sino más allá de las fronteras venezolanas.

Pero yo estaba recordando, y por eso me llegó el recuerdo de esta tamaña mentira, que en la madrugada del 16, ustedes recuerdan que el 15, bueno el triunfo del Sí, fue esplendoroso y hubo un nivel de votación superior al del referéndum del 25 de abril. Aquí en Venezuela han habido dos referendos en la historia, el del 25 de abril y el del 15 de diciembre; bueno, estamos comenzando apenas un proceso que aquí no se conoce muy bien, un procedimiento, que no es lo mismo una elección de presidente o de gobernador y alcalde que un referéndum nacional.

El referendo del 15 de diciembre fue mucho mejor en participación que el primero que hicimos el 25 de abril, mucho mejor, la diferencia es apreciable, incluso ese día, porque también se ha dicho, incluso –eso sí lo sacó la prensa internacional, que nosotros los venezolanos, ya no se me acusa solo a mí –ese es el mismo laboratorio de mentiras, que nosotros no le hicimos caso a la tragedia porque estábamos empeñados en hacer el referéndum. Que hemos debido suspender el referéndum para atender la tragedia.

¡Qué mentira! La tragedia verdaderamente se desató a partir de la madrugada del día 16 de diciembre, hace exactamente un mes, un día como hoy, hace un mes. El día 15 de diciembre, en el estado Vargas, que fue el más afectado, a las nueve de la mañana, porque yo tenía comunicación permanente con el Plan República y con diversos entes regionales, pero especialmente con el Plan República y el Consejo Nacional Electoral, a las nueve de la mañana en el estado. Vargas se había instalado más del 90%, entre nueve y diez de la mañana, se había instalado en Vargas casi el 90% de las mesas electorales.

Recuerdo que me dijo el general Salazar que habían tenido que cambiar solo tres o cinco mesas de sitio y que habían colocado... y le pregunté incluso: mira, pero y cómo hace la gente que vaya a votar allí para saber. No, se puso un cartelón grande y se puso un soldado allí en la puerta y el que llegue lo llevan, es a cuatro cuadras, es cerca, porque estaba inundado, qué sé yo, un colegio. Bueno, así que la tragedia se nos vino en la madrugada del día 16.

Yo recuerdo que en la madrugada del 16, porque nosotros estábamos pendientes y teníamos una situación que la vivíamos en carne propia, porque se estaba viviendo por radio, allá en la residencia presidencial de La Viñeta, La Viñeta no, perdón, de La Guzmania, donde yo, tampoco la conocía, la conocí fue ahora bajo el lodo, le pasé por encima. Le pasé a los techos por encima. Yo jamás fui a La Guzmania, no me dio tiempo.

Estábamos haciendo una escuela ahí, lo lamento porque eso era para una escuela, se estaba transformando en una escuela. En La Guzmania, el teniente y los soldados que estaban de guardia allí, porque había armamento y munición, un puesto militar, pues, de custodia, y algunos empleados civiles, una señora, la cocinera, etcétera, estaban en el techo y ellos por radio nos decían: bueno, estamos aquí –se oían las piedras– esto está lleno de piedras, las piedras están chocando, esto se puede caer, la casa tiembla –y era una casa fuerte, antigua, del siglo pasado– y se oía vale, el rumor.

Yo le decía al general Martínez, bueno, pero no podemos hacer nada chico. Decía, no, pero es que no se puede entrar ni por aire, era la madrugada y no se veía nada, entrar por aire ¿dónde? Ni por tierra, la misma autopista Caracas-La Guaira no se podía pasar y la carretera a Macuto y Los Caracas estaba destrozada en toda su extensión y por mar tampoco.

Entonces, era un sentimiento de verdad desesperante oír aquellos muchachos por radio, decir que el agua venía subiendo, que siguen cayendo y uno sin hacer nada, pedirle a Dios pues. Y así como esos muchachos, mucha otra gente que estaba en los alrededores allí en Macuto y a lo largo y ancho del Litoral.

Recuerdo que ese día 15 nosotros hicimos un Consejo de Ministros, celebramos... suspendimos, había una reunión en Palacio, en la puerta del Palacio que habíamos invitado al pueblo a celebrar el triunfo con música, yo mandé a suspender eso a las seis de la tarde y recuerdo que comencé la cadena nacional como a las nueve de la noche diciendo: “este ha sido un parto con dolor”, porque ya teníamos las primera cifras de cadáveres, de muertos.



Juan Barreto: “estamos satisfechos con los resultados pero no tenemos nada que celebrar, tenemos aproximadamente veinte muertos en el estado. Vargas”. Usted comenzó ya a dar noticias de la tragedia.



Presidente Chávez: sí, porque ya cuando a mí me hablaron de que había veinte muertos, dije Dios mío, ya no es una persona que desapareció, que andan buscando a una persona, a dos personas, no, son veinte ya, a esa hora, veinte muertos contabilizados.

Así que yo me comencé a dar cuenta y empezamos a alertarnos esa noche, llamamos a Consejo de ministros y nos quedamos atentos a ver cómo evolucionaba la situación. Una serie de comisiones que trabajaron. Y el 16 nos fuimos, yo estuve por salir desde la mañana en helicóptero, no aguantaba la desesperación pero no se podía.

Recuerdo que incluso llegué a decir, pero bueno vámonos como sea, ya después de mediodía nos fuimos como sea, violando las mismas normas de seguridad, la opinión de los pilotos, incluso le dije a Rangel, mira, no vamos a llevar a nadie inocente, qué sé yo, inocente digo camarógrafo, periodistas, no, vámonos nosotros solos, los dos pilotos, el ministro de la Secretaría, el general Rangel, el secretario privado, el general Méndez, yo, y el edecán de guardia, puros militares, porque era bajo riesgo el vuelo.

Pudimos entrar después de varios intentos por el callejón ese que se abre ahí, el callejón de Tacagua, apenas vimos un destello de luz allá en el horizonte, y por allá se metió el piloto. Le dije: dele por allí y llegamos de repente, rompimos la barrera de nubes y llegamos a Maiquetía, empezamos a dar vueltas, tratamos de entrar hacia Macuto, hacia esa zona que era la más afectada, no se podía entrar, el helicóptero no podía entrar, imposible, el mal tiempo y bueno, una visibilidad nula, cero, el piloto un metro más allá de la cabina no se veía absolutamente nada, imposible que un helicóptero pueda entrar allí.

Así que regresamos y aterrizamos en el Comando de Infantería de Marina. Recuerdo que ahí comenzamos a ver los primeros refugiados, damnificados, ahí nos quedamos unas dos horas hablando con unos niños, con mucha gente, una señora llorando, un hombre joven me dijo que había perdido toda su familia, que él se salvó porque estaba fuera de la casa pero desapareció su casa.

Pasamos allí unas horas, aterrizó el ministro de la Defensa, se enteró por las redes de comunicaciones que nosotros habíamos salido, se fue detrás y también pasó la barrera y luego él no pudo subir a Caracas, se vino por tierra, no sé cómo hizo para subir con un vehículo rústico. Lo cierto es que fuimos después al Comando del 58, el Destacamento de la Guardia Nacional que estaba full de damnificados, y recuerdo que ya había detenidos allí unos saqueadores.

Yo vi unos señores encerrados en un cuarto y pregunto: mire, y estos quiénes son, por qué los tienen ahí. No, estaban saqueando. Le dije, bueno, comencé a dar instrucciones muy claras, estos señores, bueno, ténganlos ahí detenidos, háganle el registro. ¡Respeto absoluto a los derechos humanos! Nada de atropellos, a menos que haya necesidad porque la situación sobrepase un límite. Pero desde el mismo primer día comenzaron algunas personas a aprovecharse de la tragedia para saquear, y me dijeron en la tarde cuando ya me venía que habían violado una niña.

Yo dije agarren, no pudieron capturar al violador. ¡Ah!, una de las cosas que me informó allí el comandante de la Guarnición, el almirante Rodríguez Tineo, es que algunos puestos policiales quedaron afectados también y la gente se metió allí, algunas personas y se llevaron armas, se llevaron municiones, se atrincheraron arriba en el cerro, arriba hay muchas vaguadas y cosas de estas. Bueno, de todos modos las instrucciones que dimos, desde el mismo inicio, es respeto absoluto a los derechos humanos.

Recuerdo mi discurso dos días después a las tropas paracaidistas cuando ordené la introducción de la Brigada de Paracaidistas a la zona del desastre, porque aún no podíamos entrar por tierra ni por agua, solo en helicóptero y ustedes saben que un helicóptero apenas puede sacar a cinco, diez, quince personas máximo, eran miles de personas, miles, así que recuerdo mis instrucciones: nadie hace uso de las armas, a menos que se sienta atacado, que el individuo o la unidad se sienta atacada por armas de fuego.

Y lo digo porque voy a hacer un comentario más adelante acerca de esto que también está corriendo por todas partes, hoy leí unas declaraciones, lo menos que puedo catalogarlas es de irresponsables, de un ex ministro de la Defensa diciendo que aquí en Vargas ocurrió otro 27 de febrero. Fíjate tú, ¡qué irresponsabilidad! Tratando de manipular la tragedia para sus objetivos particulares, nefastos. Yo no voy a responder esas cosas, de todos modos, porque siempre he dicho que las águilas no cazan moscas, y la gente que anda diciendo eso está a la altura de las moscas.

Nosotros andamos siempre, y es un consejo que le doy a todo aquel que se sienta difamado e injuriado: andemos a la altura, volemos a la altura de las águilas, no bajemos a esa situación rastrera de las moscas. Pero en todo caso, no es la persona que lo dice, sino el hecho, y no por mí, sino por lo que allí pasó realmente. En honor a la verdad, en honor al sacrificio de tanta gente, al dolor de tanta gente y a lo que allí ocurrió, un poco más adelante yo voy a hacer algunos comentarios al respecto.

Pero en todo caso esto nos llena de mucho optimismo, que casi el 80% de los venezolanos diga que se siente ahora más optimista; más optimista después de la tragedia, porque vio cómo reaccionó un pueblo, cómo reaccionó el mundo, cómo reaccionó el mundo entero, desde el mismo instante del inicio de la tragedia, el mundo demostró que ama a Venezuela, como Venezuela ama al mundo. Quiero agradecer el apoyo solidario de tantos países, más de ochenta países, por ahí está la lista.

Bueno, las llamadas, manifestaciones de condolencia, de soberanos, de príncipes, de reyes, de jefes de Estado, de gobernantes, de hombres, de mujeres del mundo. Eso hay que agradecerlo y nuestro agradecimiento será eterno.

Un mes después de la tragedia, yo debo felicitar a todos los que han trabajado en ello, a todos, los de la primera fase que estuvo coordinada por el ministro de la Defensa, Defensa civil, los bomberos, la policía, el grupo de voluntarios que por todos lados surgió.

Los grupos de rescate, porque la primera misión, la primera fase era salvamento, salvemos la mayor cantidad de gente posible, incluso ahí perdimos un número de personas, diez personas perdimos en las labores de rescate, además de la tragedia, dos helicópteros que perdimos, uno de defensa civil con ocho personas y uno de la Fuerza Armada con dos personas que fallecieron. Pero fue una labor extraordinaria, fue un rescate por aire, por mar y por tierra.

Aquello fue, bueno, el país, ustedes vieron, los venezolanos vieron imágenes. Yo, cuántas cosas vimos ahí desde el 16, el 17, el 18, el 19, el 20, todos esos días, esta primera semana. Yo tuve un sentimiento tan hermoso, un día, cuando por fin el primer barco de la Marina pudo llegar a la orilla de la playa por Caraballeda, porque esa era otra cosa, la playa estaba bloqueada, unos cien o doscientos metros de playa estaban bloqueados por rocas y troncos y piedras, los barcos no podían llegar a la orilla, solo en helicóptero uno podía ir y venir, por tierra imposible.

Pero queríamos meter los barcos estos, de los que caben tres mil personas para atracarlos a la orilla, lo más cerca de la playa, porque esos barcos, como son planos por debajo llegan a diez metros, lo más cerca posible, con unas cuerdas la gente va entrando al barco y son barcos gigantescos, de transporte de tropas, de infantes de Marina más que todo. Por fin logramos meter el primer barco, logró meterse, se fue apartando ya el oleaje un poco y encalló el barco cerca de la playa. Dos cuerdas y los infantes de marina a la playa, nosotros aterrizamos al instante, cuando me informaron por radio que el barco estaba listo.

Aquello era impresionante ver de dónde salía tanta gente de Los Corales y Caraballeda, porque me habían dicho que ahí no había quedado nadie con vida y resulta que no ¡chico!, debajo de las piedras, detrás de las matas, debajo de los techos de las casas, de túneles que había entre las piedras gigantescas salían niños, hombres, ancianos, y, ¿sabes lo que vi yo ahí? Vida. Yo dije: hay vida por todo esto.

Dios mío, cómo sobrevivió esta gente, se pensaba que eso era todo una especie de camposanto, y no solo que salió la gente, haciendo una cola larguísima como de tres mil, cuatro mil personas que iban agarrándose unos a otros. No solo eso, sino verle los ojos a aquella gente, verles la vida, verles el dolor, pero por otra parte el optimismo, la entereza moral. ¡Aquí estamos! Decían, con mi viejo, con mi abuela, y algunos con su perrito, haciendo una cola a la vida. Aquel barco con sus puertas grandes abiertas rumbo a la vida, y de allí al Puerto de La Guaira y de allí a un avión Hércules hacia Maracay o hacia Barquisimeto, a la vida.

Debo decir que en esa primera fase cívico-militar, una operación que alguien me decía que recordaba la operación aquella de Dunkerque o el rescate, el parte de Vietnam, aunque eso fue de otra proporción, pero fue una operación sin precedentes. Ahí rescatamos en menos de una semana, a unas noventa mil personas. Noventa mil personas, por aire, por mar y algunos por tierra, hasta donde podíamos llegar, haciendo picas y trochas; y especialmente los infantes y los paracaidistas que se fueron a la zona a vivir con la gente, día y noche.

Las motos, hubo un escuadrón de motos, de estos de motocross, el ministro Rodríguez Ochoa que hace motocross desde hace veinte años se metió por allá. Bueno, sacaban a la gente en las motos hasta de tres personas, aquellos motorizados saltando por encima de las rocas, de las piedras, de las quebradas, hicieron una gran tarea.

Luego, la segunda fase, la dirige el ministro Rodríguez Ochoa, después de ese salvamento, después de sacar los damnificados, de rescatar cadáveres. Y yo quiero decir lo siguiente también, el rescate de cadáveres se hizo, yo creo que nunca o muy pocas veces se había hecho aquí.

Desde el mismo instante, desde el mismo inicio de la tragedia, el viceministro de Justicia, el general Flores Villalobos, con grupos de fiscales, de médicos forenses, levantando cadáver por cadáver, incluso activaron esas cavas grandes que estaban en el puerto, unos containers que son cavas. Bueno, para tener allí los cadáveres.

Cadáver por cadáver, con todos los procedimientos de ley, por primera vez en una tragedia como esta no hay fosas comunes, no; yo mismo le dije: no quiero fosas comunes. Y ahí el país vio el dolor aquel de traer los cadáveres, los que fueron identificados, sus familiares enterrados cristianamente y no en fosas comunes. Es totalmente falso esas consejas que andan por allí, de que se dejaron cadáveres tirados, de que había, bueno, que hubo muertos, masacrados por las balas de no sé quién, del Ejército. Bueno, a menos que me lo demuestren, pero más adelante hablaré un poquito de eso. Ya lo dije, no voy a entrar en el tema en este momento.

El pueblo de Vargas, el pueblo de Venezuela, la solidaridad; en todo el país empezaron a recoger leche, pañales, ropa, comida, agua; aquí en Caracas múltiples centros de acopio y, bueno, voluntarios a pie, en moto, en carro, haciendo columnas.

Yo incluso el dieciséis en la noche que salí a recorrer Caracas, recuerdo que fuimos por aquí, por la quebrada Catuche, ahí estaban trabajando, reparando unas tuberías y mucha gente en la calle, conseguí ¡chico!, unos muchachos, andaban con un soldado, fíjate tú, un grupo de muchachos a la una de la mañana, en un camioncito todo viejo, pero bien bueno, con unas ollas llenas de comida caliente, cargaban una sopa, cargaban arroz y una carne bien sabrosa, yo probé un poquito.

Y yo les pregunto: y a ustedes ¿quién los mandó?, ¿ustedes pertenecen...? No, nosotros no salimos... esa comida la hicieron en la casa de uno de ellos y el soldado, fíjate tú, el soldado era del Plan República. Yo le pregunto: ¿y usted soldado? Del Batallón Bolívar, y ¿dónde está tú?

¿No –respondió el soldado, yo me sumé aquí a esto. Estos muchachos me pidieron que los acompañara para darle seguridad, él andaba dándole seguridad porque salir a la una de la mañana, tú sabes cómo es la cosa, ellos andaban repartiendo comida esquina por esquina, a los que estaban trabajando, cargaban unos posillos y les daban.

Ese es el primer día, el mismo dieciséis en la noche y mucha gente con megáfonos, es decir, se despertó una red solidaria como nunca antes en Venezuela. Ahora –como decía el canciller Rangel, en un programa que le vi por televisión, eso no salió de la nada; no; eso es producto de un proceso que vino sembrando el amor entre nosotros.

Claro, ahora nosotros podemos decir que Venezuela resiste cualquier cosa, lo que venga. Nos puede poner a prueba la situación y nos ha puesto a prueba, pero bueno, aguantar cuarenta años del desastre adeco-copeyano, ya es bastante. Pero esta tragedia, y ojalá más nunca Dios mío se repita algo parecido, nos puso a prueba. Y aquí estamos apenas treinta días después, fíjense los resultados humanos, en primer lugar, casi cien mil personas salvadas de la tragedia, rescatadas y ahora están no en barracas por allá olvidados, como hacían ¿no Lino?

Tú que tienes más experiencia que Rangel, y que William, y que yo, sobre estas cosas. Pero yo recuerdo en tragedias menores de hace diez años atrás, quince años atrás, yo era oficial, teniente o capitán, en una ocasión recuerdo que vinimos a jugar pelota a Caracas y nosotros siempre nos quedábamos en la Circunscripción Militar, ahí nos concentraban a los equipos deportivos, allí en Conejo Blanco, donde meten a los conscriptos, a los reclutas, cuando no hay recluta, cuando no había recluta eso estaba vacío, ahí nos metían a nosotros.

Bueno, recuerdo que convivimos ahí una vez con un grupo de damnificados; pero esa gente pasó ahí muchos meses y en el suelo o alguno que otro colchón, cuando venía entonces la recluta los sacaban de ahí, a la calle, vayan a ver qué hacen, se les acabó el tiempo.

Bueno, iban otra vez a hacer su rancho de lata, o los mandaban a Cartanal, prometiéndoles viviendas y vayan a Cartanal para que vean, yo sí conozco Cartanal, fui muchas veces a Cartanal.



Juan Barreto: allá está en la Cota Mil todavía, a la altura de San Bernardino, a la salida de San Bernardino, un poco de containers con gente adentro que son ex damnificados, solo basta pasar por allí para que uno vea el resultado de cuarenta años de tratamiento de tragedias.



Presidente Chávez: nosotros no estamos haciendo eso. Y yo en persona, ayer fui a Cumaná por ejemplo y he ido al Guri, he ido a Fuerte Guaicaipuro, he ido al Táchira y seguiré yendo por todo el país, con los ministros, con los civiles, con los militares, con los voluntarios, porque estamos transformando damnificados en dignificados. Fíjense ustedes que apenas treinta días después de la tragedia ya estamos entregando casas, puras casas, y no solo las casas, les estamos entregando las casas con algunos implementos, porque mucha gente perdió todo, todo menos la vida, que es lo más importante.

Pero ayer en Cumaná entregamos 130 viviendas, que ya se habían comenzado, estaban a la mitad, aceleramos y terminamos esas viviendas. En Barinitas entregamos cincuenta, hace una semana, allá en Barinas, el 5 de enero y viviendas a crédito con facilidades de pago, por supuesto, no vamos a cobrar eso en un año. Lo mismo en Guárico, en San Juan de los Morros, en Barquisimeto, en Mérida, en Valencia, en Monagas, en Maracay.

También tenemos que reconocer el apoyo de muchos gobernadores, de muchos funcionarios, de mucha empresa privada, el sector bancario que nos ha apoyado, no a nosotros, al pueblo, al país, a la moral, a la unión nacional. Así que un mes después, la parte humana ha sido tratada con altura, como merece un ser humano.

Ahí están, viviendo con dignidad; pero por otra parte ya estamos entregando viviendas, porque esa gente no se va a quedar en cuarteles toda su vida, ni en barracas, no, vamos a hacer viviendas para todas esas familias, y hemos activado un plan especial que hemos llamado la tercera fase: viviendas, pero además empleos, microempresas, a través del Ince.

Allá en el Guri, el que quiera ir al Guri que vaya, además de que va a disfrutar mucho aquel paisaje, pero para que vea, dónde estaban abandonados más de doscientos apartamentos familiares y más de cien apartamentos más pequeños, cómo se llaman estos apartamentos de soltero, tipo estudio de una habitación, eso estaba allá abandonado desde que hicieron la represa del Guri.

Inmediatamente Clemente Scotto se comunicó con nosotros, hicimos un plan y eso ya está funcionando, tiene luz, agua y allá están. Bueno, creo que están llegando a 2.000 personas en el Guri. Pero allí, ya están trabajando, porque a través del Plan de Empleo Rápido, que comenzó en diciembre, estamos dándoles empleo, organizando cuadrillas, ahí está trabajando el Fondo Único Social, William Fariñas con las guarniciones militares, haciendo cuadrillas de mantenimiento, están pintando los edificios, limpiando los campos deportivos, incluso hay entrenadores deportivos que estaban damnificados, allá había un boxeador y un entrenador de béisbol y ya tienen equipo con los niños, porque tienen canchas, aquello es un espacio muy abierto sin ningún tipo de riesgo.

Ya está el Ince allá con sus talleres dando cursos de carpintería, para las mujeres de repostería, ya están haciendo mesas y sillas con la madera de los pinos de Uverito, que hemos llevado para allá, o sea, están dignificados, porque están viviendo como tiene que vivir un ser humano, la educación, la salud, la atención médica; atención sanitaria, la vivienda, el trabajo; estamos buscando soluciones integrales y en esa dirección vamos, ya hemos logrado grandes avances apenas treinta días después.

Además de eso y para terminar este largo comentario porque hay llamadas, me dice Teresita, pero este es un programa especial motivado a estos treinta días, esa primera fase se cumplió con altura, con una gran eficacia, yo felicito a todos los que trabajaron allí, especialmente mi reconocimiento post mórten a los fallecidos en los dos helicópteros que perdimos. Que los perdimos porque son hombres audaces, hay que ser audaz para estas cosas. Hay que ser audaz, meterse en helicóptero a esos sitios, miren, no era nada fácil.

Yo recuerdo por ejemplo, cuando me informaron lo del helicóptero de la Fuerza Aérea allá en El Piache, es que llegó alguien allá, donde nosotros estábamos, andábamos caminando por un sitio y me dijeron: mira Chávez, hay gente en El Piache, todo ese cerro se vino abajo, pero arriba en la loma hay gente que logró salvarse.

Yo ordené un reconocimiento aéreo sobre la zona y en verdad, vieron la gente ahí, porque de verdad, había gente por todos lados. Y se hizo el plan para llegar a El Piache; por tierra, me decían: no, no se puede, imposible. Se vino todo el cerro y quedó fue un barranco pues, bueno, por aire, es la única manera, y comenzaron a hacer viajes, ya habían hecho creo que dos o tres viajes llevando agua, primero que nada, sacando heridos; y creo que fue en el tercer viaje, el helicóptero rozó el aspa con un cable de alta tensión que estaba allí, ellos no lo vieron o lo vieron, bueno, la audacia.

Cayeron cables por todos lados y el helicóptero se incendió y allí murieron dos coroneles de la Fuerza Aérea. Yo decía a sus hijos allá en Maracay, a uno de ellos, dos niños, uno de once años y otro de nueve años y a su viuda que es teniente asimilada a la Fuerza Aérea, yo le decía a su madre y a su gente, les decía: murió como Cristo. Yo envidio esa muerte; le pido a Dios que cuando me mande la muerte me la mande así. Es decir, como Cristo: morir por los demás, morir por otros, morir por audaz, por ir a llevar aliento, vida, por rescatar a un niño; por darle la mano a un niño y salvarlo, vale la pena morir, o a un anciano o a una persona cualquiera.

Igual los muchachos de Defensa Civil, también me decía el padre de uno de ellos, mire este muchacho ¡qué chavista era!, así me lo dijo, y bueno, después del 4 de febrero se fue a hacer curso de piloto y de defensa civil, de rapel y todas esas cosas y se metió a un grupo –era un niño el 4 de febrero de 1992, apenas tenía 25 años; y bueno, audaz y apenas la tragedia –me dijo su padre– se fue y se puso de voluntario, agarró ese helicóptero, no vino más nunca a la casa, de día y de noche, y consiguió la muerte como Cristo también, salvando vidas. Así que a ellos nuestro recuerdo, a todos, a los que se nos fueron en la tragedia.

La segunda fase la están coordinando entre el general comandante del Ejército Lucas Rincón Romero que está allá destacado en el litoral; igualmente está el ministro Rodríguez Ochoa que está con nosotros acá. ¡Cómo se ha trabajado! ¿Cuántos subcomités? Catorce. El subcomité de agua, de vialidad, de telefonía, de electricidad, de alimentación, de vivienda, etcétera.

Bueno, un mes después fíjense, ya la autopista Caracas-La Guaira está reabierta y en funcionamiento un 100% –y tenía fallas estructurales, tenía caídas de borde, ¡cómo se trabajo! Yo recuerdo que hasta el primero de enero en la noche estaban trabajando allí, máquinas de todas partes, voluntarios, los ingenieros militares, los ingenieros de Edelca, el Colegio de Ingenieros, colaborando todo el mundo, más bien había que controlar un poco al voluntariado porque era una avalancha y había que organizarlos, por supuesto.

Además, el aeropuerto nacional y el internacional que se cerraron, por supuesto, ya están funcionando 100%, apenas un mes después. La carretera entre La Guaira-Maiquetía, ya está llegando a Anare. Ayer estuvimos revisándola y pasándole revista junto al príncipe Felipe de Borbón, y ocho kilómetros hacia Mamo, hacia el oeste, ya se transita por todo eso, la carretera se ha abierto y eso eran toneladas y toneladas y toneladas de tierra. Bueno, la autopista principal de La Guaira a Maiquetía, eso estaba bajo dos y tres metros de barro y de piedra.

Ya hay tráfico, va y viene, ya la gente entra y sale, inclusive hay autobuses de transporte colectivo que van hasta allá y recorren el litoral. Hemos recuperado la normalidad relativa.

Por otra parte, el servicio de agua. Quedaron destrozados los embalses, las plantas de tratamiento, las tuberías, las plantas de bombeo, todo eso quedó destrozado, las tuberías no sé en cuántas partes, partidas por todas partes, incluida la que va de Caracas al Litoral, más de un kilómetro –dice el ministro, y las plantas de tratamiento, de bombeo y La Picure, la otra allá, la de Puerto Maya, todo eso quedó destrozado.

Bueno, ya hoy se ha restablecido un 60% del servicio de agua de ese sistema y el resto lo estamos cubriendo, haciendo un gran esfuerzo, con cisternas, plantas de tratamiento, potabilizadoras, desalinizadoras que han llegado de Francia, de España, de Estados Unidos, son pequeñas plantas que potabilizan el agua, otros sistemas rudimentarios que se han puesto en marcha, pero claro que tenemos que seguir haciendo un esfuerzo grande con el agua.

Ayer en el recorrido que hicimos con el príncipe de Asturias, el presidente del BID y un grupo de periodistas, observamos que una de las cosas que la gente más clama es agua, porque claro, son miles de personas las que están allí.

Estamos manteniendo eso con cisternas, con pequeños embases, pero ha funcionado bien la organización social y el suministro hay que incrementarlo, pero ahí está, el agua es uno de los problemas más graves que tenemos.

La electricidad se ha restablecido en un 70% de los sectores residenciales. Vialidad, ya decía; electricidad, agua, seguridad, se acabaron los saqueos; los brotes, estamos controlando un aspecto sanitario de cierta peligrosidad con expertos internacionales, producto de unas sustancias tóxicas que estaban depositadas en el puerto y se derramaron. Eso lo tenemos ahí controlado y bajo permanente inspección.

Algo muy importante, tanto venezolanos como extranjeros. Desde México vinieron médicos, paramédicos, los cubanos todavía están en algunas regiones del litoral; todavía están médicos y paramédicos norteamericanos, yo hablé con dos de ellos, una muchacha y un joven oficial norteamericano, que son paramédicos, atienden a la gente por allí, andan desplegados por todas partes vigilando.

El Ministerio de Salud y Desarrollo Social, el Seguro Social, todos trabajando; y se han controlado los pequeños brotes que hubo y que sigue habiendo pero no hay epidemias en Vargas, eso ya es un gran logro, y en ninguna parte del país, porque también tenemos zonas afectadas que fueron atendidas en su momento como Miranda, como Falcón, como Zulia, pero la tragedia no llegó para nada a la magnitud del estado Vargas.

Los centros de refugiados –también allí se atendió a la gente–, yo estuve el 31 de diciembre en la noche pasando revista por varios, y era impresionante ver a médicos voluntarios y paramédicos recibiendo el año nuevo con los damnificados, y el primero de enero también en la mañana, y el 24 de diciembre y el 25 de diciembre, es algo impresionante de verdad, conmovedor.

Por otra parte, la educación no se detuvo, todavía hay, por supuesto, algunos sectores en Vargas donde no se ha podido iniciar las clases, porque bueno, las escuelas quedaron destruidas, pero en un porcentaje bastante alto, me decía ayer el ministro de Educación, casi el 70% en Vargas comenzaron las clases ya, y dentro de dos semanas a más tardar, tendremos cubierto todo el litoral con las clases porque los muchachos no van a perder el año.

Y los que se fueron de Vargas, los dignificados que están en el resto del país, pues ya comenzaron clases también. Como ya les dije, en colegios hechos en los cuarteles, allá en Guri funciona un liceo y lo que hicimos fue incrementar la cantidad de alumnos en cada aula, pues colocar algunos alumnos, pero no hay ni un solo muchacho; si lo hubiera por allí en alguna parte, porque alguna familia esté viviendo con algún familiar; hay muchos familiares que se fueron a vivir con otros, yo les ruego que nos hagan llegar la información.

No permitamos que ni un solo niño pierda el año escolar, no lo pueden perder. Así que queridos amigos, ahora estamos entrando ya en la tercera fase, el proyecto de reconstrucción de Vargas. He designado al ministro más joven del Gabinete, el ministro Carlos Genatios, de Ciencia y Tecnología, la Autoridad Única del Estado Vargas es para esto, está coordinando con todos, estamos haciendo estudios científicos, y ojo, oído al tambor, antenoche me hicieron el primer informe detallado y seguimos hacia el segundo informe, antes de tomar decisiones fundamentales, estructurales.

Mucha gente pregunta: ¿qué voy a hacer yo que la casa mía me quedó allá arriba? Mira, que aquí se podrá construir otra vez porque ya el terreno está duro.

No podemos tomar decisiones a la ligera porque de las decisiones que tomemos hoy pudiera depender la vida de nuestros nietos, de las futuras generaciones; porque tenemos evidencias científicas, producto de estudios geológicos, de estudios de suelo en profundidad, cien metros hacia abajo, que no es la primera vez que ocurre esto en Vargas.

Ya hace cincuenta años, en 1951 ocurrió esto, no hubo tanto muerto porque no había tanta gente ahí. Hace poco vi las fotos del desastre que hubo en 1951, pero me decía Carlos Genatios, que en un estudio que se hizo aquí hace varios años después del terremoto de Caracas –allá en Vargas, porque la falla está allá, a pocos kilómetros de la playa está la falla que produjo el terremoto de Caracas en 1967. Se hizo un estudio y se determinó que hay varias capas de piedras gigantescas en las costas de Vargas, están haciendo pruebas de carbono 14 a ver en qué época ocurrió cada una de esas capas, porque se teme que esto ha venido ocurriendo desde hace mucho tiempo, incluso decían ayer, que Alexander Von Humboldt, por allá en 1798, hace doscientos años que vino aquí el gran científico alemán, recorrió todas estas costas e hizo unas memorias maravillosas que recomiendo se lean Viaje a las regiones equinocciales del nuevo continente, me dicen, no lo he leído, pedí que me trajeran el escrito de Humboldt, donde él habla ya, de que observó un fenómeno que pudiera ser parecido a este.



Juan Barreto: en 1804, un siglo casi.



Presidente Chávez: sí, pero él lo presenció en 1700 y tantos, por allí están, hace doscientos años. Ahora, tenemos que precisar muy bien la posibilidad de que eso pueda ocurrir dentro de cien años otra vez. No podemos entonces dejarnos llevar por intereses de alguien, bien sean económicos, que yo quiero hacer otra vez aquí este complejo para ganar dinero. No, no, no, esto es muy serio.

Nosotros tenemos que ser muy serios, muy responsables y muy objetivos en esto. De lo que decidamos ahora puede depender la vida de cientos de miles de personas dentro de no sé cuántos años. Así que yo le he pedido paciencia a la gente de Vargas, hay muchas ideas por allí que hemos estado recibiendo, pero hay sectores que ya uno comienza a sentir que comienzan a presionar para tratar de imponer alguna idea.

No, aquí no hay presión que valga. Aquí tomaremos la decisión que haya que tomar. Buena parte del litoral hay que reconstruirlo, pero no podemos desbocarnos ahora a construir o seguir construyendo edificios, balnearios, playas, casas y viviendas de apartamentos de playa para venderlos, porque no, no, no se trata de eso. Hay que ir con pie de plomo a la hora de tomar decisiones.

Sectores habrá que fortalecerlos; las playas habrá que recuperarlas, pero no podemos seguir acumulando población en estos litorales y en estos cerros. Yo más bien invito al país, y esto no es nuevo en mí; tenemos varios años trabajando el proyecto de desconcentración territorial de la población, vámonos hacia el sur.

Yo invito a todos aquellos que sientan que viven bajo riesgo, hay muchas zonas bajo riesgo, en Caracas, yo le decía al Príncipe de Asturias volando en helicóptero sobre Caracas, fíjese la situación que hay en esos cerros, las fallas que hay en esos cerros. ¡Cuánto peligro hay para cuántos niños inocentes!

Yo invito conscientemente a todo venezolano que sienta que está en peligro o que le digamos que está en peligro porque tenemos equipos evaluando quebrada por quebrada; tenemos expertos metiéndose en las grutas de la montaña del Ávila para ver qué pasó, desde dónde arrancó el torrente, cuánto de potencial de riesgo quedó ahí sembrado, para cuántos años.

Yo invito a aquellos que estén en condiciones de riesgo a que eleven su nivel de conciencia, vámonos al sur. Allá vamos a hacer una Venezuela nueva, en ese proceso de reconstrucción vamos a hacer pueblos, ciudades, vamos a sembrar, vamos a criar, vamos a pescar, vamos a hacer microempresas, pequeñas empresas de turismo; vamos a impulsar un modelo de desarrollo integral poblando el sur.

El Eje Apure-Orinoco, el eje San Juan de Los Morros-Calabozo-San Fernando; el eje Barinas-Barinitas-Mérida; el eje San Cristóbal-La Fría-Sur del Lago hacia Maracaibo; el eje Ciudad Bolívar-Puerto Ordaz-San Félix-Guri-Santa Elena de Uairén-Maturín-Güiria.

Vamos a regarnos por el país de manera equilibrada. Y eso lo vamos a hacer en conjunto, estamos avanzando en esa dirección y yo los invito y esta es la tercera fase que tenemos que verla de manera conjunta, no solo Vargas si no es la redimensión y la redistribución geográfica de la población venezolana en todo el país.

No puede ser que 80% de la población venezolana vivamos, yo vivo aquí también, vivamos en el centro del país, en la franca centro-norte costera, donde fue la tragedia. Tenemos que desplazarnos en los próximos años para concentrarnos de manera equilibrada en otros centros poblacionales, otros ejes poblacionales.

Al sur del país, donde hay millones de hectáreas de tierra fértil, para cualquier actividad económica, no vive ni siquiera el 10% de la población. Esto es producto de la irresponsabilidad del último medio siglo. No hubo planes de poblamiento, no hubo planes de ordenamiento territorial para generar empleo, para generar soluciones, porque tampoco se trata de que la gente se vaya a ir a un desierto donde no haya carreteras ni salud, ni educación, no, no, ni empleo. La solución integral y vamos hacia la solución integral. El ministro Jorge Giordani es el coordinador, ministro de Planificación y Desarrollo, de estos planes estructurales de la tercera fase.

Anuncio la creación de un pueblo nuevo aquí en Barlovento, allí en Chaguaramal, de Chaguaramal hacia acá, el Cuartel Militar que está ahí lo voy a transformar en una granja, y en torno a cinco mil hectáreas que ya tenemos medidas. El proyecto está hecho, vamos a construir un nuevo poblamiento.

Anuncio en Calabozo, donde está el cuartel militar y tierras allá en Calabozo, donde Reinaldo Cervini donó cuatro mil hectáreas, anuncio un poblamiento, pero un poblamiento, eso implica tierras para crear, tierras para sembrar, educación, escuelas, hospitales, ciudades, nuevos pueblos por el reforzamiento de lo que llamamos ciudades intermedias.

Anuncio la recuperación de los módulos de Mantecal. El que quiera irse, al que le guste la sabana; allá fuimos la semana pasada, en la costa entre el Apure y el Cauca, en el Cajón de Apure, en Mantecal, tierra con un potencial extraordinario, allá tenemos cuatro mil hectáreas; a el que le guste el caballo, el ganado, vámonos, agarre sus muchachos y allá hay casas, estamos haciendo casas, con los soldados, con los campesinos, con los agricultores, y si no sabe montar a caballo allá aprende.

Allá vamos a desarrollar los módulos de Apure que tienen cuarenta años abandonados, allá hay miles de hectáreas para criar, para sembrar.

El desarrollo lo anuncio allá en Guarumito, en el estado Táchira, ya tenemos más de veinte casas listas; 48, me dice William Fariñas, y se las vamos a dotar, en un comodato, por un año no van a pagar nada. Las familias que quieran irse a Guarumito, eso queda en el Táchira hacia el norte, y allí no solo es la casa, escuela, hospital, médico, tierra, ganado, cochino.

Ahí hay una granja militar que ha estado muy por debajo de su nivel, de potencia, pero vamos a incrementarla, y hay una zona industrial muy cerca, en La Fría, que ya tenemos el plan listo para repotenciarla.

En el Guri, pueblo Guri, allá tenemos, ya lo dije un poco, un proyecto integral. Vamos también hacia Barinitas, en la granja “Mi futuro”, allá ya están los dignificados, un grupo de ellos.

En fin, ahí hay un proyecto integral completo, donde la Fuerza Armada está comenzando a donar tierras que tenían para aportar algunas soluciones. Muchos sectores privados han comenzado a donar tierras. Allá en Barinas ubicamos unas nueve mil hectáreas, en algo que parece una Mesopotamia, le pasa por un lado el río Boconó, por el otro el Masparro, yo nací muy cerca de ahí y conozco todo eso, me crié por esos montes y sabanas.

Eso es una Mesopotamia, para crear un pueblo completo, ahí, muy cerca de Sabaneta, al sur de Sabaneta, entre Sabaneta y Puerto Nutrias, es decir, ya en los límites con el Apure, esa es la dirección estratégica. Tenemos que reubicarnos muchos de nosotros y equilibrar el poblamiento territorial. Yo, Dios mediante, y con esto termino, si llego a viejo, si Dios me da la oportunidad de escribir memorias y leer cosas con mis nietos, o los biznietos, ya tengo una nieta, será con los biznietos.

Bueno, por supuesto que no viviré por aquí por estos lares, me iría hacia el sur, hacia la costa de un río a mirar una sabana, un pequeña montaña, y yo quisiera ver, y estoy seguro que así va a ser, en estos años que vienen y en esa, nuestra vejez, ojalá que así sea, una Venezuela feliz, equilibrada.

Tenemos como hacerlo, tenemos fuerza moral para hacerlo. Tenemos además una república nueva, una redimensión de poderes públicos, ya tenemos un Poder Moral Republicano, ya tenemos el Poder Judicial que está renaciendo; vamos hacia la redimensión, es una revolución moral, espiritual, política, social, económica, la Revolución Bolivariana. Esa revolución nos llevará a una Venezuela feliz, a una Venezuela bonita, que así sea. Las llamadas adelante, hermanos.



Juana Morales, Guarenas: buenos días señor Presidente. Mira mijo.



Presidente Chávez: como te va Juana.



Juana Morales: no muy bien, vamos a decir, me contento de hablar con usted, es bello lo que dice, muy concreto. Mire Presidente pasa lo siguiente, soy un poco nerviosa.



Presidente Chávez: no te preocupes chica, dime.



Juana Morales: el problema mío es el siguiente, yo tengo una hija que vivía alquilada con un damnificado, al damnificado se le cayó la casa y desapareció. Ella porque en ese momento no estaba, los niños se salvaron; entonces ahorita está viviendo alquilada, ella tiene su trabajo, un poco golpeada y todo por los problemas, yo le cuido a los niños, yo vivo aquí con un familiar.



Presidente Chávez: ¿dónde vives tú, Juana?



Juana Morales: en Guarenas. Ahora el caso es el siguiente que yo pido una ayuda, porque también tengo una hija que estudia en la universidad, y a duras penas ella va por el pasaje, va a la biblioteca, una cantidad de cosas. Tengo 65 años, yo no trabajo mijo.



Presidente Chávez: oye Juana, óyeme una cosa que te voy a pedir algo, levanta el ánimo, levanta ese ánimo que te noto un poco decaída. Aquí estamos tomando nota todos, oyéndote y Venezuela te está oyendo, cuenta con nosotros.

Yo le voy a encomendar a William Fariñas, quien ahora, además de presidente del Fondo Único Social –aquí me trajo un informe por cierto de cuántas ayudas han dado, porque no se ha parado eso, aquí estamos trabajando sobre la tragedia y seguimos trabajando en todo lo demás. Ahora es viceministro, felicitaciones William, es el viceministro de Desarrollo Social, dentro del Ministerio de Salud y Desarrollo Social.

Él tomó nota y hoy mismo vamos a enviar una comisión a hacerte un estudio, allá está María Antonieta también, diciendo sí con la cabeza. Hoy va a ir un grupo a tu vivienda, a tu casa, yo quiero que te entrevisten a ti, a tus hijas, vean la situación de tus nietos y alguna solución, aunque sea parcial, vamos a buscar Juana, seguro que sí.



Juana Morales: gracias señor Presidente.



Presidente Chávez: y por favor levanta ese ánimo y échame la bendición Juana. Animo vieja, que estamos vivos y saldremos adelante.



Juan Morales: eres lo más bello que he visto como Presidente y que Dios lo ayude para que saque a Venezuela adelante.



Presidente Chávez: amén que así sea. Gracias Juana.



Fernando Flores, Valencia: buenos días señor Presidente. ¿Cómo está?



Presidente Chávez: bien, ¿cómo está la familia?



Fernando Flores: bien, gracias. Yo vengo haciéndote un seguimiento de lo que has venido conversando con la gente, con el pueblo. Yo me he conmovido ante esta situación tan fuerte que hemos vivido en Venezuela, y yo lo que quiero ofrecerte es un sistema de fabricación de casas que se hace por extrusión.



Presidente Chávez: ¿cómo es eso hermano?



Fernando Flores: eso se hace en arcilla, así como se fabrican los tabelones, pero ellos se encajan como si fueran unos legos y son de muy rápida fabricación. Muy fáciles de montar, la persona no tiene que saber de albañilería, se utiliza muy poco cemento y se adaptan a cualquier forma o a cualquier proyecto que tenga cualquier arquitecto.

La fabricación es sumamente rápida y yo creo que con esto podrías resolver bastante la situación para tanta gente que está damnificada.



Presidente Chávez: qué bueno Fernando, porque tú sabes que no solo son los cien mil damnificados, es que en Venezuela tenemos un déficit de vivienda tremendo. Y ¿tú tienes la tecnología?



Fernando Flores: sí, la tecnología la fabrica cualquier persona que fabrica bloques de arcilla, o sea, cualquiera alfarera que se ponga a la disposición, lo único que tiene que fabricar es la pieza donde se hace la extrusión, donde se hacen los bloques idénticos; se cocina en la misma forma en que se cocina el tabelón, en un horno tipo túnel y al fabricarlo, sale prácticamente casi la pared. Los bloques son de un metro de largo aproximadamente, y tú los ensamblas como si fuera un lego, igualito.



Presidente Chávez: y tú has trabajado con eso, por supuesto.



Fernando Flores: bueno, ese proyecto lo empecé yo hace más o menos unos veinte años, y lo dejé porque evidentemente, en ese momento las condiciones no se podían. Yo soy ingeniero industrial.



Presidente Chávez: ¿y trabajas en Valencia?



Fernando Flores: sí.



Presidente Chávez: yo te voy a pedir, primero agradecerte ese gesto que es el mismo de miles de venezolanos que han estado ofreciendo tecnología, han estado regalando, por allá me llegó hasta una carta de unos señores que tienen una mina de piedra y arena, y están regalando no sé cuántas toneladas de esto para construir viviendas.

En Fondur, organismo dependiente del Ministerio de Desarrollo Urbano, acabo de designar al general de división Víctor Cruz Weffer. Él está ahora, ahorita, responsabilizado de la construcción: primero, de soluciones, digamos, temporales, especie de refugio; pero no queremos hacerlo de cartón ni nada por el estilo, sino, bueno, viviendas que incluso después se puedan transformar en viviendas completas. Refugios para la situación de emergencia y de viviendas.

Y estamos, bueno, inventando y buscando tecnologías populares, tecnologías diversas para abaratar el costo de la vivienda, porque eso es otra cosa, ese es otro problema.



Fernando Flores: bueno, mire, esto lo pueden hacer las mismas personas por autoconstrucción, las mismas personas los arman, es que es muy sencillo, el método es muy sencillo.



Presidente Chávez: De acuerdo, Fernando, yo voy a darle tu teléfono, aquí lo tengo, de tu habitación, al general Cruz Weffer, él te va a llamar.



Fernando Flores: okey.



Presidente Chávez: y entonces, bueno, seguramente se podrán entrevistar, tú podrás ver los planes y en qué sitio, porque tenemos muchos sitios, pudiéramos comenzar a hacer esto.



Fernando Flores: okey, correcto.



Presidente Chávez: gracias, Fernando. Saludos a tu familia, hermano. Felicidades.



Fernando Flores: con gusto.



Presidente Chávez: aquí tenemos un resumen de la afectación de viviendas, por ejemplo, en el caso de la vivienda –ya que llamó el amigo Fernando, agradecemos su llamada. Viviendas aquí tenemos, un total de viviendas afectadas, setenta mil y treinta mil destruidas aproximadamente, lo que da un aproximado de cien mil viviendas entre afectadas y destruidas.

Pero esa apenas es una parte, porque –repito– hemos tenido que comenzar a desalojar a través de Defensa civil con métodos, por supuesto, persuasivos, respetando los derechos humanos; pero hay que salvaguardar el primer derecho, es el derecho a la vida, afortunadamente hemos conseguido comprensión; y estamos desalojando viviendas por aquí en Gramoven, en Blandín; estamos haciendo estudios de otras zonas de Caracas y de Vargas.

Así que vamos a tener que enfrentar este gran reto de la vivienda con una amplitud, y con una originalidad de inventiva bastante alta, bastante grande.

Así que estas, de las soluciones que estaba yo mencionando en Guri, aquí en Chaguaramal, en Miranda; muy cerca de Chaguaramal en un sitio que se llama, a ver si recuerdo, Río Negro, pero no Río Negro allá en Amazonas, no, Río Negro aquí en Barlovento; por aquí por Carabobo tenemos un sitio donde vamos a hacer un desarrollo integral.

En Barquisimeto, donde está el Fuerte Terapaima, porque fíjate lo que hemos hecho, a Barquisimeto hemos enviado un grupo de casi mil damnificados, y ahí en Fuerte Terepaima en Barquisimeto, donde uno iba a lanzarse en paracaídas y a disparar tanques de guerra, ahí hay seiscientas hectáreas disponibles para hacer 350 viviendas, son 350 familias, multiplica por cinco, que es el promedio, son 1.500, 1.600 personas.

Ahora, seiscientas hectáreas con vocación agrícola. La solución es integral, Barquisimeto, ya tenemos una avanzada de personas, pero hay cupo para más.

Claro que estamos haciendo refugios, porque los cuarteles no nos dan abasto, así que estamos haciendo al lado de los cuarteles, fíjate el plan, utilizando, como los cuarteles tienen aguas blancas, aguas negras, electricidad, teléfono, todos los servicios, entonces en los terrenos militares estamos construyendo al lado de los cuarteles que ya están ocupados por gente, por dignificados, unos refugios dignos para llevar más personas y complementar el cupo.

Pero esas personas van a hacer allí mismo muy cerca, en esos mismos terrenos militares y otros terrenos que no son militares, pero adyacentes, muy cerca, su propia vivienda por autoconstrucción, para que salga mucho más barata y para que ellos trabajen; y los que van a trabajar haciendo sus propias viviendas, no lo van a hacer de gratis, porque están trabajando, van a recibir un salario, salario mínimo por lo menos. Ahí está Lino, el ministro del Trabajo pendiente siempre de los derechos de los trabajadores.

Entonces, la solución es como dicen: “matar varios pájaros de un tiro”. No hay nadie en la calle desamparado, incluso si algún venezolano se siente hoy desamparado, venga a mí que tengo flores -como dice el dicho, jugando truco.

Nosotros, yo soy capaz de mandar a toda la Fuerza Armada para la calle de permiso o a vivir en carpas, que para eso estamos los militares, para vivir en carpas allá en la montaña, hacer períodos de campo, para meter en los cuarteles, mientras tanto a la gente. Yo prefiero que estén en un cuartel y además un cuartel no bajo mira militar, nooo.

Allá en Fuerte Tiuna hay gente que trabaja, vive en Fuerte Tiuna y sale a trabajar, y bueno, entran y salen pues y van los muchachos a la escuela. No es un régimen de vida de cuartel, no se vayan a creer que estamos militarizando a la gente. No, no, de ninguna manera. No. Es abriendo los cuarteles a la gente, pero yo prefiero si llega el extremo, si llegara el extremo, mandar a todos los soldados de permiso a su casa y llevarlos una semana al terreno para hacer entrenamiento de campaña.

Yo aprendí como soldado que la mejor aula para el soldado es el terreno. Ah, Lino, tú que fuiste soldado también ¿verdad? No hay aula como el terreno, el soldado... yo soy feliz viviendo en una carpa. ¡Uh!, allá me quedé varias noches allá en Macuto, en la carpa del comando presidencial. Yo disfruto un puyero en una carpa por allá entre las montañas, esa es la vida del soldado sabroso, y uno oye el agua que pasa y siente los pajaritos. Uno es feliz, Ah, Juan, tú serías un buen soldado.



Juan Barreto: por allá tuvimos en Macuto, sí.



Presidente Chávez: ah, entonces fíjense, pero hablando muy en serio, yo soy capaz, lo digo ante el mundo entero, de mandar, y ya se lo he dicho a los generales y cuento con el apoyo de toda la Fuerza Armada, aquí está el general Rangel, compañero de promoción, soldado, y todos los generales, Lucas el comandante del Ejército, Raúl el ministro, el comandante de la Fuerza Aérea, el comandante de la Armada.

Ustedes saben cómo han estado trabajando los militares, utilizando sus propios recursos para el apoyo de la población, les he dicho, y ya el plan está listo. Si para que la gente de los barrios críticos, en peligro, tengan que mudarse a los cuarteles, yo tengo que mandar a toda la Fuerza Armada de permiso a su casa, no tengo ningún problema, y a hacer períodos de maniobra.

Vivir seis meses en el terreno, pues para eso estamos hechos, y para eso en los cuarteles hay cocinas de campaña, para eso tenemos calentadores de agua de inmersión, que uno los usa en el terreno allá para la comida, y para eso tenemos carpas y tenemos, bueno, todo, todo batallón está hecho para vivir en el terreno toda la vida, con todos los servicios. Tenemos vehículos para hacer los caminos, no cuesta nada pues, y eso es parte del sacrificio y el aporte al pueblo.

Así que si hace falta ocupar más cuarteles como medida provisional, lo vamos a hacer mientras hacemos las viviendas; y yo alerto también a lo siguiente, por ahí salió en la prensa hace unos días, yo lo dije en Mantecal, quiero aclararlo con más especificidad. Hay gente que tiene mucha tierra ociosa dentro de las ciudades.

Ustedes ven aquí mismo en Caracas que hay espacios vacíos. Ah, yo le estoy poniendo el ojo pelao a todo espacio que vea, y estoy mandando a investigar: “dígame de quién es eso que está ahí que está solo”, porque no puede ser, ahí está la nueva Constitución Bolivariana, esto es una revolución y es una revolución, y va a ser, y tiene que ser una revolución.

No puede ser que mientras haya gente que no tiene un terreno, un pedacito de tierra para hacer una casa aunque sea lo más humilde, no importa, una casa, una vivienda digna, tengamos terratenientes que tienen, bueno, miles de metros cuadrados en la ciudad, en el corazón de las ciudades.

Tú vas a Maracay, tú vas a Valencia, tú vas a Barquisimeto, tú vas a Barinas, tú vas a Caracas, tú vas a La Guaira, tú vas a Los Teques, hay tierra abandonada por todas partes. Hay mucha gente que compra un pedazo de tierra y empieza a engordarla, empieza a engordarla, a engordarla para que valga más, para que valga más y después solo nunca va a hacer nada, sino para venderla y ganarse unos reales. No.

Eso no lo vamos a aceptar, si hubiere que aplicar la Constitución donde dice que: “...hay la vía de la expropiación por causa de utilidad pública” y se le paga, por supuesto, tampoco vamos a abusar de nadie, no. “Señor Juan Barreto, usted tiene este pedazo de tierra aquí en la mitad de Los Teques, ¿qué va a hacer con eso?” “No, este, que no sé qué”.



Juan Barreto: “estoy esperando treinta años pa’ vender el terreno”.



Presidente Chávez: “no, no, no, señor Juan Barreto, venga acá, yo necesito eso como gobierno, como Estado, para construir un edificio para que vengan aquí a vivir a lo mejor cincuenta familias. Así que señor Juan Barreto, usted está expropiado. Cuánto vale eso, busque los técnicos”. No te vamos a planear ni nada de eso, no, te damos la mano, te damos un café, Juan, somos amigos, un avalúo.

Cuánto vale eso, vale veinte millones de bolívares, aquí está. Aquí está, pero esto es del Estado y aquí vamos a hacer... un empresario privado nos va a ayudar o la gente mismo va a construir. Hay unos métodos por ahí de construir edificios que tiene Fruto Vivas. Aquí en Catia hay unos edificios de cuatro pisos que son mucho más baratos porque no tienen ascensores, no necesitan ascensores.



Intervención: operadores.



Presidente Chávez: no, no me refiero a eso. No. Edificios para vivir, permanentes, permanentes, los del 23 de Enero. Bueno, cuántas familias viven, y fíjate tú, uno desde el aire ve el desastre y el 23 de Enero impecable, y no es que uno esté alabando, Lino, la de la dictadura. No, no, no, ¡viva la democracia! chico, no a la dictadura, pero a Dios lo que es de Dios y al César lo que es del César. Ahí está el 23 de Enero.

En cambio vayan a ver la Nueva Tacagua que hizo Carlos Andrés Pérez, ¡ah! cayéndose aquellos edificios, la gente no encuentra dónde meterse, porque no hicieron los estudios y eso es corrupción. En cambio ahí está el 23 de Enero, ahí estará para siempre, impecable. Ahora, claro, hay problemas y todo esto, pero la estructura me refiero.

Entonces, esto de las expropiaciones tanto en las ciudades como en los campos. Hay mucha gente y hay una llamada, termino con esto, hay mucha gente que tiene allá en Barinas, por ejemplo, allá en Apure, por ejemplo, o aquí en Aragua, por ejemplo, aquí cerquita en el Valle de Aragua hay gente que tiene veinte mil hectáreas, y tú vas y eso está en buena parte abandonado.

Bueno, hay que llamar a esa gente, yo voy a empezar a llamarlos: “señor perico de los palotes, usted tiene aquí en el estado Aragua o Carabobo o Barinas, veinte mil hectáreas y está utilizando apenas diez mil. ¿Qué va a hacer usted con esas otras diez mil hectáreas? “Bueno, que este que...”. Presénteme el proyecto pues, ¿cuál es su proyecto de desarrollo? Si no tiene ningún proyecto, si no tiene uso, eso está ocioso.

Yo quiero que esto lo oigan bien los venezolanos, y no es ningún abuso. No, todo lo contrario, es la restitución de la normalidad que aquí se alteró hace mucho tiempo, es la restitución de los derechos humanos, eso es expropiable y está en la Constitución y en las leyes de la República por Causa de Utilidad Pública para darle vivienda y vida a los venezolanos. Una llamada por allá al aire.



Juan Barreto: sí la llamada viene desde Carayaca, señor Presidente.



Presidente Chávez: Carayaca.



Juan Barreto: la señora Elsa de Rojas. Buenos días, señora Rojas, el Presidente la escucha, adelante.



Elsa de Rojas: ¿cómo está, señor Presidente?



Presidente Chávez: buenos días, Elsa, ¿cómo está la familia?



Elsa de Rojas: bueno, vamos a decirle que bien.



Presidente Chávez: ¿cuántos hijos tienes, Elsa?



Elsa de Rojas: dos.



Presidente Chávez: dos, ¿están bien?



Elsa de Rojas: tengo uno que es oficial del Ejército.



Presidente Chávez: ah, es oficial.



Elsa de Rojas: mayor.



Presidente Chávez: ¿es mayor?



Elsa de Rojas: el mayor mío es...



Presidente Chávez: ¿qué grado tiene?



Elsa de Rojas: es teniente ahorita.



Presidente Chávez: teniente, dígame usted, que Dios lo bendiga.



Elsa de Rojas: sí.



Presidente Chávez: ¿y dónde está trabajando ese muchacho, chica?



Elsa de Rojas: está en Carora.



Presidente Chávez: ¿en el BIMA?



Elsa de Rojas: sí.



Presidente Chávez: batallón de Infantería Mecanizada Anzoátegui.



Elsa de Rojas: sí, señor, ahí mismo.



Presidente Chávez: ah… En Carora vamos a hacer unas casas también, ahí hay un fuerte grande.



Elsa de Rojas: sí.



Presidente Chávez: ¿tú has ido por Carora?



Elsa de Rojas: ¿ah?



Presidente Chávez: ¿tú has ido por Carora?



Elsa de Rojas: claro.



Presidente Chávez: allá está alegre, por ahí atrás, uno se la pasaba disparando tanques por allá.



Elsa de Rojas: sí señor.



Presidente Chávez: o sea, ¿que él es de infantería?



Elsa de Rojas: no, no, mi hijo es de comunicador.



Presidente Chávez: ah…, yo era de comunicaciones, chica, cuando era subteniente, vale. Me la pasaba con un radio en la espalda.



Elsa de Rojas: bueno, así se la pasa él, mi hijo.



Presidente Chávez: que Dios lo bendiga y a tú otro muchacho, también.



Elsa de Rojas: y el otro es médico veterinario.



Presidente Chávez: ¡ah, qué maravilla!



Elsa de Rojas: sí.



Presidente Chávez: bueno, mi amor, dime.



Elsa de Rojas: yo estaba llamando porque con el asunto de los damnificados aquí trajeron muchas mercancías y resulta que aquí no se sabe qué se hizo, qué hicieron con eso.



Presidente Chávez: ¿a dónde la llevaron? Dime tú.



Elsa de Rojas: bueno, mire, aquí teníamos un centro de acopio en el hospital.



Presidente Chávez: en el hospital de ahí de Carayaca.



Elsa de Rojas: de Carayaca, “Eudoro González”.



Presidente Chávez: ajá.



Elsa de Rojas: teníamos uno en la escuela Rafael Rangel y teníamos otro en el liceo Guaicaipuro.



Presidente Chávez: tres centros de acopio.



Elsa de Rojas: y otro supuestamente en la jefatura civil.



Presidente Chávez: ¿supuestamente?



Elsa de Rojas: supuestamente, sí.



Presidente Chávez: ajá.



Elsa de Rojas: sí.



Presidente Chávez: entonces, tú estás denunciando qué...



Elsa de Rojas: bueno, mire, nosotros lo que queremos, nosotros... yo formo parte de la Asociación Civil Ezequiel Zamora.



Presidente Chávez: ajá, qué nombre tan bueno tienes, vale.



Elsa de Rojas: sí.



Presidente Chávez: de campesinos, ¿no?



Elsa de Rojas: sí, señor.



Presidente Chávez: ¿ustedes son agricultores?



Elsa de Rojas: no, yo soy caraqueña, pero tengo muchos años viviendo aquí en Carayaca.



Presidente Chávez: bueno, eso me gusta mucho, que estén organizados.



Elsa de Rojas: lo cierto es que en estos días una señora que tiene cuatro familiares damnificados se dirigió a la jefatura civil, y le dijeron que allá no había nada, y entonces los miembros de la asociación fuimos los que le resolvimos el problema...



Presidente Chávez: con algunas cosas, implementos y esto.



Elsa de Rojas: sí, con comida.



Presidente Chávez: mira, Elsa, yo voy a mandar a investigar lo que tú me estás diciendo o denunciando. Investigar, bueno, cuántos kilos de ropa se mandaron para allá, de agua. Ahí había un sistema de suministros que no se ha detenido. Todos los días yo recibo informes del general Rincón de las toneladas de ropa, de agua, de comida, que todos los días se entregan. Aquí tengo el resumen del día de hoy. Así que vamos a investigar qué ha pasado con eso.



Elsa de Rojas: sí, porque aquí, por lo menos los damnificados que estaban en el liceo Guaicaipuro, y los que estaban en la otra escuela se los llevaron para Caracas, pero entonces aquí hay personas que tienen familiares aquí y están donde su familia, pero esa gente también tiene...



Presidente Chávez: pero están también damnificados.



Elsa de Rojas: por supuesto.



Presidente Chávez: mire, eso es muy importante, Elsa. Fíjate tú, ayúdenme ustedes en lo siguiente: yo ayer le dije a una señora allá en Macuto que me dijo: “no, yo estoy viviendo arrimada o no me dijo arrimada, viviendo con unos familiares en El Junquito me dijo, pero yo le dije: “señora, ¿pero usted está registrada como damnificada? tiene que registrarse para nosotros hacer los planes completos”.

Así que todas esas personas que están allí viviendo con familiares, tenemos que hacer... hay un censo que se está haciendo, William, ¿verdad? William Fariñas. Vamos a chequear allá a Carayaca cómo está eso, échate una pasada tú mismo por allá esta semana.



Va a ir por allá William Fariñas, Elsa. ¿Oíste?



Elsa de Rojas: ajá.



Presidente Chávez: para hacer un registro de todos los damnificados, averiguar eso que tú estás denunciando. Si hace falta mandar más apoyo mandaremos más apoyo. Yo creo que esa es una zona agrícola que tiene mucho potencial.



Elsa de Rojas: sí, señor.



Presidente Chávez: entonces ahí podemos hacer proyectos rurales William, de viviendas rurales, granjas, para que la gente que se fue, si puede volver allá si no está eso... Allí creo que no hubo mucho daño ¿verdad?



Elsa de Rojas: bueno, mijo, aquí no hubo, en realidad, gracias a Dios, no pasó...



Presidente Chávez: gracias a Dios, sí. Yo pasé pero desde arriba vía Carayaca, no aterrizamos por falta de tiempo ese día.



Elsa de Rojas y sabe qué, también tenemos un problema, porque si van a tomar a Carayaca, o sea, van a tomar a Carayaca para también van a hacer desarrollos habitacionales, porque aquí hay muchas extensiones de terreno; pero también hay muchas personas que fraudulentamente se han hecho dueños de esas tierras y están baldías.



Presidente Chávez: bueno, fíjate tú...



Elsa de Rojas: pero tendríamos que hacer un estudio, porque aquí tenemos problemas con las invasiones del agua. Yo no sé, nosotros le llevamos al primer programa de usted en la televisión, en “De Frente con el Presidente”, le hicimos entrega de un material con respecto al Pico Codazzi, al agua que estamos consumiendo aquí en Carayaca, que ya casi no nos llega.



Presidente Chávez: yo recuerdo eso. Hidrocapital estaba haciendo un estudio, ahora con esa situación se puso más grave, pero fíjate tú, quizás la misma situación de gravedad nos obliga a buscar soluciones y alternativas más rápidas.

Vamos a hacer una cosa, Elsa, el comandante William Fariñas, que está aquí el micrófono, él va a ir por allá, William, habla con ella, salúdala y a ver cuándo vas a hacer un estudio integral de Carayaca. De eso de las tierras, los terratenientes, la gente que está por allá damnificada, etcétera.



Elsa de Rojas: okey.



William Fariñas: exactamente, compatriota Elsa, e igualmente aprovecho la oportunidad para informarle a los damnificados, a las personas que están viviendo en familia en el área de Caracas, aquí en el área metropolitana, que el Fondo Único Social en la avenida Andrés Bello estamos haciendo el censo para todos aquellos compatriotas que están conviviendo esta realidad con familiares, con amigos o en apartamentos alquilados, para que le hagamos el censo allí mismo en las instalaciones del Fondo Único Social.

Entonces, voy a apersonarme allá esta semana, señora Elsa, para coordinar con usted y con la asociación civil para establecer una red de apoyo con ustedes, y de alguna manera, acompañarnos en este censo.



Yo estoy seguro que ustedes como asociación nos podrían prestar esa responsabilidad de atender a todo este grupo de compatriotas que están allá damnificados.



Presidente Chávez: bueno, mil gracias, William.

Juan Barreto: tenemos muchas más llamadas, aquí tenemos al compatriota Antero Pérez. Es un anciano de 71 años, un compatriota de San Carlos, nos llama desde allá. Lo escucha el Presidente, Antero.



Antero Pérez: muy buenos días, señor Presidente.



Presidente Chávez: buenos días, paisano, ¿está en San Carlos de Cojedes?



Antero Pérez: ¡cónchale! en San Carlos de Cojedes.



Presidente Chávez: imagínate tú.



Antero Pérez: un hombre que lo abrazó a usted.



Presidente Chávez: ¿dónde fue eso?



Antero Pérez: aquí en la avenida Bolívar, cuando usted vino la última vez en campaña, que le entregué un documento muy importante, que usted me abrazó y para mí ha sido un gran honor el tener esta oportunidad.



Presidente Chávez: bueno, Antero, paisano, cará.



Antero Pérez: lo estoy llamando por lo siguiente: aquí tenemos un personal suyo, Haydée de Franco, que seguramente usted le dará el gran apoyo para que sea nuestra gobernadora, porque es una mujer que merece todos lo que usted haga por ella, pues que mira por llevarnos al pueblo a darnos una mejora.



Imagínese usted, yo vivo en la avenida Ricaurte, quinta La Pastora, hay un movimiento de la V República alquilado, tienen una casa ahí y tienen 14 damnificados que nosotros mismos todos los días buscamos la comida para que ellos puedan subsistir. Entonces, es obra de ella. Hay un gran movimiento en contra de ella, pero nosotros los cojedeños estamos con ella, y yo lo que quiero es el respaldo político, el respaldo del pueblo, y a usted, imagínese, yo tuve la oportunidad de abrazarlo, porque acuérdese que le dije en aquella oportunidad, tanta gente que lo abrazaba, le dije: “le habla un perezjimenista, yo fui prefecto durante los diez años de Pérez Jiménez aquí en San Carlos”.



Presidente Chávez: ah, tú fuiste prefecto, Antero.



Antero Pérez: sí, prefecto, y entonces usted cuando usted supo que yo era perezjimenista, dijo: “si es perezjminista está conmigo”, dijo usted.



Bueno, hoy en día, además de que quiero hacerle algunas observaciones, nosotros teníamos aquí en Tinaco una gran terreno que es del Ejército, se llama Caribe, y sería maravilloso, para las obras que usted está iniciando, para hacerle casa a la gente y ponerlos a trabajar, porque es una zona productiva.



Presidente Chávez: fíjate, nosotros estamos evaluando todos esos terrenos y donde haya posibilidad lo estamos ya comenzando, y también ahí en Cojedes hay gente que quiere donar algunos terrenos.

Así que en Cojedes también habrán algunas soluciones; y Antero, te agradezco tu llamada, bueno, el caso que tú planteas de la compatriota Haydée de Franco, corresponderá a los cojedeños decidir, y es bueno que tú toques esto, porque es bueno recordar que la revolución política continúa, no se para, es conveniente.

Yo sí creo que es conveniente hacer las elecciones lo más pronto posible. Si el Consejo Nacional Electoral o si la Asamblea Nacional Constituyente decidiera a través del Consejo Electoral, que hay que elegir de nuevo al Presidente de la República, como yo lo he dicho, estoy a la orden.

Elijamos Presidente de la República para un nuevo período de seis años ahora, como dice la nueva Constitución; pero también hay que elegir gobernadores y eso corresponderá entonces a ustedes, y alcaldes, y llamo a la conciencia de todo el país para que nos preparemos y para que elijamos, bueno, a personas de verdad honestas, honradas, que trabajen por los pueblos, verdaderos demócratas que estén en contacto con su pueblo, para ir ocupando terreno en la nueva democracia.

La V República que apenas ha nacido y que tenemos que alimentarla y les toca alimentarla a todos ustedes, amigos venezolanos. Gracias, Antero, gracias paisano de San Carlos.



Juan Barreto: así es. Desde el Guri, donde hay un grupo de dignificados, nos llama Luz de Chirinos. Luz, te escucha el Presidente.



Luz de Chirinos: aló, Presidente.



Presidente Chávez: hola, Luz.



Luz de Chirinos: hola, ¿cómo está? Buenos días.



Presidente Chávez: buenos días. ¿Tú llamas de dónde? ¿del Guri? ¿en qué parte?



Luz de Chirinos: del Guri, señor Presidente, aquí de La Lagunita, que llegamos antier. Le quiero dar las gracias porque estamos muy bien, nos han atendido de maravilla.



Presidente Chávez: ¿llegaron antier de aquí de Caracas?



Luz de Chirinos: sí, señor.

Presidente Chávez: ¡ah!, es que ayer me informó el general Hurtado que algunos de los que... ¿fueron desalojados? ¿no?



Luz de Chirinos: no, yo venía de El Poliedro.



Presidente Chávez: claro, tú estabas en El Poliedro.



Luz de Chirinos: sí, en El Poliedro, yo soy damnificada de Antímano, de El Refugio.



Presidente Chávez: pero, ¿desde cuándo estabas tú en El Poliedro?



Luz de Chirinos: ya tenía más de ocho días, desde que nos sacaron de la escuela, desde el 6.



Presidente Chávez: ajá, porque es que dimos las instrucciones de que todos los que estaban en escuelas fueran trasladados hacia El Poliedro para que las escuelas comenzaran sus clases, como ya comenzaron; y del Poliedro, que es un sitio también temporal, donde no queremos que la gente pase más de una semana, de allí los estamos distribuyendo a las soluciones dignas esas integral. El caso tuyo al Guri. ¿Y cuántas...? ¿tus familiares cuántos son, Luz?



Luz de Chirinos: bueno, mis familiares aquí son cuatro familias.



Presidente Chávez: ¡Cuatro familias!



Luz de Chirinos: sí, señor, cuatro familias que nos vinimos del mismo barrio y todavía me queda una que está metida en el terreno de Antímano, de la estación de Antímano.

Tengo allá una hija y tengo como cuatro familias más del barrio que no se han podido venir, que no han querido irse hacia El Poliedro.



Presidente Chávez: ¿Y a ti te dieron allá qué tipo de vivienda? Cuéntame.



Luz de Chirinos: no, aquí llegamos a un campamento.



Presidente Chávez: ¿En qué los llevaron?



Luz de Chirinos: nos trajeron en el avión, en el Hércules.



Presidente Chávez: un Hércules.



Luz de Chirinos: sí, señor, y llegamos muy bien y nos atendieron de maravilla.



Presidente Chávez: por cierto, tenemos apenas dos aviones Hércules operativos.



Luz de Chirinos: sí.



Presidente Chávez: sí, tenemos que mandar a arreglar esos aviones, porque son tan útiles ¿no?



Luz de Chirinos: sí, señor. Y aquí nos van a pasar, ya nos están pasando a un apartamento tipo estudio. Entonces, señor Presidente, lo que le quería plantear era que nosotros tenemos familia allá, todavía tengo a mis hijas que estudian en el Andrés Bello. ¿Cómo se llama?



Presidente Chávez: ¿En un liceo?



Luz de Chirinos: sí, señor, en el Agustín Aveledo en La Pastora. Ellas no se quisieron venir porque no era seguro, ellas decían que no, que iban a perder el año, y las tengo allá, entonces quiero ver cómo traérmelas.



Presidente Chávez: bueno, ellas pueden irse. ¿Qué edad tienen ellas?



Luz de Chirinos: ah, catorce y veinte años.



Presidente Chávez: mira, allá van a vivir, bueno, dignamente, como ya lo estás percibiendo tú misma. Yo entiendo que hay temores, la gente no conoce Guri, no conoce Apure, no conoce el interior del país, entonces la gente tiene temores. Además, como han engañado tanto al pueblo, pero una vez que ustedes lleguen allá, yo que he ido al Guri ya dos veces y voy pronto de nuevo, eso es una maravilla.



Luz de Chirinos: esto es bello, bello, hermoso. Nosotros estamos muy contentos.



Presidente Chávez: bello, hermoso, y hay un liceo donde ordenamos, sí hay que hacer más aulas, estamos listos para construir otras aulas; pero me dijeron que había cupo para más de 200 o 300 muchachos. Bueno, metiendo algunos en algunas aulas, hay algunas aulas que estaban vacías; contratando profesores que estamos listos para contratarlos si hace falta, pero bueno, dile a tus muchachas que se vayan.



Luz de Chirinos: sí, señor.



Presidente Chávez: tú puedes, incluso, venir a buscarlas.



Luz de Chirinos: el mayor de aquí se va, porque él va de seguridad a La Guaira, él me dijo que me daba la cola para irme, entonces tengo que buscar la forma de venirme.



Presidente Chávez: bueno, y si no, mira, habla, allá está el comandante, entre otros el comandante Loyo Álvarez. ¿Conociste a Loyo?



Luz de Chirinos: sí, señor.



Presidente Chávez: él anda con sus soldados, atendiéndolos y todos los vecinos.



Luz de Chirinos: él es quien nos está atendiendo.



Presidente Chávez: si les hace falta un apoyo, ellos tienen instrucciones de conseguirles el pasaje, mandar algún autobús militar si es que son bastantes o el autobús de la CVG. Allá está Clemente Scotto, que es un gran venezolano, el presidente de la CVG, apoyando con todo lo que tenemos: autobuses, camionetas. Si es un número de personas más o menos grande, fletamos un autobús para que vengan a buscar sus cosas, o les damos un camión cava para que vengan a buscar sus cosas; pero la idea es que se vayan allá y se asienten allá y hagamos las casas y vamos a hacer... ¿Tú que vas a hacer? ¿qué haces tú?



Luz de Chirinos: yo trabajo, yo tenía mi taller y lo perdí completamente.



Presidente Chávez: ¿Taller de qué?



Luz de Chirinos: de costura, de fabricar ropa.



Presidente Chávez: bueno, allá vamos...



Luz de Chirinos: sí, porque las máquinas, unas se me perdieron.



Presidente Chávez: mira, allá vamos a hacer un taller. Allá te vamos a dar seguramente un crédito con una máquina para que hagas ropa para vender en toda esa zona turística que vamos a impulsar desde el norte de Brasil, el estado Bolívar, el oriente del país. ¿De acuerdo, Luz?



Luz de Chirinos: sí, de acuerdo, quería pedir era una ayuda para la gente que está en el terreno de Antímano.



Presidente Chávez: Antímano, dame la dirección.



Luz de Chirinos: en la estación del metro de Antímano.



Presidente Chávez: ¿Dónde es eso? Toma nota, por favor, Rangel.



Luz de Chirinos: en un terreno, en una cava ahí está una hija mía.



Presidente Chávez: ¿dónde? ¿en qué sitio exacto?



Luz de Chirinos: en la estación de Antímano. Sí, señor, hay un terreno ahí que antes era un estacionamiento.



Presidente Chávez: ¿Y en qué están viviendo ellas? ¿En una casa?



Luz de Chirinos: en unas cavas que estaban abandonadas, las limpiaron y ahí se metieron.



Presidente Chávez: ¿Ahí es que están tus hijas?



Luz de Chirinos: sí, señor, ahí están.



Presidente Chávez: bueno, yo voy a mandar a pasar una revista por allá hoy mismo, pero vente lo más pronto posible y llévatelas.



Luz de Chirinos: sí, señor.



Presidente Chávez: que allá las inscribimos inmediatamente, incluso yo di las instrucciones de la emergencia educativa, el ministro de Educación la decretó. Está trabajando como el que más, yo felicito a todos mis ministros, que todos están trabajando con un gran humanismo, una gran capacidad, una gran voluntad. Decretamos emergencia educativa de forma tal que si los muchachos perdieron los papeles, qué sé yo, no importa, lo inscribimos, creemos en su palabra y después vamos sacando los papeles. ¿De acuerdo?



Luz de Chirinos: sí, okey.



Presidente Chávez: bueno, Luz. Suerte, Luz.



Juan Barreto: bien, ahora tenemos un nuevo contacto, señor Presidente, con la señora Doris Villegas, de acá desde Caracas.



Presidente Chávez: Doris.



Juan Barreto: adelante, señora Villegas, buenos días.



Doris Villegas: ah, buenos días, señor Presidente, un placer.



Presidente Chávez: buenos días, Doris, ¿cómo estás?



Doris Villegas: señor Presidente, hay una inquietud, yo tengo mucha confianza en usted porque yo...



Presidente Chávez: gracias, gracias, espero no fallarte.



Doris Villegas: no, espero que no.



Presidente Chávez: que Dios no lo quiera.



Doris Villegas: verdad que no, que no me defraude, pero yo oigo comentarios sobre las maquinarias de las Fuerzas Armadas, que no han sido utilizadas en La Guaira y que no están en el terreno donde antes estaban, porque no se ve nada allí de maquinaria. ¿Qué pasó con las maquinarias de las Fuerzas Armadas?



Presidente Chávez: ¿Tú estás dónde, mi amor? Aquí en Caracas, ¿no?



Doris Villegas: aquí en Caracas. Los tractores y esas cosas...



Presidente Chávez: óyeme, ¿tú no has pasado por La Guaira, por esos lados?



Doris Villegas: dicen que en La Guaira, yo lo digo porque tengo personas muy allegadas que dicen que no hay ni una maquinaria de las Fuerzas Armadas trabajando, sino todas son particulares. No sé, yo no voy a afirmar eso porque yo no he podido bajar a Vargas, ya que tengo también mis cosas por aquí, pero como hay estas llovederas y el transporte, otra especulación que hay también.



Presidente Chávez: claro.



Doris Villegas: también dicen que el transporte es una exorbitancia lo que cobran para llevarlo a uno hasta el litoral. Yo no sé si eso es cierto y si no es.



Presidente Chávez: okey, fíjate tú, hay muchos rumores que, bueno, hay que oírlos. Yo no los desestimo, yo los mando a evaluar y a investigar inmediatamente, pero déjame decirte que lo de las maquinarias es falso, te lo puedo decir porque yo estuve ayer allá. Yo ayer esperé al príncipe de Asturias y a Enrique Iglesias, fuimos en helicóptero y recorrimos todo el litoral hasta Los Caracas llegamos.



Mira, hay máquinas que hemos metido de las Fuerzas Armadas y máquinas civiles, porque las máquinas no son militares ni civiles, son máquinas, son máquinas que las maneja un militar o la maneja un civil, son máquinas. Casi todos y digo casi todas, porque tenemos máquinas de la Fuerza Armada.

La Fuerza Armada tampoco tiene una gran cantidad de máquinas, no creas, sí hay máquinas, pero para la tragedia, no, no alcanzan. Trajimos casi todas las máquinas del Cuerpo de Ingenieros, que apenas lo creé. Menos mal creamos un Cuerpo de Ingenieros del Ejército en noviembre, en octubre.

El general Luis Guzmán allá tiene, bueno, desde antes del 15, porque ya había habido algunos derrumbes, inmediatamente mandamos las máquinas. Tanto es así que te voy a echar este cuento. Me contaron los muchachos allá del Cuerpo de Ingenieros que como cuatro máquinas quedaron tapiadas cerca de Carmen de Uria, por ahí, porque ya estaban trabajando, cuando se vino el mundo abajo.

Incluso una quedó prendida y estuvo un tiempo, creo que más de mediodía, porque el soldado estaba trabajando y vio que venía la tierra y salió corriendo y dejó la máquina prendida, y se salvó el soldado pero la máquina quedó tapiada: quedó prendida hasta que se le acabó el combustible. Un rato, unas horas quedó prendida la máquina.

Ya las rescataron, las arreglaron y están trabajando, pero nosotros metimos allí y gracias a eso es un récord. Mira, ayer el príncipe de Asturias dijo: “estoy sorprendido por la eficacia”, porque si tú te pones a ver la parte que aún está, digamos, los derrumbes que están sobre la carretera, ahí hay millones de toneladas de tierra, de piedras gigantescas, de palos, de todo.

En un mes, en un mes hemos avanzado, bueno, no sé cuántos kilómetros, entre Maiquetía y más allá de Anare, hacia Los Caracas, 36 kilómetros, pero eso estaba, bueno, es que era... yo pensé que no se podía pasar por ahí, porque por un lado está el mar y por el otro lado la montaña que se vino abajo; y esos muchachos se han metido como topos, yo los llamo los topos.

No solo los militares, no, ahí hay máquinas de empresas privadas que se han contratado y no han cobrado hasta ahora nada, sino que están trabajando. Después se les pagará todo, se reconocerá, por supuesto. La CVG mandó un poco de máquinas en un barco y llegaron, trabajaron los mexicanos un tiempo con unas máquinas.

Entonces, no, no, lo que te dijeron es mentira, Doris, en verdad, y ayer, me consta, que ayer soldados y maquinistas civiles trabajan en el día, van a dormir, los van relevando por turnos; y me dijeron que dentro de pocas semanas llegamos a Los Caracas y ya tenemos listo el plan para asfaltar esa carretera. Ya me informaron, vamos a utilizar ahí un poco más de veinte millardos de bolívares que los tenemos ya; y seguirán allí, incluso por meses y quizás años, destacados ahí trabajando. Civiles y militares.

La otra cosa que Doris decía, era... ¿Me está oyendo, Doris? No, ya se cayó. Ella habló de dos cosas que le dijeron, lo de las máquinas...



Lino Martínez: y el exceso de los pasajes.



Presidente Chávez: ah, bueno, si alguien tiene, yo les pido si alguien tiene alguna noticia de que alguien está especulando. A mí sí me dijeron que allá en Vargas y que estaban cobrando unas lanchas para llevar a la gente, cuando la carretera no había llegado aún a Naiguatá, me dijeron en Naiguatá hace como dos semanas, que estaban cobrando hasta veinte mil bolívares por un viaje en lancha desde Naiguatá hasta La Guaira.

Bueno, ordené a inteligencia investigar y detener a cualquier especulador. Hubo dos o tres detenidos, se detuvo eso. Y ordené a la Marina comenzar a hacer ese transporte y lo está haciendo gratuitamente, los barcos pequeños de la Marina. Aquí están los informes, todos los días esos barcas cargan quinientas personas que van y vienen pues, es lo que llaman navegación de cabotaje, entre pueblo y pueblo.

Por otra parte, ordené y así se está cumpliendo, que autobuses militares y civiles del gobierno y algunas busetas, hagan transporte gratuito por esta época. Claro, que también estamos respetando a los empresarios privados, pero ningún empresario privado o ningún conductor de buseta o de autobús puede y debe... no debe, no debe especular sobre la tragedia.

De todos modos, aquel que tenga alguna queja, que le quieran especular con la comida, estamos repartiendo comida gratuita a lo largo y ancho del litoral, las llamadas bolsas solidarias, unas bolsas para una familia que puede durar hasta una semana, donde hay lo mínimo, lo básico.

Estamos incluso repartiendo gas libremente, esas bombonas de gas, y esto por obsequio de algunas empresas privadas que comenzaron a donar eso en una primera fase con Pdvsa, a través de Petróleos de Venezuela y convenios con las suministradoras de gas, algunas de ellas. Todo eso se repartió gratis y en buena medida sigue siendo gratis.

Las cisternas de agua eso es gratis, a nadie se le debe cobrar ni un bolívar, a aquel que le cobren tome nota, averigüe quién es y denúncielo. Yo mandé a poner allí una serie de puestos cívico-militares de chequeo, hay fiscales del Ministerio Público y denúncielo con los periodistas, con la prensa, eso sí, yo les voy a rogar algo, el que vaya a hacer alguna denuncia hágala completa pues.

Diga: “mire, el señor aquel que va allá, aquel camioncito me cobró diez mil bolívares por esta tapita de agua y tengo tres testigos”. Venga acá, pa’ meterlo preso de una vez, pero no me vengan con el cuento de que no, que hay unas denuncias, pero que nadie dice nada porque les da miedo. No. Eso no es digno.

Mira, yo estoy completamente seguro y por eso dudo y lo digo públicamente, dudo hasta que me demuestren lo contrario, dudo de muchos reportajes como el que tengo aquí.

Aquí tengo uno de una periodista a la que yo respeto mucho, pero esto no implica, digo lo que siento. Yo invito a la periodista Vanessa Davies a conversar donde ella diga, cuando ella diga. Recuerdo que me correspondió el honor de darle un premio hace poco, un Premio Nacional de Periodismo el año pasado, y la felicité y es una tremenda periodista; pero yo creo que el país merece y además necesitamos que se nos diga toda la verdad.

Yo no puedo entender y se lo decía a Miguel Henrique Otero, y llegó el momento de este comentario. Yo llamé a Miguel Henrique Otero, el director del diario El Nacional hace varios días, y le dije: “mira, yo no puedo entender que un periodista de apellido Lastra, que es el corresponsal de El Nacional en La Guaira, haya publicado una nota, pues si, claro, la leí, y yo le pedí a Miguel Otero, le dije: “mira, dile a ese periodista que está trabajando contigo en tu empresa, que yo estoy a la orden”.

Todavía no me ha llamado ni Otero ni el periodista para ponerse a la orden, porque el periodista Lastra, no me trajeron el recorte, lamentablemente no lo tengo a la mano; pero Lastra escribe en El Nacional, dice él que entrevistó a unos testigos que vieron cómo fusilaron gente, cómo alguien se arrodilló y lo mataron allí; y el periodista dice que él no puede dar el nombre de la persona porque la persona le pidió que no dijera su nombre por temor.

Yo le dije a Otero y esto no lo había dicho ante el país, se lo dije a Miguel Otero, pero me veo obligado a decirlo, porque siguen los comentarios y los artículos de prensa, pero hasta ahora, a pesar de que hemos buscado por todas partes y yo mismo he buscado hasta el tiempo donde me queda y no he conseguido una sola prueba.

Si la hubiera, yo ruego que me la den para tomar la decisión más drástica que se pueda, en caso de que se compruebe algún abuso de autoridad de algún funcionario público o de cualquier persona, sea quien sea, porque la República Bolivariana sobre todo es humanista y nosotros hemos dado ejemplo, y si por algo nosotros emergimos en armas el 4 de febrero, es para luchar contra la injusticia. Yo no voy a llegar aquí ahora para amparar o para quedarme callado o para pasar agachado por temor. No, aquí hay que tener coraje para denunciar las cosas.

Entonces, me extraña mucho que digan estos reporteros y que no den... yo incluso lo digo ante el país, le dije a Otero por teléfono: “respondo con mi vida, así lo digo, mi vida la pongo por delante de quien quiera denunciar a algún asesino, que haya visto a algún asesinato”.

Yo, si me dice el periodista Lastra o Miguel Otero, a mí personalmente y en soledad, donde ellos quieran. No vayan a pensar que entonces estamos grabando, no, no. Me dice Miguel Otero que yo tengo que ir a las 2 de la mañana a un rancho... donde ellos me digan, que me lleven maniatado pues.

Sí, yo voy solo, solo, sin escolta ni nada, porque se trata de la dignidad y de la verdad. Que me maniate Miguel Henrique Otero, que me amarren como en esas películas cuando a uno lo vendan, que me venden. Yo quiero verle la cara a ese testigo que dice, para que me lleve al sitio. Con mi vida respondo por esto, con mi vida, lo digo ante Venezuela y ante el mundo.

Yo quisiera verle los ojos a ese testigo y que el periodista o quien quiera de ellos me acompañe, para que nos lleven adonde han dicho que hay fosas comunes. Yo quiero verlas. Yo voy con una pala, yo mismo iría con una pala y si me dicen: “aquí, Hugo”, ahí yo comienzo solo, sin que nadie... a buscar, porque si algo a mí me llena de indignación y lloré, fue aquella masacre del 27 de febrero de 1989, y fue una de las cosas que me llevó a dejar hijos, casa, familia, junto a mis compañeros y a irnos una noche a aventurarnos contra la incertidumbre en una media noche oscura y tenebrosa y terrible, con un fusil y con una esperanza y con un sentimiento indescriptible.

Entonces, ahora que estoy aquí de Presidente, yo soy el primero que estoy obligado a averiguar, pero yo mismo en persona cualquier... pero yo pido seriedad, yo pido consecuencia. No puede ser que el periodista Lastra... señor Lastra, yo estoy a la orden, estoy veinticuatro horas disponible para ir donde usted me diga, en las condiciones que usted me diga, para que usted me lleve a donde usted llegó a hablar con un testigo que dice que él vio matar a veinte personas en la orilla de la playa.

Yo quiero ver esa playa, porque ese testigo tiene que saber dónde es, y con expertos que yo puedo buscar podemos seguirle la pista, dónde están esos cadáveres.

Yo quisiera ver las familias de esos muertos, porque hay algo que me decía Tarek William Saab, preocupado por esto, Tarek me decía: “mira, Hugo...” Tarek tiene, ustedes saben, muchos años luchando por los derechos humanos, y ahí está ahora en la Asamblea Constituyente, y es uno de mis grandes amigos que la vida me ha dado, lo conocí en la cárcel, y él luchando por nosotros, por nuestros derechos humanos; pero Tarek me decía: “mira, Hugo, qué raro es esto, chico. Casi siempre en el mundo entero cuando pasan estas cosas, los que primero denuncian son los familiares de los afectados”.



Juan Barreto: y además se restean siempre.



Presidente Chávez: pero, bueno, y quién va a creer que si... Dios me cuide mis cinco hijos, como pido a Dios que le cuide los hijos a todos los venezolanos, Dios me los cuide a todos los hijos de Venezuela; pero vamos a suponer, Dios mío perdóname por lo que voy a decir, vamos a suponer, porque voy a poner a mis hijos como ejemplo, que a uno de mis hijos llegara a pasarle algo, y yo sepa quién le hizo un daño a un hijo. Tú crees que yo voy a decirle a un periodista: “no, no digas mi nombre porque yo tengo miedo”. ¡Qué indigno padre sería ese!, chico. ¡Uno da la vida por un hijo!

Yo vi a mi vieja, Elena, agarrarse por el pecho con un guardia en la puerta de una cárcel. Tú que estuviste preso, Lino, seguro viste a tus hijos, seguro viste a tu mujer, a tu madre, a tus amigos enfrentar desarmados el atropello. Yo vi a amigos, sin ser familiares en el San Carlos enfrentando el gas lacrimógeno para pedir el respeto a los derechos.

Yo vi la viuda de Carregal Cruz, desafiando a la Disip de aquel entonces que sí perseguía, que sí allanaba, que sí atropellaba, reclamando y diciendo que a su marido lo mataron, y logró que lo desenterraran y demostraron que lo asesinaron. La esposa, la viuda, con un niño chiquitico, chico.

Quién me va a decir ahora, señor Lastra, señor Otero, El Nacional, digo porque es el que ha venido sacando, especialmente El Nacional estos reportajes, señora Vanessa, amiga Vanessa Davies, compatriota. Yo no puedo creer eso, de que esos testigos no dicen nada por temor. No lo creo, porque ¡caramba! serían de verdad esos testigos indignos. Ellos están obligados además por la ley, obligados por la moral y por la ética.

Si yo veo que están violando a una niña, Dios cuide a todas las niñas, o que están matando a alguien, yo no puedo ser tan cobarde, primero, para... claro, si no puedo hacer nada porque aquellos están con ametralladoras y me da temor, bueno, está bien, me escondo, a lo mejor no puedo hacer nada, pero estoy obligado a denunciar eso con nombre y apellido o dar las evidencias para facilitar la investigación.

Mira, pero yo tengo miles de hombres, el comandante Urdaneta, ustedes lo conocen, ese es el jefe de la Disip. Anoche lo volví a llamar y hablé con él dos horas, y le dije: “Jesús, ¿has conseguido alguna pista?”. Me dice: “Hugo, nada”, y ellos han ido, él mismo se ha ido, con oficiales retirados de los amigos de mi vida que trabajan en inteligencia y les pedí: “vayan y husmeen y busquen y pregunten por todos esos barrios”, y no han conseguido ni una pista.

Yo les ruego y es un ruego a mucha gente, pero especialmente a quienes han estado sacando esto y especialmente al diario El Nacional. Yo le ruego, Miguel Henrique Otero, por la verdad. Yo sé que usted es un hombre de verdad, su padre fue uno de los más eminentes venezolanos de este siglo, del siglo pasado, Miguel Otero Silva; su señora madre la admiro, una gran venezolana, María Teresa Castillo ¡qué inmensa esa mujer venezolana!, y sé que usted es un hombre de la verdad.

Yo no... estoy seguro, no quiero pensar ni puedo pensar lo que el diario El Nacional va a ser, pueda ser utilizado, agarrándolo a usted por inocente, por oscuros intereses que quieran manchar la imagen de nuestro gobierno y la labor de tanta gente, civiles y militares que trabajaron ahí sin descanso y que siguen trabajando.

En honor a la verdad, y pido ayuda, Miguel Henrique Otero, el señor Lastra y señora Vanessa Davies, yo necesito ayuda, yo necesito llegarle como ustedes digan, cuando ustedes digan, en las condiciones que ustedes pongan a esto, por ejemplo, el día 14, antier salió otro reportaje más de Vanessa Davies, que ella comienza diciendo algo que a mí me extraña mucho, señora Davies, testimonio de dos soldados. Ella dice que habló, fíjense yo voy a leer una frase, cómo comienza el reportaje, muy bien escrito. Ella escribe muy bien.

“Los dos reservistas –dice– uno del Ejército y uno de la Guardia Nacional tartamudean, observan el grabador. A veces agachan los ojos, pero hablan y lo hacen porque el horror de lo vivido en el litoral les quedó tatuado y consideran que debe ser investigado” y termina diciendo ese párrafo: “por su seguridad, para protegerlos de posteriores represalias, los nombres se mantienen en reserva”. Yo pido esos nombres públicamente y respondo con mi vida, Hugo Chávez Frías responde con su vida, yo, por la seguridad de estos dos reservistas.

Ahora, aquí hay algo bien extraño, señora Davies, y a todo el país, yo le pregunté al Alto Mando Militar si entre diciembre y esta fecha algún soldado se ha ido de baja, porque un reservista es un soldado que pasa a la baja, pues me informan que no se ha ido ningún soldado de baja, menos de los que actuaron allí en el litoral.

Según esto, dice este supuesto reservista, yo quisiera saber quién es ese reservista, a ver cuándo se fue de baja, en qué sitio actuó, porque eso es como a veces uno consigue muchachos por ahí que me dicen: “Chávez, yo estuve el 4 de febrero”, y entonces yo le pregunto ¿quién era tu comandante cuando...? Yo rapidito sé si es verdad o es mentira, ¿pero en qué sitio estuviste tú?, ¿quién era tu comandante de compañía, tu teniente? “No, no me acuerdo”. “No creo que no te acuerdes quién era tu teniente que te llevó a una rebelión militar, chico. No, no puedo creerlo”.

O me decían: “no, yo era del Batallón Briceño” y yo le pregunto: ¿y dónde estuviste tú esa noche, hijo?, qué bueno. “No, yo estuve en Acarigua”. ¿Acarigua, si el Batallón Briceño era el mío y yo lo estuve aquí en Caracas y lo entregué ahí y todos fueron a prisión; pero bueno, hay gente que dice cosas ¿no? Uno con una pregunta...

Yo a ese soldado, a ese supuesto reservista con dos preguntas que le haga ya puedo intuir algo, pero repito al país, y esto es para que la señora Davies corrija: no hay ningún soldado del Ejército que se haya ido de baja entre diciembre y enero que pueda decir que estuvo en Vargas actuando como soldado uniformado y con un fusil, como ella dice aquí que él lo dijo, y que ahora esté de reservista.

No hay ninguno, para comenzar por allí, así que aquí hay una mentira y que hace sospechar de todo lo demás, porque yo pudiera pensar, señora Davies, que usted ha sido tomada por inocente, que alguien llegó haciéndose pasar por un reservista del Ejército, cuando no hay ningún reservista del Ejército que haya estado allí como soldado.

Por aquí hay una cita de este señor, de este muchacho, el del Ejército dice, fíjate tú: “El 19 o 20 de diciembre –dice el supuesto reservista– un comando de la Disip detuvo a un muchacho; había orden de disparar del tipo y los del Ejército frustramos el intento”. O sea, el supuesto reservista dice que él estaba como soldado y se enfrentó a la Disip para frustrar el intento de asesinato de un muchacho.

Ahora, me pregunto yo: ¿quién es ese soldado que ahora hoy está de baja? Y además, hay una orden que yo di muy claramente y estuve yo el 19 y 20 de diciembre pernocté por esa zona, y yo salía hasta de madrugada; de madrugada salía con un pequeño grupo a patrullar y me conseguía con personas que estaban por allá, vecinos que se organizaron con armas, porque en verdad, se desató un saqueo y violaron hasta a una niña; violaron a unas damas, se metían a saquear armados.

Hubo intercambio de disparos entre vecinos defendiéndose, hasta la televisión pasó imágenes con escopetas, porque había la amenaza de que se desbordara eso y hubo que apretar la mano; pero por supuesto, apretar la mano jamás significa matar a nadie inocente, desarmado. Si eso ocurrió y me lo prueban, yo actuaré con la mayor de las durezas que pueda contra cualquier funcionario sea civil o militar, que haya cometido ese abuso. Pero lo repito, no se puede, esto es muy extraño, que venga a decir alguien o este reportaje que un reservista. No hay reservistas. Que él frustró el intento.

Por aquí dice, un Guardia Nacional, también reservista de la Guardia Nacional. Miren, yo los únicos guardias nacionales que hoy son reservistas fue porque ordené que los dieran de baja, los capturamos saqueando, inmediatamente esa noche llamé al Comandante de la Guardia, todos los generales de la Guardia Nacional, reunión allá en el Puesto de Comando. Y dije: hago responsable a los comandantes de estas tropas y los dieron de baja, expulsados y antes de esta fecha, o sea, que no fue ninguno de ellos, por razón de fecha.

Entonces dice aquí: “el Guardia Nacional, reservista, según Vanessa Davies, dice que un paracaidista a las 6:00 p.m. encontró a un chamo que tenía dos horas escondido detrás de una piedra con una bolsa valorada en seis millones de bolívares en puro oro. Fíjate tú, que a esa hora, a las seis de la tarde, es raro, valorar una bolsa de oro rápidamente con un vistazo de ojo, ¡qué cosa!, ¡qué lujo de detalles!

Yo no he sido policía nunca, pero me gustan las películas, anoche vi una con Marisabel hasta las dos de la mañana, de policías y cosas, y uno aprende mucho. Cuando vaya alguien que tiene demasiados detalles es porque hay algo extraño. No, ¿dónde estaba usted la noche del crimen? Bueno, yo llegué a las siete y tres minutos a mi casa, a las siete y cinco me bañé. Recuerdo que me quité el zapato izquierdo primero. No, ya aquí hay algo raro. Yo me pregunto cómo supo la persona que vio esa bolsa de oro que valía seis millones de bolívares, puro oro.

Dice entonces que el Guardia Nacional reservista, supuesto, que a él lo llevaron y lo pusieron a la orden de la Guardia Nacional, en el Comando 58, no sé si estará preso, no sé qué pasó con él. Fíjense que esta es otra mentira que podemos demostrar que es mentira, por eso la señora Davies, yo le ruego una entrevista y si quiere que entreviste a todos los responsables.

Esa es otra cosa, aquí los que dirigieron la operación, civiles y militares tienen rostro, no hay anónimos. Yo puedo mostrarle al país todos los responsables de los cuerpos de seguridad, de los cuerpos del Ejército o civiles que trabajaron en la zona. Aquí no hay gente sin rostro. No. El caso de los cadáveres de Vargas.

Dice el reportaje de El Nacional, de Vanessa Davies, ¿dónde están los cadáveres de Vargas, le preguntó ella a uno de estos reservistas? Los cadáveres estaban amontonados unos sobre otros en el hangar 4, aeropuerto. Están hablando de 500 metros cuadrados, cabe mucha gente, estaba lleno.

A los cuerpos les estaban echando cal, pero llegó un momento en que el descontrol era tanto y los damnificados eran tantos que la orden era que los cadáveres que las patrullas militares encontraran en los caminos les echaran cal donde estaban. Así, ¿cómo acusas tú a un cuerpo, sea el Ejército, la Disip, la Guardia, de abusos de autoridad o de violación a los derechos humanos? Ahí se mezclaron los cadáveres, dice, los tirotearon con los de la tragedia.

Miren, yo quiero decirles que yo mismo en persona vi el sitio de los cadáveres y ahí estaba desde el primer día el general Kotovsky Flores Villalobos, puede entrevistarlo quien quiera, es el viceministro de Justicia, con grupos de médicos forenses, de fiscales y testigos manejando ese problema que es un drama de los más duros, rescatar cadáveres o pedazos de cadáveres, pero siguiendo un procedimiento científico, tomándoles fotos, haciéndole autopsias, metiéndolos en una cava, buscando a los familiares, tratando de identificarlos antes de enterrarlos.

No enterraron a ninguno en fosa común, en fosas individuales y además, con un registro para saber con la foto, cuando aparezca el familiar. Bueno, vamos al sitio donde está enterrado, para que sepa dónde están los restos de su familiar. Todo eso se hizo día y noche. Miren, y anoche me dijo el comandante Urdaneta, producto de la investigación que se hizo, que todos esos cadáveres que fueron identificados, buena parte de ellos, manejados con un criterio humanista, cristiano, se le dio cristiana sepultura, identificados buena parte de ellos, con los datos dactilares o dentales técnicos, necesarios para identificarlos posteriormente; incluso de todos esos cadáveres que suman más de 600 los que fueron ubicados y siguen apareciendo.



Ministro: 630.



Presidente Chávez: sí, 630 y siguen apareciendo incluso por allá en el mar, en Falcón, de todos esos cadáveres, solo dos fueron producto de armas de fuego, dos cadáveres, y se les hizo la autopsia y está en investigación ver cómo murieron esas dos personas.

Allí, yo recuerdo una noche, estaba yo en el puesto de Comando y hubo un tiroteo, y salí yo mismo a preguntar y hablé con Lucas por radio: ¿qué pasa? Dice: bueno, resulta que se llevaron armas de algunos puestos policiales, una ametralladora y unas armas y munición y hay unas bandas que están atrincheradas en el cerro, iba una patrulla de soldados y le dispararon, bueno, hubo un intercambio de disparos que se sintió desde lejos.

Y me informó el general Rincón: no hubo heridos de parte militar y después en la madrugada, en la mañana hubo rastros de sangre allá en la montaña, pero no se capturó a nadie. Uno no sabe si esa persona a lo mejor murió más adelante. Y otras dos personas, y esos datos los tenemos registrados, la autopsia de ley y se está investigando.

Pero también hay que recordar que aquí en Caracas cualquier fin de semana, lamentablemente, bueno hay una serie de hechos de violencia. Y también hay que recordar que los vecinos, además de eso, otra de las posibilidades, que los vecinos se organizaron en algunos sitios, allá en el Litoral y de eso hay muchos testigos, porque había saqueadores que entraban armados a habitaciones, a edificios, incluso amenazando, incluso violaron algunas mujeres.

Entonces, esto es lo que hay que investigar con seriedad, yo me pongo a la orden del diario El Nacional y de cualquier otro medio o periodista que diga tener... yo seguramente entiendo que la periodista Vanessa Davies debe tener los nombres de estos dos testimonios. Es una obligación incluso legal para ella, aportar esos dos nombres, porque estamos hablando de un delito, esta es una noticia criminis. ¡Ah Lino!, tú que eres abogado. No puede, uno no puede decir: No, no, yo por ¿cómo se llama esto? Los periodistas tienen...



Lino Martínez: ella dice que lo tiene en reserva, ella reconoce que los tiene en reserva, así que Miguel Henrique Otero, usted que es el empresario, dueño del diario El Nacional, yo exijo, en nombre de la Ley y en nombre de la verdad, además de la Ley que se me den y como ustedes quieran, donde ustedes quieran, voy solo y vendado si quieren, den los nombres y yo quiero, yo necesito verle la cara a estos supuestos reservistas.

Habría que ver si es verdad. No hay reservistas en estas condiciones. Yo quisiera ver quiénes son las personas que le dijeron a la periodista Vanessa Davies, que son reservistas, porque yo creo que, para no dudar de ella, no quiero dudar de ella, de su honestidad, no dudo de ella, está reconocida. Tú eres periodista Juan, ¿verdad?



Juan Barreto: fui su profesor.



Presidente Chávez: tú fuiste profesor de ella y yo la conozco, no personalmente, en una ocasión hasta por teléfono creo, hablé desde la cárcel con ella para denunciar algo, es reconocido su empeño por la lucha en función de los derechos humanos, pero yo pido a Vanessa Davies que me ayude también a mí a ayudarla.



Juan Barreto: y ella te conoce y sabe que tú eres un hombre honesto.



Presidente Chávez: y además, yo estoy dispuesto, a estos dos testigos y los que ella también citó en otro reportaje más largo, a los que cita Lastra allá en La Guaira que tiene testigos de una persona que siguió a una patrulla y vio como mataron en la playa no sé si a veinte personas, etcétera.

Yo los protejo con mi vida, yo me los traigo al Palacio de Gobierno y respondo con mi vida por la vida de ellos. Pero esto no puede quedar así. Esto no puede quedar en la duda, un cuento que además está recorriendo el mundo y esto no es justo. No es justo porque entonces se desvía la discusión.



Juan Barreto: presidente, yo me acuerdo de los familiares de los muertos de La Peste. Cómo esas madres se batieron, crearon asociaciones, los campesinos sobrevivientes de El Amparo que se vinieron para Caracas clandestinamente a poner la denuncia. Eso se ha visto. Entonces, ha pasado un mes de esto y gente que los periodistas los contactan, no sé por qué vía, hace denuncia pero después se pierde. Eso no se ha visto en ninguna parte del mundo. En las dictaduras más atroces, ahí están madres de la Plaza de Mayo que arriesgaron la vida. Mucha de ellas fueron presas, el resto de los hijos se los desaparecieron y se batieron por sus familiares, amigos. Este es un caso único, insólito en la historia de los derechos humanos, denunciantes que después se hacen los locos con las denuncias. Entonces, la oposición sacándole provecho, hablando de masacres.



Presidente Chávez: ya la derrotada oposición, los viudos y las viudas del Pacto de Punto Fijo andan como zamuro tratando de sacar provecho y esto sí es bastardo, bueno, es digno de ellos, el señor Claudio Fermín y demás compañía. Yo no voy a meterme con ellos, yo creo que ya la historia se metió con ellos, ahí está el resultado, pero ahora están tratando de resucitar dentro de su muerte moral y política, manipulando estas informaciones. Entonces, el diario El Nacional, la periodista Vanessa Davies, el señor Lastra, el informe de Provea, yo sigo esperando los datos de Provea.

Estas personas deben darse cuenta que le están presentando en bandeja de plata a estos viudos y viudas del Pacto de Punto Fijo, elementos para que especulen y para que en el mundo entero se crea bueno, que nosotros fuimos a masacrar a la gente, que hubo otro 27 de febrero cuando aquí, en verdad, hace un mes se inició una operación humanitaria como ninguna, como nunca antes había ocurrido en Venezuela.

Una inmensa operación, esa es otra cosa que yo digo, es decir, dentro de la reflexión que uno hace como jefe de Estado y como venezolano y comandante en jefe de la Fuerza Armada, mira, desde el mismo 17 de diciembre comenzaron a llegar norteamericanos, misiones cubanas, misiones del Brasil, de México, la Cruz Roja Internacional, peruanos, fiscales, españoles y ellos no estaban ahí en un hotel, estaban desplegados día y noche por todas partes.



Juan Barreto: y luego, tanto periodista internacional que entró a la zona de desastre.



Presidente Chávez: veinticuatro horas al día y yo lo decía y hay que reconocerle dentro de este balance que estamos haciendo a los medios de comunicación social. Yo llegaba a veces a mi puesto de Comando a media noche y prendía el televisor; o a Miraflores de madrugada o a La Casona a descansar unas horas y prendía el televisor antes de dormirme y ahí estaban día y noche periodistas en vivo, desde todos los sitios allá en el litoral, entrevistando gente, maratones de ayuda y en ninguna parte, en esos días, en plena tragedia, alguien dijo: mire, yo vi esto, mire que cuidado. ¡Eso es extraño!



Juan Barreto: Yo me acuerdo un canal de televisión donde la gente hacía cola para hablar de sus damnificados, de sus seres queridos y ninguno habló de violación de derechos humanos.



Presidente Chávez: más allá de todo esto reconozcamos el trabajo infinito, inmenso, humanitario, de tanta gente, venezolanos, extranjeros, americanos, europeos, y que continuaremos atendiendo a nuestra gente, dándoles vida a nuestra gente y sobre todo defendiendo el derecho a la vida, el derecho a la dignidad, a los derechos humanos fundamentales.

Digan lo que digan, como la canción aquella: Digan lo que digan/ yo te quiero. Digan lo que digan, queremos a los seres humanos. Y yo estaba una noche de estas con Marisabel allá, porque ella pues lee y me trae las cosas, se preocupa bastante.

Yo le digo, mira, recuerda lo de Zaratustra, estaba en la montaña y bajó al valle, a meterse en el valle de los hombre y Zaratustra cuando el sabio del Monte le dijo: no vayas Zaratustra, no te metas al valle de los hombres, quédate en la montaña solo, es más fácil hablar con el sol o con la roca o con la culebra que meterse al torbellino de los hombres.

¿No tienes miedo que te vayan a castigar por incendiario? Y él dijo: no, deme paso, yo voy. Yo voy allá y no le temo al castigo que me impongan por incendiario, porque amo a los hombres. Digan lo que digan, aquí estamos por amor al ser humano, por amor a los niños, por amor a las mujeres, al hombre venezolano, por amor a la vida; y seguiremos luchando contra viento y marea, contra mentiras, contra manipulaciones, contra la podredumbre que nos rodea, heredada de estos últimos años.

Seguiremos luchando, encendidos de pasión, por la verdad, y no le tememos a la mentira, no le tememos a la manipulación, no le tememos a nada porque Dios anda en esta lucha con nosotros, por la verdad. Echemos el miedo a la espalda y salvemos la patria, dijo Bolívar, el miedo está a la espalda.

Finalmente vamos a despedirnos, tengo compromisos al mediodía con Su Alteza Real el príncipe Felipe, me decían ayer unas periodistas que príncipe mata a presidente. Está bien, ahí está el príncipe, empujándose para entrevistar al príncipe, un muchacho muy vivaz, el príncipe de Asturias, un hombre muy inteligente y sus declaraciones están ahí, dijo que está impactado por la manera como hemos manejado, en un mes apenas, esta crisis, que es de las más grandes que ha visto en el mundo entero.

Así que vamos a conversar ahora, él se va a esta tarde, creo que va para Catuche, sí, en la tarde va a visitar la zona de Catuche, la quebrada, yo no estoy seguro si lo acompañe, pero estaremos a mediodía conversando. Estuvo en la mañana por allá por Barlovento seguramente, a ver qué impresiones trae, una serie de apoyos.

También vamos a almorzar con Enrique Iglesias, presidente del Banco Interamericano de Desarrollo que vino como un apoyo y a estudiar unos equipos técnicos de Cordiplan, del Ministerio de Planificación, el apoyo más sustancial para los próximos meses; porque ya los planes están listos y yo anuncio para la semana del 2 de febrero, esa semana entre el 29 de enero y el 6, 7 de febrero, vamos a anunciar una serie de medidas muy concretas, en lo económico, en lo político, en lo social, en lo deportivo, en lo cultural.

Dentro del proyecto de desarrollo que venimos impulsando y ahora vamos al año 2000, este año, que será un año de crecimiento. Este año despegará la economía venezolana y por tanto comenzaremos a bajar las cifras de desempleo, seguiremos bajando la inflación, seguiremos incrementando nuestras reservas internacionales, seguiremos construyendo viviendas, autopistas, hay una serie de planes, industrias.

Llamo al país nacional a la unión, a los sectores empresariales, a la Iglesia católica, a la Iglesia evangélica, a la Fuerza Armada, a las asociaciones de vecinos, a los estudiantes, a las juventudes, a las amas de casa, a los políticos honestos que son la inmensa mayoría, a todos, a las nuevas autoridades, a la nueva Asamblea Nacional que viene, al Poder Judicial que está naciendo, a todos los llamo: gobernadores, alcaldes, funcionarios públicos, a todos los trabajadores, a todos los sectores del país nacional, todos a la unión, a la unión nacional verdadera con amor, con desprendimiento, a la reconstrucción, a dejar los bajos instintos, a dejar las malas mañas que aquí reinaron durante tantos años.

A soltarnos de las amarras que todavía mantienen paralizados a algunos, vamos todos, Venezuela está allí, está a la vista, está delante de nosotros mismos. Nuestra Patria. Estamos reconstruyendo a Venezuela, estamos entrando en un año que será el año del despegue, es el primer año de la V República venezolana, de la República Bolivariana de Venezuela. Feliz de ser venezolano y cada día más comprometido con todos ustedes, pero los llamo a la unión, al desprendimiento, al trabajo, al empeño, a la dignidad, a la altura.

Volemos como las águilas y evitemos la altura de las moscas, vamos, salgamos de todo esto y avancemos hacia la Venezuela bonita de la que hablaba Alí Primera, el cantor del pueblo venezolano.

La Agenda mía para esta semana, bueno hoy estamos trabajando mediodía con el futuro rey, el príncipe. Me decía Juan Carlos ayer, estuvo llamando: ahí te mando al muchacho, trátalo como a un hijo, no, como a un hermano, porque tú eres el padre. Juan Carlos de Borbón es un hombre extraordinario, nos hemos conocido, la última vez que nos vimos fue en Cuba, y él está muy impactado por la tragedia venezolana. Igual la familia real y el gobierno español.

En la tarde estaremos en consejo de ministros evaluando una serie de decisiones administrativas, políticas, tenemos un nuevo ministro de Infraestructura y yo le doy las gracias a Julio Montes.

Estaré recibiendo a un escritor británico que está haciendo una investigación sobre este proceso revolucionario venezolano, el señor Richard Gott, está haciendo un estudio sobre América Latina; pero está muy interesado en el proceso venezolano, este es un proceso inédito, está impactando al mundo entero.

Luego, vamos a firmar un convenio con la Corporación Andina de Fomento, allí está nuestro amigo Enrique García, con quien hemos estado hablando y trabajando desde hace varios meses, y ellos nos van a dar un apoyo financiero para algunos proyectos, para enfrentar esta tragedia. Luego en la tarde estaré conversando con el embajador de los Estados Unidos, el señor John Maisto. También se quiere por ahí levantar una tormenta en un vaso de agua, alguna confusión.

Aquí no hubo ninguna confusión, sencillamente nosotros agradecemos el apoyo de todos los países, ayer conversé con unos oficiales norteamericanos allá en Macuto, hombres y mujeres trabajando, siguen los helicópteros norteamericanos trasladando gente, alimentos, agua, allá en el Litoral, la Comisión del Puerto de La Guaira vino y mañana vienen cuatro parlamentarios del Congreso de los Estados Unidos, los recibiré a las cuatro de la tarde en el Palacio, quieren visitar la zona de desastre, quieren seguir ayudando.

Ahí lo que pasó fue sencillamente que se hizo una primera evaluación y ellos ofrecieron unas máquinas, coordinaron con el ministro de la Defensa, quien hizo una evaluación inicial, quizás sobrestimando la tragedia y se había previsto en diciembre que hacían falta esas máquinas y un batallón de ingenieros norteamericanos, pero luego, con nuestro cuerpo de ingenieros y los voluntarios venezolanos, las máquinas, empresarios, estamos activando más bien empleo en la zona.

Entonces los norteamericanos tenían listos mil soldados y oficiales para traer con sus máquinas y en verdad, no nos hace falta, ya tenemos la situación controlada, agradecemos mucho esa ayuda, la disposición de ellos, lamentamos haberles causado algunos malentendidos pero eso está ya aclarado. Mañana voy a hablar con Maisto en la tarde, de algunas cosas pendientes con los Estados Unidos, las relaciones con ellos son de lo mejor y seguirán siendo de lo mejor, igual con todos los países del mundo, sin excepción.

Cuba, China, Francia, España, esta política exterior nuestra es soberana, y de paz, y de armonía con el mundo entero. Y así como respetamos, estamos seguros que el mundo está respetando a Venezuela, y lo que aquí ha pasado es una demostración de respeto. Un país que no se respetare no hubiese sido tan apoyado inmediatamente: príncipes, presidentes de Bancos Mundiales, del Banco Interamericano, mensajes de presidentes, delegaciones civiles, militares, la Defensa Civil Internacional, la Cruz Roja Internacional; bueno, de todo aquí ha venido. Eso significa que Venezuela es reconocida en el mundo, y nos tienen respeto, nos tienen afecto y nos apoyan. Yo agradezco al mundo entero esa disposición, y nosotros estamos también listos para apoyar al mundo en todo lo que podamos.

A las cinco de la tarde me reuniré con el embajador chino, hay una serie de apoyos y de trabajos conjuntos que estamos haciendo, y seguiremos haciendo con China, esa nación amiga también.

A las seis de la tarde recibiré al embajador cubano, estaremos hablando allá también en Palacio sobre el apoyo que nos están prestando, quieren seguir apoyando especialmente en el sector salud. Ha sido invalorable el apoyo de los cubanos, por allá uno los consigue, en Macuto, como los norteamericanos, esto es hermoso, extraordinario. Uno consigue a los cubanos y a los norteamericanos, allí están, y los brasileños con los mexicanos, comiendo en la misma tasa, viviendo en el mismo barro. Esto es extraordinario. ¿Será un signo de la unión bolivariana verdadera? Debe ser, sí lo es, sin duda alguna.

En la noche estaremos recibiendo informes de algunos sectores militares sobre los planes de desarrollo de la Fuerza Armada, que ahora tiene una nueva misión constitucional, incorporarse de lleno al desarrollo nacional, esa va a ser la función fundamental de la Fuerza Armada, de ahora en adelante.

Aquí nosotros no vamos a hacer guerra con Colombia ni con Brasil ni con Estados Unidos ni con Cuba ni con Rusia, ni con nadie. La guerra es contra el hambre, la miseria, y hacia allá enfocaremos todas las baterías, el recurso humano, tecnológico, científico de la Fuerza Armada Venezolana, Fuerza Armada Bolivariana.

El 18 estaremos en la mañana estaremos con un grupo de periodistas, que hay muchas solicitudes, tenemos como cien solicitudes, no me alcanza el tiempo, tantas solicitudes de periodistas internacionales especialmente, de entrevistas exclusivas, a veces los convoco en grupo pero ellos lo que quieren es exclusiva. Bueno, tratamos de cumplir con ellos, yo les agradezco muchísimo, hay un gran interés en el proceso venezolano, mañana tendremos a algunos de ellos en la mañana. Luego estaremos revisando en la tarde del martes el proyecto de telecomunicaciones.



Juan Barreto: el proyecto de la Cantv.



Presidente Chávez: no eso es un error, es el proyecto de las telecomunicaciones, es decir, estamos revisando y ajustando los proyectos de desarrollo. Yo quiero decirle al país que en el año 1999, para que tengan una idea, pues cayó el PIB, era inevitable, producto del recorte petrolero, que fue severo, 625 mil barriles diarios, tenía que caer el PIB por razón obvia, pero a pesar de que cayó el producto en 7.1%, fíjense este detalle, el sector telecomunicaciones creció 20% en 1999, a pesar de la crisis; ese es un sector con un alto potencial de crecimiento, se va a acabar el monopolio de la Cantv.

Eso es lo que se va a acabar este año, el monopolio de la Cantv, será eso lo que quiso decir aquí la secretaria. Y entonces vamos a hacer la apertura de las telecomunicaciones para que el mercado se potencia aún más. Este es un sector de gran potencial, especialmente por la ubicación geográfica de Venezuela.

Vean ustedes la ubicación geográfica de Venezuela para el proyecto de telecomunicaciones del continente y del mundo, es ideal esta ubicación geográfica y además, las condiciones nuestras, la seguridad de un gobierno serio, la seguridad jurídica que ahora sí hay en Venezuela y está fortaleciéndose.



A las cinco de la tarde del martes, revisaremos el Plan Bolívar 2000. Ustedes saben que ese fue uno de los grandes planes insignias del año 1999 y ahora vamos a revisarlo, a redimensionarlo en función de la nueva misión de la Fuerza Armada, para relanzarlo este año 2000.

A las siete de la noche estaré recibiendo al vicepresidente del Banco Mundial. Vienen también, y ya están las misiones aquí del Banco Mundial, me lo dijo su presidente, el señor Wolfersohn, el 24 de diciembre por teléfono, estaba él en Europa y hablamos. Me dijo: no me da miedo si hablamos de un apoyo por unos 500 millones de dólares a Venezuela, significa esto que tienen confianza plena en Venezuela, en su gobierno y en que eso hace falta para la reconstrucción de Venezuela.

Luego, en la noche, estaré haciendo trabajo de oficina, conversaré con el nuevo Fiscal General de la República el doctor Elechiguerra, al mismo tiempo presidente del Consejo Moral Republicano, felicitaciones a Javier Elechiguerra, ese eminente venezolano y estoy seguro de que ese va a ser uno de los poderes centrales, vertebrales, para luchar por la justicia, por el respecto al ciudadano, por los derechos humanos.

Luego, el día miércoles iré al interior del país, aún no tenemos definición; vamos a seguir entregando viviendas, y vamos a inspeccionar algunos de estos sitios en donde vamos a hacer soluciones integrales. Pequeños pueblos agroindustriales para ubicar no solo a los damnificados de ahora, no, no, a toda la población, vamos a crear empleo. Hay mucha gente que anda por allí viviendo en condiciones muy malas. El Plan de Desarrollo.

Hay terrenos en Maracaibo, en La Yolanda, terrenos en la isla San Carlos, allá en el estado. Zulia que hay que inspeccionar, en Punto Fijo, en Paraguaná, en todo eso, en San Cristóbal, en Trujillo hay una zona industrial que está abandonada, y unas viviendas que estaban abandonadas ya empezamos a rehacerlas, y vamos a hacer una zona industrial en Trujillo. Ese es uno de los estados más pobres del país y que tiene un gran potencial.

Luego en la tarde estaremos de retorno, y vamos a revisar el Proyecto de Desarrollo de la Corporación Venezolana de Guayana, todo el proyecto de todas sus empresas filiales, el proyecto de la CVG. Eso, ahí está Clemente Scotto, reestructurando, ustedes saben que el Pacto de Punto Fijo quebró todas esas empresas, las echó abajo, las transformó en su caja chica, y su caja grande también.

Ahí se financiaron los adecos durante muchos años; grandes mafias se adueñaron de eso, ahora estamos saneando las empresas de la Corporación Venezolana de Guayana. No las vamos a privatizar, no hay planes para entregar eso a precio de gallina flaca, que ese era el plan del neoliberalismo. No; vamos a gerenciarlas como tiene que gerenciarse una empresa. No puede ser que dé pérdidas por ejemplo, chico, el aluminio venezolano, cuando tenemos las condiciones de competitividad más grande del mundo.

Tenemos esa bauxita casi a flor de tierra, tenemos para llevarla el gran río Orinoco, además, bajando agua, ni siquiera subiendo que se gasta más combustible, a pura fuerza de tracción del agua se lleva en gabarras hasta el Puerto, ahí se transforma en la zona de Matanzas y el aluminio, ¿cómo es posible que eso dé pérdidas? ¡Ah!, la falta de gerencia y la falta de tecnificación, y la corrupción, como dice Lino Martínez.

Claro, se llevaron eso, se robaron todo eso. A lo que sí estamos dispuestos es a hacer empresas mixtas; capitales privados, bienvenidos, pero no estamos dispuestos a regalar eso ni a estarlo echando por la ventana, no, eso va a ser de verdad un gran proyecto de desarrollo; la minería racional; Proforca, esta gran empresa con un potencial gigantesco de madera para exportar madera, pero no para exportar madera solamente, porque tenemos que cambiar el modelo económico, es para construir estas cosas de madera, ¿qué hacemos con exportar materia prima? ¿Para que después nos vendan la madera procesada?

Tenemos que hacer aquí grandes aserraderos y convertirnos en carpinteros, en talleres para hacer camas, viviendas de madera, todo, tantas cosas que se hacen, de madera. Y de otras cosas de la CVG. El día miércoles estaremos revisando esto, el 19 de enero, en la noche también daré algunas audiencias privadas en Palacio.

El día jueves vamos a ver el Plan de Salud 2000, a las nueve de la mañana Gilberto. El ministro de Salud y Desarrollo Social haciendo un gran trabajo. Te felicito Gilberto a nombre de todo nuestro pueblo por ese inmenso trabajo en la fase 2, en Vargas y en forma general todo este año que pasó. Ahora vamos a ver el Plan de Salud 2000, para hacer los anuncios respectivos en los próximos días. Pasaremos ahí buena parte del día revisando el Plan de Salud y también planes de desarrollo social, junto con William Fariñas, el viceministro de Desarrollo Social.

Luego estaremos atendiendo a un grupo de periodistas que están haciendo una investigación sobre Venezuela, el día viernes 21 me informó Luis Miquilena que hay un acto de homenaje a la Constitución de 1811. Ese es el acto más importante de ese día, el viernes 21, la Asamblea Nacional Constituyente le va a hacer un homenaje a la Constitución de la Primera República: 1811.

El día sábado seguramente estaremos también, recorriendo zonas del litoral y algunas zonas del interior dentro del Plan de Asignación de Viviendas y Soluciones Integrales a los Damnificados y el domingo nos veremos de nuevo aquí en Radio Nacional de Venezuela, en el programa Aló Presidente.

En honor a la verdad, a la dignidad, este año va a ser grande, este es el primer año de la V República, tenemos nueva Constitución, gracias a las emisoras que están enlazadas por todo el país, el país completo nos está oyendo. Vaya mi mensaje de optimismo a todos los venezolanos, a todos ustedes compatriotas. Venezuela renace, ahora avancemos, más unidos que antes, más unidos que nunca, con la frente en alto, orgullosos de ser venezolanos, orgullosos de ser hijos de esta República y de esta patria bolivariana.

Orgullosos de levantarnos ante el mundo con nuestro coraje, con nuestra dignidad, con nuestro amor, le hemos demostrado al mundo lo que somos: un pueblo heroico, un pueblo humilde pero heroico, un pueblo grandioso, un pueblo bolivariano, un abrazo para todos y que Dios me los acompañe.