10/12/2000. Aló Presidente. Desde Santa Ines, Parroquia Esclesíastica, Municipio Rojas, Estado Barinas, Venezuela.
Aló Presidente N° 54
RR: Buenos días Venezuela, nuevamente sean todos bienvenidos hoy domingo 10 de diciembre de 2000, día de San Melquíades, el programa número 54 de Aló Presidente. Aló Presidente, rumbo ya a sus dos años de transmisión, se ha convertido en el primer programa de opinión de la radio en Venezuela y el único en el mundo donde un Jefe de Estado en su calidad de conductor marca la importancia absoluta de interactuar con el pueblo y analizar grandes temas de interés. Hasta el momento el Jefe de Estado ha hablado por teléfono con 652 personas y ha resuelto más del 85 por ciento de los casos que le han planteado. Y aquí está ya con Venezuela el Presidente de la República Bolivariana. Buenos días presidente Chávez.
Presidente Chávez: Buenos días hermano, buenos días a todos, buenos días a Venezuela. Buenos días a toda esta gente de Barinas desde Santa Inés. Avivan las candelas el viento barinés y el sol de la victoria alumbra en Santa Inés. Ese es el viejo Himno de la Federación. Estoy seguro que ese himno federal sigue resonando por las sabanas de Barinas. Saludos al señor Gobernador, a mi padre, esta mañana le pedí la bendición y ya me la echó, o sea que no se la pido otra vez; y a mi madre quien está con nosotros y todo este equipo. ¡Qué tal Dávila!, usted venía viendo en el mapa la ubicación de Santa Inés y no se peló, estamos en la margen derecha del río Santo Domingo, a mitad de distancia entre la ciudad de Barinas y la desembocadura de este gran río en el Apure. ¡Qué tal José Vicente!, el comandante de los elegantes, vino muy elegante el Canciller hoy, igual el ministro José Rojas.
Jose Vicente Rangel: Blancanieves también.
Presidente Chávez: Blancanieves Portocarrero viene muy elegante en esta mitad de sabana, hay corriente de los elegantes y de los pata en el suelo. Todos somos pata en el suelo pero hay unos que son un poco elegantes, Giordani vino con una gorra.
Jorge Giordani: Traje de campaña Presidente.
Presidente Chávez: Traje de campaña con una gorra de la CVG, José Rojas con una corbata muy fina, igual Genatios. ¡Qué tal José!
José Rojas: Ahí vamos Presidente.
Presidente Chávez: ¿Cómo están los reales?
José Rojas: Bueno los reales están bien guardados Presidente.
Presidente Chávez: Bien guardados, pero le han entregado los reales.
José Rojas: Sí señor.
Presidente Chávez: A los gobernadores. Ustedes saben cómo lo llaman, codo de cabilla, codo de cabilla; tienes una fama de tacaño.
José Rojas: Bueno para eso estamos, para cuidarlos.
Presidente Chávez: Para cuidar los reales. Bueno qué tal.
Blancanieves Portocarrero: Nosotros lo que queremos es que suelte los reales rápido, para educación, sobre todo.
Presidente Chávez: Para la educación que suelte los reales rápido.
Blancanieves Portocarrero: Sí señor.
Presidente Chávez: Ahí lo tienes al lado, dale por el codo a ver, pero cuidado si te aporreas tú si le das. Genatios vino también de campaña; Luisa Romero de campaña, la ministra de Producción y Comercio, ¿qué tal?
Luisa Romero: Como debe ser en estos ambientes, no.
Presidente Chávez: Sí bueno la combinación, nos combinamos todos. Gilberto Rodríguez Ochoa; allí está todo el equipo, casi el Gabinete en pleno; el Ministro de Salud y Desarrollo Social, por allá está el general Pérez Arcay, un gran zamorano, le pasaste por un lado, ahí lo tienes lo que pasa es que vino en guayabera. Anda enguayaberado, Jacinto Pérez Arcay, historiador, conocedor, tiene un libro, La guerra federal y sus consecuencias; está por allá el ministro Esqueda, ¡qué tal Esqueda! Tú venías con Dávila en el mapa apostando.
Ministro Esqueda: Santa Inés, la ubicación.
Presidente Chávez: La ubicación geográfica exacta de Santa Inés.
Ministro Esqueda: Había una pequeña duda.
Presidente Chávez: Tenías una pequeña duda por tu parte, pero fue aclarada en el helicóptero y sobre el terreno y tú sabes que Zamora, como tú lo sabes, historiador también es el general Esqueda.
Ministro Esqueda: Aquí estoy con compañeros de universidad, Genatios y Arcay.
Presidente Chávez: Sí, ustedes se graduaron juntos.
Ministro Esqueda: Nos graduamos juntos.
Presidente Chávez: Sí, ¿en qué año fue, el 64?
Ministro Esqueda: 74.
Presidente Chávez: 64.
Ministro Esqueda: 70.
Presidente Chávez: Ah perdón, en el 74. Claro yo recuerdo cuando yo entré a la Academia Militar, que me le fugué a mi mamá, ella le ponía velas a los santos para que yo no fuera militar y mi abuela Rosa Inés; bueno llegué allá y estaba Pérez Arcay de Teniente Coronel, ya era doctor en Historia, había hecho.
Ministro Esqueda: Ya era graduado.
Presidente Chávez: Graduado, graduado en Historia y la tesis era precisamente la guerra federal y sus consecuencias; y tú también, no estabas en la Academia sino que estabas creo que en la.
Ministro Esqueda: En el Campo de Carabobo.
Presidente Chávez: En la Compañía 24 de junio, claro. Ahí vinimos a ver el campo de Carabobo. Allá está también el general Cruz Weffer, sacando cuentas de las casas que vamos a hacer aquí en Santa Inés.
General Cruz Weffer: En Santa Inés se la dejamos a Vivienda Rural.
Presidente Chávez: Vivienda Rural.
General Cruz Weffer: Y por Barinas sí, mil 353 casi terminadas y 3 mil en.
Presidente Chávez: Veníamos viendo en el aire cómo está creciendo Barinas hacia acá, hacia el sur, hacia el sureste; bueno felicitaciones. Allá está el Comandante de la Guarnición, general zamorano, soldado al campo.
Wilfredo Silva: Buenas tarde, buen día Presidente.
Presidente Chávez: ¿Cómo es el lema de la Brigada?
Wilfredo Silva: Soldado del campo, seguridad y desarrollo.
Presidente Chávez: Soldado del campo el general Wilfredo Silva, comandante de la Brigada especial de Seguridad que lleva el nombre.
Wilfredo Silva: Del general en jefe Ezequiel Zamora.
Presidente Chávez: Del general en jefe Ezequiel Zamora. Bueno allá está el señor Alcalde del Municipio Barinas.
Alcalde del Municipio Barinas: Buenos días señor Presidente.
Presidente Chávez: Muy buenos días. Y está también con nosotros este gran amigo el Obispo de Barinas, cómo está señor Obispo, écheme la bendición.
Obispo de Barinas: Señor Presidente aquí estamos para que Dios nos siga iluminando y protegiendo.
Presidente Chávez: Gracias.
Obispo de Barinas: Estos llanos queridos.
Presidente Chávez: Monseñor, usted es de por allá de las llanuras de Maracaibo.
Obispo de Barinas: Sí señor, zuliano pero zuliano barinés.
Presidente Chávez: Claro.
Obispo de Barinas: Así es.
Presidente Chávez: Así se habla. Ya usted tiene aquí varios años y es. Yo recuerdo el día que vine, la primera vez a Barinas saliendo de prisión, llegué a Barinas el Jueves Santo y me aparecí el sábado en la misa de Resurrección.
Obispo de Barinas: Sí señor.
Presidente Chávez: Verdad. Nunca olvidaré aquella noche, cuando se apagan las luces, se prenden las velas.
Obispo de Barinas: La Resurrección.
Presidente Chávez: Así es, y las luces que iluminan el camino. Monseñor, todo nuestro respeto a usted y a nuestra Santa Iglesia Católica, Apostólica y Romana, bien representada por usted en estos llanos queridos de Barinas.
Obispo de Barinas: Señor Presidente, católico y amigo.
Presidente Chávez: Así es, que Dios nos acompañe a todos.
Obispo de Barinas: Así es.
Presidente Chávez: Bueno saludos a todos, por ahí está todo el equipo. Teresita Maniglia y los muchachos de Radio Nacional de Venezuela. Bueno hoy es un día muy especial, el programa no va a ser como todos los domingos de tres horas, de cuatro horas o de cinco horas porque tenemos un desfile cívico militar y un homenaje al general Zamora y a la batalla de Santa Inés que desarrolló en estas mismas sabanas hace 141 años, 141 años y ustedes saben que cuando nosotros estamos hablando de historia no estamos hablando de hechos que pasaron y están como congelados en una nevera; no, estamos hablando de hechos que ocurrieron, que ocurrieron, que tienen una fecha y un lugar y hoy estamos aquí en una fecha, 10 de diciembre, y en un lugar, Santa Inés, un pequeño pueblo en la ribera derecha del río Santo Domingo que viene bajando de la cordillera, pasa por la ciudad de Barinas, sigue bajando y cae en el Apure; también está con nosotros el Ministro de Secretaría, Elías Jaua, con su.
Elías Jaua: Buenos días Presidente.
Presidente Chávez: Con sus audífonos ahí, listos para la batalla. Buenos días Elías.
Elías Jaua: Buenos días Presidente.
Presidente Chávez: Bueno por allá veo a Andrade y el equipo, todos; ¡cómo está padre! ¿Cómo está el presidente del Banco del Pueblo, ya se le paró firme a usted Monseñor? Tiene que presentarse al Comandante de la Guarnición, luchadores de Cristo, luchadores de Dios. Bueno pero les decía que hoy es un día especial porque estamos precisamente en la mitad de estas sabanas de Barinas, legendarias sabanas, llenas de leyenda, llenas de mitos, pero llenas de historia real; la leyenda del Silbón, la leyenda de La Sayona, todas esas cosas, pero más acá de las leyendas están las realidades de lo que aquí aconteció, de lo que aquí está aconteciendo y de lo que aquí va a acontecer.
Fue precisamente aquí en Santa Inés donde el maestro, el creador de Florentino y el Diablo, Alberto Arvelo Torrealba, puso aquí en su imaginación a pelear, Monseñor, a Florentino con el Diablo, pero todos los análisis históricos de esta obra indican que cuando Alberto Arvelo Torrealba pensó y escribió y creó a Florentino y al Diablo pues estaba recreando precisamente la guerra federal. Florentino era el Zamora de todas estas sabanas y el Diablo la oligarquía, sí, porque la oligarquía es el Diablo, representa los valores del Diablo y los soldados y los hombres del pueblo que murieron acá por la libertad, por la justicia social, pues son los luchadores de Dios, los luchadores de Cristo, de la verdad, de la justicia y fue por eso y también es bueno recordar a Alberto Arvelo en aquel inmenso poema Florentino y el Diablo. ¿Cómo es que comienza, tú te acuerdas? ¿Dónde están los poetas, a ver?
Noche de fiero chubasco por la enlutada llanura/ y de encendidas chipolas que al rancho del peón alumbran./ Adentro suena el joropo y afuera bate la lluvia/ no lejos asoma el río pecho de sabana sucia./ Y mientas el joropo teje bandoleras, amarguras/ el rayo a la palma sola le tira señeras puntas. /Súbito un hombre en la puerta, indio de graves posturas/ ojos negros, pelo negro, frente de cálida arruga,/ pelo e’guama luciente que con el candil relumbra. / Un golpe de viento guapo le puso a volar la blusa/ y se le vio geme y medio de puñal en la cintura./ ¡Epa vale, ese es el diablo!/ Una voz por la sala cruza/ mírenlo como llegó, con tanto barrial y lluvia/ planchada y seca la ropa sin cobija ni montura./ Dicen que pasó temprano como quien viene de Nutrias,/ navegando en su canoa por el paso de las brujas.
Y así arranca el joropo cuando cantó Florentino con el Diablo; comenzaron a cantar a la media noche y cuando estaban reventando el sol y los gallos cantando, aquí en Santa Inés, el Diablo arrancó para la sabana, lo derrotó Florentino; como Zamora derrotó al diablo de la oligarquía en esta misma sabana un día como hoy en las riberas del Santo Domingo hace 141 años, pero la historia no ha terminado, estamos en el mismo dilema zamorano, en el mismo dilema de Zamora, en el mismo dilema de Bolívar, en el mismo dilema de los que lucharon por construir una patria verdadera para todos, una república verdadera donde todos tengamos derecho a la vida, a la vivienda, al trabajo, a la tierra, el derecho a la dignidad, a la educación de buena calidad; y aquí estamos enfrentando, repito, compatriotas de Venezuela, el mismo dilema, estamos en la misma encrucijada zamorana de Santa Inés; claro que, yo le estaba comentando al Ministro de Defensa -que está con nosotros también acá en Santa Inés y el Alto Mando Militar- cuando veníamos bajando del helicóptero y a mitad del Gobernador; mirando la sabana de Barinas, volando en helicóptero, el vuelo en helicóptero es muy hermoso, muy panorámico, allí uno puede mirar la sabana hermosa; venía el Canciller preguntando ¿hay ganado por aquí? Y papá le decía sí, por allá hay un ganadito y yo agregaba no hay ganado. Un puñito de ganado, por aquí cuatro vacas, por allá cuatro más y aquella inmensidad de sabana verde y agua por todos lados, el Santo Domingo y los caños y los, hay más garzas que ganado. ¡Qué belleza de tierra! ¡Qué riqueza de tierra y qué pobreza de gente viviendo sobre una tierra rica! Ah, pero claro después que murió Bolívar, como yo le comentaba anoche a los soldados de esta Guarnición, ahí en la ciudad de Barinas dándole el mensaje navideño, después que murió Bolívar –y anoche estábamos viendo con el general Silva, después que terminó la obra de teatro ¡qué tremenda obra de teatro vimos anoche! Un tal Ezequiel Zamora. ¿Esqueda, tú no la viste? Ah, tú la viste, claro; Jacinto tú la viste también. Bueno provoca llorar a veces y al final provoca agarrar una lanza y salir detrás del viejito ¿verdad?, a buscar justicia, a buscar vidas. Y ahí está el dilema: o hacemos la revolución pacíficamente o saldrán esos viejitos y sus hijos y sus nietos a buscar lanzas y machetes. He ahí el dilema que tenemos nosotros. Hasta cuándo aguanta un pueblo. Son siglos aguantando. Los abuelos de los abuelos de los abuelos de esos niños que salieron corriendo entre los topochales a recibirnos y a gritar; y una niña que se llama Ana, muy linda, que está por allá afuera; hay un niño gordo que se llama Juan, el cuarto bate del equipo de pelota, pero no tienen pelota fíjate, en Santa Inés no hay pelota para jugar beisbol; los muchachos están igualito que en Sabanetas cuando Adán Chávez, mi hermano que está allá, y yo andábamos buscando la mata de caucho allá atrás en el patio para abrirle un hueco y sacar caucho y hacer las pelotas y buscábamos el guaral que tenía mi papá para pescar por allá y se o robábamos, le quitábamos el guaral para enrollarlo y después algún teipe viejo que se descuidaba por allá, para forrarlo con teipe y jugar a la pelota. Han pasado, Adán, cuántos años, más de treinta, 40 años, fíjate cómo pasan los años; bueno no tanto, yo tengo 46, tú tienes ya 50, casi 40 verdad, fíjate tú. Sí, 40 años, teníamos como seis años, ocho años. Y los niños de los pueblos siguen buscando las pelotas igual –sí, quiero jugo y café también. Anoche me comí una hallaca que me dio mi madre, muy sabrosa esa hallaca; ahora volviendo al punto que quiero resaltar hoy a todos los venezolanos, pues sí, sobrevolando las sabanas de Barinas, sabanas heroicas, un pueblo como el que vive aquí, pueblo heroico un pueblo que se fue detrás de Bolívar, no tuvo ninguna duda cuando comenzaron a sonar los clarines de la independencia Barinas, que era la segunda ciudad en importancia de Venezuela, un centro comercial, hasta aquí mismo llegaban los barcos, por aquí pasaban los barcos hacia Torunos, Torunos queda más al norte; por aquí pasaban los barcos que venían del Apure, por aquí pasaban los barcos que venían del Apure, barcos de comercio para traer víveres, artículos que venían de Europa y por aquí salían, por este río Santo Domingo hasta el Apure, del Apure iban hasta el Orinoco y al Atlántico ganado, cuero de res, pluma de garza, café y cacao del mejor del mundo que se producía en Barinas, incluso el café se llamaba Variná, con V pequeña porque era el nombre, de ahí viene el nombre de Barinas, de los indios Variná, con V de Venezuela, Variná de ahí viene el nombre de Barinas; ésta era una de las regiones más desarrolladas cuando la colonia, la conquista y la colonia; así que aquí a Barinas había mucho contacto en Barinas con Europa y llegaban, por eso Barinas fue sede de gente ilustrada, sí, a lo largo de la historia; de poetas siempre ha sido, centro de poetas, de creadores, de pensadores y de guerreros por supuesto, porque había un contacto directo, estos barcos que venían, barcos de río por supuesto que llegaban hasta por unos muy cerca de la capital y pasaban por todos estos pueblos, estos pueblos estaban más desarrollados hace 200 años que hoy, estaban más desarrollados, no había tanta miseria. Hoy viven peor que hace 200 y hace 300 años, ahora este pueblo no dudó cuando sonaron los clarines de la independencia, no dudaron en proclamarse rebeldes contra el imperio y cómo contribuyó Barinas y los llaneros de Barinas a la independencia. Bueno de aquí surgieron las tropas invencibles de Páez. De aquí hacia el Apure que es la misma tierra, el Apure y Barinas es una sola región, surgieron, aquí había incluso no sólo un centro importantísimo de abastecimiento de ganado, de logística para el Ejército sino además una fábrica de municiones, el gran parque de occidente estaba ahí en Barinas, pero luego de la independencia los llaneros y las llaneras quedaron peor que antes de la independencia, porque se fueron detrás de José Antonio Páez, se fueron detrás de Bolívar y cuando terminó la guerra y traicionaron a Bolívar los que lo traicionaron, la oligarquía rodeó al Centauro y le quitó la lanza y lo domó y expulsaron a Bolívar de Venezuela, la oligarquía venezolana cumplió su papel, expulsó a Bolívar, domó a Páez y el Centauro de la sabana terminó siendo un gran terrateniente y dueño de esclavos. He allí las cosas de la historia y Bolívar que se oponía a aquello y quería repartirle tierras a los campesinos y a los indígenas porque Bolívar era un revolucionario de verdad; Páez no llegó a serlo, Páez era un gran soldado pero no tenía una mentalidad revolucionaria, justiciera, se demostró, él mismo lo demostró; Bolívar en cambio no, Bolívar quería justicia, Bolívar decía un sistema de gobierno, el más perfecto debe darle la mayor suma de felicidad a su pueblo; Bolívar decía los hombres nacemos desiguales en temperamento, en carácter, desiguales hasta en la conformación física, desiguales en sexo, desiguales en el color, en el tamaño, en el color de los ojos; desiguales en cuanto al cabello, desiguales, pero el Estado a través de las leyes debe asegurar la igualdad jurídica, la igualdad social y la igualdad política. Ese era Bolívar, un revolucionario como Cristo, igual, seguidor de la línea de Cristo, gran revolucionario; bueno los campesinos quedaron peor porque los que regresaron vivos después de la independencia no consiguieron ni tierra ni consiguieron crédito ni nada; algunos le dieron los llamados haberes militares, cosa que estábamos viendo anoche por un caso de una propiedad que hay aquí en Barinas del llamado Fundo Lechosote, Lechosote, que es reclamado por unos propietarios privados y por un banco y resulta que tengo en mi poder un libraco así de este grueso donde en 1828 un juez de aquí de Barinas los, esos terrenos, los asigna pero no en propiedad privada porque el mismo juez dice que no, que eso es del Estado, los asigna para su disfrute, para su uso, como parte de lo que se llamó Haberes Militares, pues de esa manera le pagaban a los soldados y oficiales que fueron a la guerra, con tierra; pero qué pasó, detrás de una figura de aparente contenido social y de justicia social apareció la figura de los terratenientes, entonces resulta que al cabo Hugo Chávez le daban aquí en Santa Inés un pedazo de tierra para pagarle sus 15 años de guerra, porque no le pagaban a nadie, no había salarios, qué salarios; agarra tu lanza y vámonos a buscar a los españoles, al final de la guerra los que quedaron vivos o algunos de sus familiares recibieron tierras, algunos lotes de tierra, pero luego aparecieron los latifundista y se fueron adueñando de la tierra porque a lo mejor al cabo Hubo Chávez le dieron un pedazo de tierra pero no tenía ni para sembrar ni para criar ni le dieron créditos ni nada y terminó vendiendo la tierra por una locha o por cuatro lochas a los tenedores de capital que fueron de esa manera adueñándose de grandes extensiones de tierra y hoy, 180 años después, aquí tenemos el latifundio vivito y coleando. Yo, a nombre de estos siglos que han pasado, a nombre del dolor, recogiendo el dolor de los campesinos de Santa Inés, de Barinas y de Venezuela que andan viviendo sobre una sabana inmensa y no tienen ni un pedacito de tierra para sembrar una mata de yuca, y al lado tienen gigantescas propiedades de muchos señorones que viven en la capital, y no tienen ni cría de ganado ni tienen siembra ni nada y les pasa un río por un lado y una sabana gigantesca y rica, lo voy a repetir de nuevo, en Venezuela o se acaba el latifundio o yo me dejo de llamar Hugo Chávez o me muero. Ya andan por ahí los latifundistas haciendo una campaña, tratando de confundir a los campesinos, andan diciéndole a los campesinos que si nosotros vamos a instalar el comunismo aquí, que vamos a acabar con la propiedad privada, bueno, los campesinos de Venezuela, yo estoy seguro que no se van a dejar confundir; aquí no hay ningún comunismo de por medio, aquí no vamos a eliminar la propiedad privada, aquí lo que vamos a hacer es aplicar una ley para que haya justicia y para que los campesinos de Venezuela, todos sin excepción, tengan tierras suficientes para sembrar, para criar y para producir y no sólo tierra, sino capital, tierra, apoyo técnico y tecnológico y mercado para sus productos, es una revolución agraria lo que está planteado y es el mismo lema de Zamora que vino a batallar aquí desde tan lejos, para hacer realidad el tema de la revolución federal. Tierras y hombres libres gritaban los federales, “Tierras y hombres libres” gritamos hoy; “elecciones populares” gritaban los federales, elecciones populares gritamos hoy; “horror a la oligarquía” graitaban los federales, horror a la oligarquía gritamos hoy, y es la misma lucha bolivariana, la misma lucha zamorana. Hoy además de celebrar y conmemorar este día tan importante de la batalla de Santa Inés, aquí en estas sabanas, batalla que hay que decir, además, no sólo tuvo una gran significación política, porque aquí vino el ejército del centro del país a tratar de frenar a Zamora y no, Zamora les aplicó una estrategia que se conoce en el arte de la guerra como “acción retardatriz” ¿tú sabes eso Teresita? ¿tú nunca le has aplicado al chino la acción retardatriz? Una acción retardatriz. Si, no, Zamora estaba en Barinas, fíjate tú, y venían las tropas del gobierno. Hugo algo importante que pasó aquí, que es digno de señalar, las tropas que andaban detrás de Zamora eran los mismos soldados que habían peleado detrás de Páez, junto con Páez y Bolívar por la independencia, que fueron traicionados y luego consiguieron otro líder, Ezequiel Zamora. “Es Boves que vuelve”, decían los llaneros, porque Boves fue otro caudillo popular, es otro “taita” Zamora. Bueno Zamora estaba en Barinas, bueno iba a comentar un detalle importantísimo de esa guerra federal, de tantos que hay, José Laurenicio Silva. Jacinto Pérez Arcay está por ahí, si me equivoco en algo me corriges Jacinto, porque tu eres el experto, el doctor en la historia. José Laurencio Silva, de ahí del Tinaco, fue uno de los héroes de Ayacucho, estuvo con el Mariscal Sucre un día como ayer nueve de diciembre, también hay que hablar de eso, ayer se cumplió un año más de la Batalla de Ayacucho, que ya no fue en estas sabanas calientes de Barinas, y no fue en 1859 sino muchos años antes, muy lejos de aquí, al Sur, allá en la Pampa de la Quinua, en el Alto Perú, hasta allá fue el Mariscal Sucre y hasta allá fueron los venezolanos a pelear por la independencia de Suramérica. Bueno, José Laurencio Silva fue uno de los héroes de Ayacucho y después vino a Venezuela de nuevo y presenció la traición a Bolívar y cómo la oligarquía se adueñó de las tierras y los banqueros se adueñaron del capital, y los campesinos quedaron peor que antes de la independencia y luego viene la Guerra Federal, 29, 28 años después de muerto Bolívar y cuando Zamora está haciéndose dueño de todas estas sabanas, José Laurencio Silva lo mandan al frente del Ejército a pelear a Zamora, ¿así es, Jacinto, verdad? Pues José Laurencio Silva llegó a estas sabanas y no combatió a Zamora, siempre quedó la duda; siempre quedó la duda. Algunos, la oligarquía comenzó a llamarlo cobarde ¿te acuerdas? Eso lo aprendí yo de ti allá en el aula de la Academia Militar, vestido yo de cadete y tú de comandante. A José Laurencio Silva, quien se replegó hacia el centro y no peleó contra Zamora, la oligarquía le gritaba “cobarde”. Es difícil pensar que uno de los lanceros de Junín, que uno de los lanceros de Ayacucho que se fue hasta el Alto Perú con el Mariscal Sucre y que acompañó a Bolívar hasta el final, sea un cobarde, a los sesenta años de edad que ya tendría José Laurencio Silva.
Jacinto Pérez Arcay: Sí él renunció a combatir a Zamora porque en el fondo de su alma él y otros oficiales sabían que a Zamora le asistía la razón en cuanto a la lucha que estaba desencadenando por los pobres, por los hijos de Lázaro, por los oprimidos de siempre.
Presidente Chávez: Bueno, yo te miro los ojos y te oigo la voz y me transporto a 1962 cuando yo estaba sentado en un pupitre y tu eras Teniente Coronel con tu uniforme de combate hablándonos de esa manera. El es uno de los que nos metió la llama en el alma.
Jacinto Pérez Arcay: Sí, la oligarquía dijo, es como el eunuco del bajo imperio que abrió el Africa a Jenterico y a sus vándalos.
Presidente Chávez: Así lo comparaban, a José Laurencio que era uno de los libertadores, uno de los héroes de la patria, lo que pasa es que José Laurencio llega con un ejército de oligarcas, unos muchachitos de Caracas que recogieron a última hora del centro del país, vamos a detener, como anoche vi que decía el actor en la obra, en el diálogo aquél impresionante, comenzando la obra de teatro, entre el viejo oligarca y el joven oficial oligarca que le decía: No, esos son unos salvajes, esos son unos bandoleros. Bueno, pero resulta que José Laurencio Silva sí sabía que esos no eran unos bandoleros los que andaban con Zamora. José Laurencio Silva sí sabía que a esos hombres los habían traicionado, les quitaron todo, les quitaron hasta la gloria de ser los libertadores de América y los echaron al “pajón” los oligarcas y luego se fueron detrás de Zamora a buscar el camino de nuevo. José Laurencio sí sabía eso. La oligarquía lo acusó y hasta lo querían enjuiciar por traición, por no haber combatido a Zamora. Pero hay unos cuentos recogidos de los soldados que quedaron escritos en memorias de soldados y que hemos leído por ahí en viejos libros de cuarteles, porque claro, la explicación oficial es una, José Laurencio se replegó, ¡traidor! ¡cobarde! Eso fue lo que dijo la prensa de entonces y las noticias oficiales de entonces, pero cuentan los soldados que la madrugada antes de que José Laurencio Silva ordenase el repliegue de sus tropas hacia el centro del país, una canoa misteriosa y en silencio cruzó el río y dicen los soldados que estaban de guardia en la madrugada, que el General Silva cruzó el río a entrevistarse con el General Zamora. Dicen los soldados que hablaron, hasta que amaneció. Dicen los soldados que cuando estaba saliendo el sol, la misma canoa cruzó el río de nuevo, iba el viejo José Laurencio con sus glorias de Ayacucho, con una sonrisa. Y dicen los soldados que apenas puso pie a tierra, del otro lado del Portuguesa o del Guanare, mandó a reunión del Estado Mayor y ordenó el repliegue del Ejército. Eso es parte de la historia. José Laurencio Silva no quiso combatir con los mismos soldados que detrás de Bolívar pelearon junto a él por la independencia. Luego, enviaron a un ejército, el General que tú nombraste, Ramos, los oligarcas vinieron aquí y Zamora les aplicó, Teresita, la acción retardatriz. ¿Sabes como es eso? Sí, Zamora estaba en Barinas y empezó a replegarse, abandonó la ciudad y el ejército oligarca que venía entrando consiguió una ciudad sin resistencia. “No, que se retiró Zamora” y pensaron que estaba en retirada Zamora. “Vamos a perseguirlo, se está retirando, lo hemos derrotado, no tenía ningunas fuerzas” Y Zamora lo que hizo fue atraerlos y atraerlos hasta este sitio durante más de 24 horas atrayéndolos, atrayéndolos con la caballería que se va retirando, el enemigo avanzando, avanzando y aquí había preparado Zamora las trincheras en la sabana, y tenía una zona preparada, lo que se llama, sí esa es una “acción retardatriz” engañar al adversario, replegarse para que el avance hasta un sitio que ya se ha preparado con antelación para allí lanzar un contrataque y destrozarlos. Y eso fue lo que hizo Zamora en la batalla de Santa Inés, una batalla que es estudiada en los colegios y escuelas militares no sólo de Venezuela sino del mundo, como un modelo de lo que es una acción retardatriz de infantería combinada con caballería y alguna artillería que tenía el General del Pueblo Soberano. Gloria a Zamora aquí en Santa Inés, decimos:
El cielo encapotado
Anuncia tempestad
Oligarcas temblas
Viva la libertad.
Antes de dar paso a esta primera llamada, aquí está la obra de teatro que anoche se presentó en el Teatro Orlando Araujo de Barinas, de César Rengifo, ¡Ese grande César Rengijo! “Un tal Ezequiel Zamora”. Recomiendo esta obra de teatro, adaptación a siete escenas de Alfonso López. Felicitaciones Alfonso López y a todo el elenco de actores y actrices: Pedro Martan, Aura Rivas, tremendos actores son Pedro y Doña Aura que hacen un papel extraordinario. Hacen el papel de Don Eliseo y Juan Yari, Pedro y Aura, de Ana Carmen y Guadalupe Yari, Eleana López el papel extraordinario de una niña Gema Yari; Víctor Rosa Branco, el papel del Brigadier Luis Mere y Carlos Yari; Vicente Péña el papel de José Antonio Yare, solado y campesino y Jesús Servo, cabo y ordenanza y un equipo de escenografía y vestuario y maquillaje que vino de Caracas anoche a presentar en el teatro Orlando Araujo esta tremenda obra de César Rengijo, “Un tal Ezequiel Zamora” ¡Qué viva Zamora! Ahora, más vivo que nunca en estas sabanas y en Venezuela, luchando por la libertad. Hoy decimos por Venezuela: Tierras y hombres libres. Y ahora no hace falta tomar las lanzas ni los machetes, ni los fusiles, vamos a hacer una revolución pacífica que apenas está comenzando. Vamos Monseñor con Dios y la Virgen por estos caminos de la justicia. Hay una llamada en el aire.
Roberto Ruiz: Si, Presidente, pero antes de la llamada quería hacer algunos anuncios importantes, en las afueras de acá del Colegio, la Unidad Educativa Adonis Parra Jiménez, se está entregando leche a los niños, una leche donada por la empresa Upaca. También les están entregando jugos a todos esos niños que están allá afuera. Presidente, la señora Belén Barrios del Trompillo, Estado Carabobo le envía de regalo esta moneda que se utilizó durante la colonia en la población. Con estas monedas pagaban en las haciendas, en la época. La envía la señora Belén Barrios, de El Trompillo, Estado Carabobo.
Presidente Chávez: Vamos a ver, esta moneda es una moneda de dos bolívares. Pero no sería durante la colonia, porque ya tenía el nombre de dos bolívares.
Roberto Ruiz: ¿Sería cuando Gómez?
Presidente Chávez: Tendría que ser a comienzos del siglo o finales del siglo XIX, Administración ¿qué dice acá? Trompillo, dos bolívares valía esto. Bueno, esto era un realero en aquella época. Bueno, agradezco a la señora Belén Barrios de El Trompillo, ah, de El Trompillo, aquí abajo dice El Trompillo. Sí, seguramente ese era el sistema monetario, José tú que eres.
José Rojas: Local
Presidente Chávez: Local, cada quien acuñaba las monedas y pagaba en la localidad, dos bolívares en Barinas, eso solo valía en la localidad... Claro, le pagaban a los peones que eran esclavos en otras condiciones, con otra moneda para que tú me compres a mí mismo.
Blancanieves Portocarrero: Esclavos económicos.
Presidente Chávez: Sí, así es. en buena medida la cosa sigue estando presente, otro tipo de esclavitud. Tú sabes que en el llano, en estos llanos hay muchos hatos y fundos que son cuidados por un señor, una señora y sus hijos y no les pagan.
Blancanieves Portocarrero: ahora usan un sistema de la cuenta, que le van dando a cuenta, y compras todo y cuando acuerdas no hay nada, no pagas nada.
--La medianería, le pagan con un saco de caraotas.
Presidente Chávez: Eso es parte de la revolución que hay que hacer, gracias a la señora Belén Barrios por este recuerdo de la historia económica de Venezuela.
Roberto Ruiz: Bien Presidente, aquí tenemos una comunicación que llega de parte de la señora María Eugenia Parra, permítame saludarlo, desearle de todo corazón bienestar a usted y a su familia y al mismo tiempo hacerlo conocedor de una carta que yo le escribí recién llegada a Caracas, después de la tragedia en Vargas, que está anexada a esta nueva carta con fecha 20-12-99, la cual se me hizo muy difícil hacerla llegar a sus manos, pero mi hija que ahora tiene nueve años de edad me devolvió la fe diciéndome: Mami, Chávez es bueno, él me dio valor cuando yo tenía tanto miedo, me abrazó con cariño, me habló como un padre, como nunca el mío lo ha hecho y me hizo sentir segura, por eso no me dio tanto temor el mar y pude entrar al barco, la fragata, transporte de la Armada Venezolana “Esequibo Tango 62”. Fuimos el primer grupo de personas resctadas por mar el 18-12 de 1999, todos los oficiales que en esa embarcación estaban de todos los rangos se portaron muy bien y fueron muy humanos con nosotros y con las demás personas. Natacha mi hija se ganó el corazón de los oficiales que nos asistieron y les contó que su presidente la había cargado, se encontraba entre sus mejores amigos. Presidente, la niña quiere volverlo a ver, ella piensa y siente que usted nos puede ayudar ya que estamos solitas las tres, mi mamá la niña y yo, pasando muy malos momentos. Presidente, si no es mucha la molestia, me da mucha pena pedirle esto ¿podría ayudarnos a conseguir una beca de estudio para la niña? Ella se lo ha ganado porque con todo lo que vivió y presenció pasó a cuarto grado. Atentamente, María Eugenia Parra”.
Presidente Chávez: bueno, vamos a procesar esto. Yo agradezco la carta. María Eugenia y a la niña la bendición, a Natacha, Dios la bendiga y la acompañe a todos los niños del mundo. Bien, aquí hay otra carta de la niña Natacha María. Bueno, la guardaremos en el corazón y la archivaremos y la responderemos y vamos a gestionar, ojalá podamos ayudarte con una beca para los muchachos, para tu hija. Vamos a trabajar esto Elías, te lo paso para que lo analicemos, hagamos contacto con la señora y estamos a tu orden, ojalá Dios mío, podamos ayudarte, y a todos los venezolanos que tienen tantas necesidades. Creo que hay una llamada en el aire.
Roberto Ruiz: Sí, presidente, primera llamada directo desde Cuba, la señora Carolina Caraballo, se está comunicando desde Cuba, uno de los venezolanos que ha ido a Cuba en el plan de intercambio médico-asistencial. Buenos días señora Carolina, le escucha el Presidente Chávez.
Carolina Caraballo: Buenos días.
Presidente Chávez: Hola, buenos días Carolina.
Carolina Caraballo: Buenos días, ¿cómo está señor Presidente?
Presidente Chávez: Hola Carolina, ¿dónde estás tú?
Carolina Caraballo: En Cuba, gracias a Dios y a usted.
Presidente Chávez: Estás en La Habana. ¿tú te fuiste en el avión con unos familiares?
Carolina Caraballo: Sí y mis dos niñas, las gemelas.
Presidente Chávez: Ah, tú eres la madre de las gemelas ¿me oyes?
Carolina Caraballo: Si, yo soy la mamá de las gemelas.
Presidente Chávez: ¿Cómo es que se llaman ellas?
Carolina Caraballo: Mariana y Michel.
Presidente Chávez: Ah, yo recuerdo, sí, recuerdo que las ví en Maiquetía.
Carolina Caraballo: ¿Recuerda que nos tomamos una foto?
Presidente Chávez: Claro y como salió esa foto.
Carolina Caraballo. Bueno, no la he revelado todavía.
Presidente Chávez: Ahora, más importante que la foto es cómo están las gemelas?
Carolina Caraballo: Están bastante bien, están bien, chévere, estamos muy bien aquí, la atención ha sido increíble.
Presidente Chávez: tú estás en qué sitio ahorita.
Carolina Caraballo: En la Pradera.
Presidente Chávez, eso es qué ¿un hospital o qué?
Carolina Caraballo: Si este es un Centro Internacional de Salud La Pradera.
Presidente Chávez: ¿Eso queda en la misma ciudad de La Habana?
Carolina Caraballo: Sí, en el municipio Playa, en la misma ciudad de La Habana.
Presidente Chávez: y ¿cuántos de ustedes llegaron allí?
Carolina Caraballo: Aquí llegamos todos, fue como el centro de acopio y fueron distribuidos a otros hospitales, pero aquí estamos varios, todos queremos hablar con usted.
Presidente Chávez: ¿Todos quieren hablar conmigo? ¿Ahorita? No vamos a tener tiempo de hablar todos, tu eres la representante del grupo. Bueno, dales un saludo a todos, lo más importante es cómo están todos los muchachos, los jóvenes que fueron que tenían un problema médico.
Carolina Caraballo: No, algunos están aquí, ya los han operado, otros están en rehabilitación, otros en tratamiento, unos ya terminaron el tratamiento y están esperando para ver cuándo nos vamos para Venezuela, estamos muy bien.
Presidente Chávez: Y tus muchachas ¿hay buenas noticias?
Carolina Caraballo: Sí, hay buenas noticias, ellas están bastante mejor, parece que en Cuba acá les ha sentado muy bien. Estamos muy bien, muy contentos realmente.
Presidente Chávez: Bueno, yo estuve conversando con Fidel en México, ah porque el mismo día que ustedes llegaron a La Habana él estaba saliendo al día siguiente para México en la mañana, así que a él le dieron el informe de todos los que llegaron y estuvimos comentando ese otro día en México y me garantizó, como estoy seguro que ha ocurrido y está ocurriendo, una atención especial para todos ustedes y estoy seguro que los han tratado como ustedes se lo merecen y como sabe atender a todos el pueblo cubano.
Carolina Caraballo: Sí, el pueblo cubano es increíble, a todos nos han atendido de maravilla, a cuerpo de rey.
Presidente Chávez: Me alegro muchísimo, dale la bendición a las morochas y un saludo a toda esa gente que está allí, vamos a estar muy en contacto Elías para ver cuándo hay que mandar el avión presidencial de nuevo para que traiga el primer viaje que está listo.
Carolina Caraballo: El 16 sale el segundo avión y ya se pueden regresar los que estén tratados.
Presidente Chávez: El 16 de diciembre Carolina, sale otro viaje con otros venezolanos que tienen problemas de salud que aquí nunca fueron atendidos durante muchos años, especialmente niños, ancianos y gente, ustedes pues, los pobres, mientras el sistema de salud de Venezuela lo vamos poco a poco reconstruyendo porque está por el suelo todavía, pero no podemos esperar, que es lo que yo le digo aquí a algunos médicos que salen a criticar por allí que si nosotros mandamos gente a Cuba, en vez de apoyar los hospitales, dicen algunos médicos. Nosotros estamos apoyando los hospitales desde que llegamos al gobierno, pero muchos hospitales están podridos de corrupción, de incapacidad, no sirven ni los ascensores, yo los he visto.
Carolina Caraballo: La atención no es igual como acá.
Presidente Chávez: Bueno, porque allá la salud le han dado prioridad y el pueblo cubano es uno de los pueblos de toda América que tiene mejor sistema de salud. Y ahí están los índices de Naciones Unidas.
Carolina Caraballo: Todo es rápido, hay celeridad para todo.
Presidente Chávez: Bueno, algún día llegaremos nosotros a ese mismo nivel ¿verdad Gilberto?
Carolina Caraballo: Dios quiera.
Presidente Chávez: Sí, algún día y yo espero que no pase muchos años. Gilberto ¿cuántos años crees tú que pasarán para que nosotros tengamos un sistema de salud como el de Cuba? ¿cuántos años? Vamos a ponernos una meta, si no lo tienes no digas cuánto porque no vamos tampoco a comprometernos así en el aire.
Gilberto Rodríguez Ochoa: No se puede tener, indudablemente, una fecha exacta, pero es un proceso de reconstrucción, en primer lugar de la ética, la moral, la organización. Tenemos un sistema de salud desmadrado como lo he dicho claramente, múltiples instituciones fragmentadas, yo creo que este proceso tarda unos cuatro o cinco años más o menos, por supuesto, de aquí en el corto plazo vamos mejorando muchísimas cosas.
Presidente Chávez: Claro, porque no se trata de meterle dinero a los hospitales, ojalá ese fuera el problema, si fuera por dinero aquí no habría problema ¿cuánto dinero? El doctor José León Tapia, que acaba de llegar quemado por el sol de la sabana, José León Tapia, yo quiero darle un aplauso, vamos a darle un aplauso a José León Tapia, este ilustre barinés, hombre de letras y de batallas, fue constituyente por Barinas. Recibí tu carta hermano, la leí hace pocos días y me llenó, como siempre tu palabra hablada o escrita viene llena de una gran espiritualidad, y te juro que haré hasta donde Dios me permita y nos permita para no fallar, para no fallarle a la historia y al dolor y al amor de este pueblo. José León Tapia, bienvenido hermano.
José León Tapias: Gracias, tantos años de amistad Presidente, me honra, muchas gracias.
Presidente Chávez: No, a ti gracias por tus enseñanzas, por aquel Maisanta “El último hombre a caballo” que me abrió los ojos cuando te leí. Autor, José León ¿de cuántos libros? “Por aquí pasó Zamora”, obra extraordinaria que recogió el canto de la sabana, el canto de los federales, bueno, aquí estamos en Santa Inés, José León ¿qué te parece a ti que estamos aquí en Santa Inés de Barinas?
José León Tapias: Aquí estoy y traigo las palabras, el discurso de orden, lo cual me complace inmensamente porque Santa Inés ha sido siempre una de las motivaciones de mi vida. Gracias.
Presidente Chávez: bueno, hoy tendremos el honor de oírte de nuevo en este discurso de orden, en la sesión solemene del Concejo Municipal del Municipio Barinas, en honor a Zamora y a la Batalla de Santa Inés. Mira José Léon y además que tú eres médico, el médico de los pobres, no tanto como José Gregorio Hernández, pero en esa misma línea porque te conocemos tu noble tarea de atender, especialmente a los pobres desde hace tantos años aquí en Barinas. Fijate está llamando Carolina Caraballo desde La Habana; Carolina Caraballo, que está ahí todavía ¿no Carolina?
Carolina Caraballo: Sí, aquí estoy.
Presidente Chávez: Ajá, en La Habana está Carolina y es madre de dos gemelas morochas, lindas, y o las vi en Maiquetía hace dos semanas cuando enviamos el primer grupo de venezolanos, tenemos una lista José León de más de diez mil enfermos, de los más pobres que no tienen, porque tienen muchachitos enfermos, cardiopatías congénitas, que si los riñones, enfermedades algunas graves, otras menos graves, pero bueno, no hay, aquí en Venezuela no tenemos un sistema de salud para atenderlos con la rapidez que requieren, porque aquí por una parte se privatizó la salud, se elitizó, y por otra parte el sistema pública está, como dijo el Ministro, desmadrado. Entonces estamos haciendo este esfuerzo dentro del convenio que hicimos con Cuba, el Convenio Energético y de Cooperación Integral, pues ahora Cuba está lista para recibir cada semana un viaje de unos cincuenta a cien pacientes.
Elías Jaua: Cincuenta, el 16 creo que vamos a llevar setenta.
Presidente Chávez: Setenta, ya enviamos el primer lote. Entonces, algunos dirigentes de la Federación Médica, estos adecos que andan por ahí todavía, se la pasan criticando y sacando por la prensa comunicados, que si esto es violar los derechos humanos. Imagínate tú, ellos son los que le han quitado la vida y el derecho a la vida a muchos venezolanos, con una degeneración de lo que es la función del médico que le dá vida, salud y dignidad a un pueblo, sin distinción de ningún tipo. ¿Qué piensas tú José León de esto?
José León Tapias: Yo pienso sencillamente en que el médico venezolano tiene que rescatar, a la larga, su ética, su moral, y el día que tengamos los médicos venezolanos todos con ética y moral por encima de toda componenda política, tendremos a un grupo médico que se dedique completamente a la atención de los pacientes, con todo el corazón, como lo hemos hecho tantos en Venezuela. No quiero entrar en polémicas con la Federación Médica ni con nadie, sino que también existe gente dispuesta a colaborar en las actividades médicas del país. Pero sí puedo decir también de que hay una gran generación de jóvenes médicos venezolanos dispuestos a cualquier sacrificio por este pueblo. Yo por lo menos, en mis alumnos he sembrado muchas inquietudes, de las cuales me siento muy orgulloso de ver muchachos que no están corrompidos, esos muchachos que están trabajando por este país y que lo están haciendo con buena fe y con gran sacrificio, de modo que no hay que ser pesimista, Presidente, hay que sentir que este país, sencillamente, es el renacer de un mundo y que sencillamente ese renacimiento de este mundo en el que hemos estado metidos durante tanto tiempo, un mundo tan materialista y tan sin esperanza, y sin ilusiones, pues sencillamente desde aquí tiene que salir una nueva generación de hombres que por encima de toda otra actividad o intereses personales pongan el país por delante de cualquier inquietud, esa es mi opinión y así la he mantenido siempre, la tengo y la mantendré. Usted me conoce a mí desde hace muchos años, usted sabe que yo soy así, que soy un hombre de una sola palabra, de un solo principio y de una sola posición en la vida, lo cual me enorgullece, y lo mantendré así. Por eso estoy en Santa Inés.
Presidente Chávez: Muchas gracias José León, tal cual te conoce, no sólo yo, que tengo la dicha de conocerte desde hace bastante tiempo, sino que tal cual te conoce el pueblo de Barinas y el pueblo de Venezuela, José León Tapias, saludos a toda tu familia y ya conversaremos un poco más tarde, en esta Santa Inés de tantos recuerdos, de tantos sueños. Bueno, palabra orientadora de un médico de los pueblos y yo comparto contigo esto, muy optimista hay que ser, porque estamos en eso, un renacimiento de los valores, de la ética, del servicio a los demás. Anoche se lo decía a los soldados de la Guarnición, ahora Monseñor, yo ando, algunos me critican porque hablo de Cristo, me dicen, no, este parece un predicador evangélico, bueno, será que lo soy pues. No, “que usted no puede hablar de la Biblia porque no es sacerdote, dicen algunos, imagínate tú y ¿de qué voy a hablar? ¿del Diablo? Ah, entonces yo ando hablando Monseñor es de Cristo y de la Biblia y precisamente ahora que vamos a celebrar los dos mil años del nacimiento de Jesús, es muy propicio para que reflexionemos acerca de el ejemplo de Jesús, la palabra de Jesús que es la palabra de Dios, la palabra santa, pero sobre todo digo yo, la calidad de Ser humano que fue Jesús y el ejemplo que nos dio, del sacrificio por los demás, del servicio a los demás, así lo afirmo yo Monseñor y lo aprendí desde que era muy niño cuando mi madre, Elena, quería que yo fuera cura y entonces me metió a monaguillo y andaba yo de misa en misa tocando campanas y leyendo la Biblia y repitiendo: per sécula seculorum, amen. En ese tiempo la misa era en latín y era obispo de Barinas Rafael Angel González Ramírez, nunca lo olvidaré cuando llegó a Barinas el Obispo y a mi me correspondió, me pusieron a dar unas palabras en la Escuela Nacional Julián Pino, dándole la bienvenida al primer Obispo que tuvo Barinas, ah monseñor ¿qué nos puede decir usted para que me dé más ánimo, más optimismo, lo ha dicho también José León Tapias.
Monseñor: No, no, en el sentido de que, mire Señor Presidente, Cristo es alguien transformante, que no quiere miseria ni hambre ni ignorancia, sino igualdad y dignidad para todos. Por eso Cristo multiplicó los panes, desde unos panes que habían allí, que el hombre ponga algo pero que hay que multiplicarlos con el trabajo, con el esfuerzo, porque el hambre no es cristiana, no es voluntad de Dios. A veces creemos de que la miseria es voluntad de Dios, de que la ignorancia es voluntad de Dios. No, esa es voluntad de las mafias, es voluntad del egoismo, es voluntad de las roscas, pero no de Dios. Por eso es importante entender que Dios quiere vida y justicia para su pueblo y es por eso que Cristo cura a los enfermos, a los leprosos que eran marginados sociales, porque quería que todos tuvieran vida y salud. Por eso Cristo evangeliza, predica, habla, y desenmascara también la mentira y la hipocrecía de los fariseos: “Hagan lo que ellos dicen pero no hagan lo que ellos hacen, porque ellos no hacen los que dicen”. Ese es un reto para nosotros que tenemos que vivir, tenemos que ser auténticos, tenemos que ser servidores, porque Cristo dijo no he venido a ser servido sino a servir, pues, de manera que todos nosotros los católicos tenemos que usar la Biblia para alimentar nuestra fe y para trabajar y luchar. El Papa nos dice que el mejor espacio del encuentro con Dios es la Biblia, es la palabra de Dios, que hay que tenerla para alimentar nuestra fe y para buscar la verdadera voluntad de Dios, por eso Cristo dice: “Busquen el reino de Dios y su justicia y lo demás vendrá por añadidura”. Dejemos el retiro espiritual por hoy, yo creo que está bien así señor Presidente.
Presidente Chávez: Amén, gracias Monseñor por esa palabra de aliento espiritual y moral. Porque sin duda que nosotros andamos por el camino de la Santa Iglesia Católica, y además, mucho más profundo, por el camino de Dios, por el camino de Cristo, de la redención de los humildes. Cristo era terrible, Cristo no era ningún... a veces lo pintan...
Fin tres...
Aló Presidente 4 y 5-54
... de los humildes, Cristo era terrible, Cristo no era ningún; a veces lo pintan, yo a veces veo a Cristo con esa; a veces lo pintan con cara de bobo no, así con la cara mirando. No, Cristo, Cristo decía fariseos hipócritas, les quitaba la máscara a los fariseos; ustedes se dedican a limpiar la copa por fuera y a darle brillo, límpienla por dentro que está llena de miseria y de podredumbre, ¡hipócritas! Bueno y aquella vez que agarró un látigo y le entró a latigazo limpio a unos mercaderes que habían tomado el templo y ni siquiera les avisó ni negoció con ellos, no, les llegó y le dijo ¡si vuelven les vuelvo a dar con el látigo! Bueno, en todo caso Cristo, para que no quede duda, gran revolucionario. Bueno creo que tenemos al director del Centro de Salud La Pradera, desde Cuba. ¿Está al teléfono? A ver si lo tenemos todavía al teléfono.
RR: Doctor Yerena, buenos días.
Presidente Chávez: Aló.
RR: No, parece que hubo un problema pequeño con la comunicación Presidente.
Presidente Chávez: Bueno estaban esperando allá, estaban oyéndonos, de todos modos deben estar oyéndonos allá en La Habana.
RR: Sí, Radio Rebelde está transmitiendo.
Presidente Chávez: Radio Rebelde transmitiendo a toda Cuba. Pues un saludo, aprovechando para saludar al presidente Fidel Castro, le recordaremos siempre por aquí por esta sabana de Barinas, nos honró con su histórica visita y agradeciendo a todos los médicos, al doctor Pedro Francisco Yerena y todos los médicos, paramédicos que están atendiendo a tantos venezolanos con tantas necesidades, que Dios les ilumine y que Dios bendiga al pueblo de Cuba.
RR: Presidente por aquí llegan dos obsequios, un disco del Grupo Experimental Folclórico Raíces de Chuspa, Antonio Ramón Ugueto le envía este disco, se llama Raíces de Chuspa, es un CD que tiene muchos temas.
Presidente Chávez: Deben haber tambores, ah Esqueda, te acuerdas de los tambores allá de Chuspa cuando fuimos aquella marcha que nos ibas matando tú con una marcha, una marcha a mediodía y me acuerdo que habían muchos tambores allí, éramos alumnos de la Escuela Superior. Pollito mojao, Que no muera el folclore, Canto a Venezuela, Te olvidé, Mi Santa Rosa de Lima, De casa en casa, El bolívar devaluado, Para qué llevarte, El ritmo del caraqueño, popurri. Muchas gracias al amigo Antonio Ramón Ugueto, Raíces de Chuspa. Y yo veo que ha estado creciendo mucho la producción discográfica folclórica, por todos lados le llegan a uno obsequios, regalos, cintas, CD, gente de la cultura y ahora tenemos a tremendo viceministro de la Cultura, Manuel Espinoza, y un tremendo proyecto la cultura apoyando la revolución, el teatro, la música, la danza, la pintura, pero no para una elite porque esa es otra cosa, aquí la cultura quedó durante muchos años relegada a una elite, una elite que se adueñó de los dineros del pueblo para hacer su cultura, la que a ellos les parece y los demás somos incultos, ah no, ese es el populacho, la plebe pues no, cómo se llama, los pata en el suelo; resulta que cómo hay de cultura en estos pueblos en cada niño, en cada esquina, la cultura popular que se recoge y se expresa por mil maneras, éste es un buen ejemplo y quiero decirle a los cultores de lo nuestro, a los hombres y las mujeres de la cultura popular que está dispersa por todo el país y que recoge el alma de los venezolanos que el gobierno bolivariano no les va a dar la espalda, cada día estaremos más pendientes de ustedes y apoyándoles más para ese renacimiento cultural venezolano.
RR: Presidente, éste es un calendario del año 2001 que le envían en nombre de la Escuela de Comunicación Social de la UCV, su directora Azalia Venegas.
Presidente Chávez: Earle Herrera, Moraima Guanipa.
RR: Exactamente, los poemas del calendario fueron escritos por ellos, por Earle Herrera y Moraima Guanipa, un calendario del año 2001.
Presidente Chávez: Moraima Guanipa, poeta. Mira este poema: Raro este tiempo que me divide/ mi rostro es mi espalda y viceversa/ pero el anverso no es el reverso/ y los gemelos se soliviantan por estos días/ en que ando triste de tanta alegría/ alegre de tanta tristeza./ Extraño tiempo éste/ en el que no hay equilibrio para estas dos mitades/ del mundo donde soy yo en los otros que me son. Moraima Guanipa. Un poco en la línea de Galeano, quizás la escuela del mundo al revés. Bueno muchas gracias, pero esto no lo mandó Moraima Guanipa.
RR: Lo mandó la directora de la Escuela de Comunicación Social de la UCV, Azalia Venegas.
Presidente Chávez: Ah Venegas.
RR: Y de parte también del periodista Earle Herrera, ex constituyente y periodista.
Presidente Chávez: Bueno muchas gracias a todos. Ah, aquí está, Poema de julio. Vamos a ver qué poema de julio, es que me están dedicando el poema del mes de julio. ¿Será porque es mi mes de nacimiento? A ver qué dice, el mes de julio dice; de Earle Herrera es este poema de julio. En el alba de julio, en su noche habita el recio león vigilante de las horas/ del alba y de la noche de julio./ Toma tu morral de cuentas viejas y nuevos sueños/ échatelo al hombro, sigue la ruta que te alumbran los primeros relámpagos de julio/ trae su brisa olor a tierra a surcos, a montañas feraces, a campo húmedo./ A raíces que dibujan mapas, a mapas que dibujan nubes./ Tu país nació en julio y en julio el rayo que alumbró tu mapa más allá de los mapas./ El cielo de este mes es inconstante, va y viene como el ojo de un dios/ a veces con estrellas, con centellas/ a veces en noches como días lunas de julio,/ en días como noches soles encubiertos./ Me gusta julio con lámpara de aceite, con maíz en la mesa, espigas en el campo/ y niños y niñas que cierran sus cuadernos y se internan alegres en la abierta luz de su sonrisa. Qué bello. Earle Herrera, gran poeta constituyente, bolivariano y revolucionario.
La UCV, ahora que estamos hablando de la UCV, claro que tenemos que felicitarla, declarada por la Unesco patrimonio cultural de la humanidad, nuestra U U UCV. Vamos a darle un aplauso a la Universidad Central de Venezuela. ¿En qué año te graduaste tú Giordani allá en la UCV? ¿Tú te graduaste en el año en que Caracas quedó campeón la última vez, no? Cuando descubrieron.
RR: Las cuevas de Altamira.
Presidente Chávez: Las cuevas de Altamira, pero dime de qué año es, ya me estás maromeando la respuesta. ¿En qué año José Vicente, tú te graduaste cuándo José Vicente? Ah José Vicente, ¿tú te graduaste en qué, dónde?
José Vicente Rangel: En España.
Presidente Chávez: Ah, en España, no en la UCV. No. A ver, Dávila no se graduó en la UCV; Genatios, ¿tú en qué año?
Carlos Genatios: 66.
Presidente Chávez: 76, 66, se graduó el Ministro.
RR: Gilberto Rodríguez.
Presidente Chávez: Gilberto Rodríguez. ¿Y tú Luisa, tú eres de la UCV también?
Luisa Romero: Yo me gradué en la UCV, sí.
Presidente Chávez: En qué año, bueno no digas.
Luisa Romero: En un año de esos de estudios.
Presidente Chávez: En un año, las damas no se les hace esa pregunta, a las damas no se les hace esa pregunta. ¿Y tú Blancanieves?
Luisa Romero: En el último año.
Presidente Chávez: No, Blancanieves.
Blancanieves Portocarrero: Yo me gradué en la Carabobo.
Presidente Chávez: En la de Carabobo. Carlos Genatios sí.
Carlos Genatios: Yo me gradué en el año 80.
Presidente Chávez: De la UCV, tú tienes.
Carlos Genatios: Sí, de la UCV, por supuesto.
Presidente Chávez: Tú eres uceveco donde vayas.
Carlos Genatios: Así es.
Presidente Chávez: Ucevista. Bueno felicitaciones pues a nuestra gente de la Universidad Central de Venezuela, declarada hace pocos días patrimonio cultural de la humanidad, ya era hora. Muy bien.
RR: Una carta Presidente que viene de Miami. Señor Presidente de nuevo me dirijo a usted –esta carta la envía la señora Dolores García de Lezama- de nuevo me dirijo a usted muy respetuosamente, esta vez para agradecer lo que hace por nosotros. No tengo ni nunca tendré las palabras suficientes y adecuadas para darle gracias por su ayuda. Es cierto que en el Evangelio de Mateo 6.3, se dice que no sepa tu mano izquierda lo que hace tu derecha, pero yo sí quiero que se sepa lo que usted ha hecho por una familia que le envió una carta cifrando en ella toda su esperanza para salvar la vida de un hijo, quiero que el mundo entero sepa que un joven venezolano tiene la oportunidad de luchar por su salud gracias a que el Presidente de su país, sin importarle intereses políticos le ofreció la facilidad. Ahora sólo nos queda que la ciencia y Dios actúen y para ello le pido nos acompañe...
Francisca: Santa Cruz de Tenerife, España.
Presidente Chávez: Ah, tú eres canaria.
Francisca: Sí señor, llevo 51 años en el país y con once hijos venezolanos.
Presidente Chávez: Bueno tú eres venezolana, acuérdate que allá en Canarias nos llaman a nosotros la octava isla.
Francisca: Sí señor. Señor Presidente yo le admiro mucho.
Presidente Chávez: Y queremos mucho a Canarias.
Francisca: Y le pido al Señor que le dé fortaleza para llevar este país con todo lo mejor del mundo, porque yo quiero este país como si fuera mío.
Presidente Chávez: Amén, amén, y a ti también te deseo lo mejor y a tus hijos. Y cómo estás tú, Francisca.
Francisca: Gracias. Un abrazo, gracias Hugo. Mire.
Presidente Chávez: A ver dime.
Francisca: Resulta que yo tengo un hijo en Puerto Ordaz el cual está muy mal, me da mucho sentimiento porque me dice que está barbudo, flaco, éste es un muchacho que se metió en el Seminario y por cuenta de un problema que tuvo con un padre que era el director del Seminario, un problema que yo por la radio no lo puedo decir, no me lo dejaron inscribir más. El Arzobispo de Barcelona le negó su cupo y aquí en Caracas también, él está muy deprimido, él es un hombre donde todo Barcelona y Puerto La Cruz lo conoce como gran amante del Señor y colaborador y él quiere ser sacerdote, está en muy mala situación, yo quisiera por medio de usted cómo podría ayudármelo para que entre y termine su carrera.
Presidente Chávez: Ay mi amor. Bueno mira.
Presidente Chávez: Si Dios quiere y la Virgen.
Presidente Chávez: Tú sabes que en estas cosas de la Iglesia uno no puede meterse mucho, pero de todos modos como Dios es tan grande, aquí tengo yo al frente a monseñor López que es el obispo de Barinas, tampoco él podrá darnos una respuesta pero sí pudiera ayudarnos, ¿verdad Monseñor?, a averiguar, porque si el muchacho quiere ser sacerdote a ver qué problemita tuvo, no sé.
Obispo de Barinas: Sí. Sí señor Presidente, que me escriban si le parece, verdad, y me informe del caso y yo trataré de conversar con Monseñor Ortega o Monseñor Rodríguez para ver qué pasa y todo lo que se pueda hacer pues se hará.
Presidente Chávez: Bueno vamos a, yo voy a hacer lo siguiente Francisca, voy a pedirle a uno de los muchachos que trabaja conmigo a través del ministro Elías Jaua, que está aquí haciendo sus notas, te vamos a llamar para que tú nos hagas llegar un resumen del caso, yo le hago llegar una copia a monseñor López y podemos hacer algunas gestiones, verdad, a ver si se arregla el problema y el muchacho puede ser sacerdote. Yo en algunos casos del área militar, recuerdo que uno puede hacer gestiones, recuerdo el año pasado estaban unos muchachos que se fueron de baja de la Academia Militar a última hora porque creo que le rasparon una materia y ellos decían que fue que no tuvieron tiempo de estudiar porque los mandaron a hacer guardia en la noche y entonces los rasparon en la reparación y les dieron de baja; yo pues le pedí al general: mira vale estos muchachos quieren ser militares, tanto así que rompieron la barrera de seguridad del Presidente y se me tiró uno encima llorando y la mamá más atrás, mire; o sea tiene vocación, él quiere ser militar. Ahora, le rasparon un examen, le pedí al general que le dieran otro chance dado el furor de aquel muchacho y la cara que tenía y aquella fuerza que yo le vi y fíjate pasó la materia el muchacho y está allá; a lo mejor qué sé yo un problemita que se puede considerar si el muchacho tiene tanta fe y quiere ser sacerdote vamos a tratar, vamos a pedirle a Dios monseñor, verdad.
Obispo de Barinas: Así es, así es.
Presidente Chávez: Y vamos a hacer nosotros aquí lo que podamos hacer.
Obispo de Barinas: Lo que podamos hacer.
Presidente Chávez: Bueno Francisca, pero tú tenías otra cosa.
Francisca: Ajá, el otro problema tengo un caso en los tribunales de trabajo.
Presidente Chávez: De trabajo.
Francisca: Eso va para 5 años. Yo apelé a un tribunal superior y falló a mi favor, este expediente vuelve a bajar otra vez al juzgado de donde venía, allí veo que esto se me está demorando, o sea no veo que me ayuden pues porque ya hace cuatro años de ese expediente donde supuestamente.
Presidente Chávez: Y de qué. Oye Francisca y se puede saber, aunque sea de manera general, de qué se trata el caso.
Francisca: Yo estaba trabajando en una compañía y me operé y estuve cuatro meses muy grave, cuando regresé al trabajo me botaron y ellos dicen que yo no soy trabajadora de ellos; yo presenté todos mis recibos.
Presidente Chávez: Cuánto tiempo, cuánto tiempo trabajaste tú en la compañía.
Francisca: Seis años y cuatro años que llevo despedida son diez.
Presidente Chávez: ¿Y no te pagaron nada cuando te despidieron?
Francisca: Nada, yo tengo 65 años y ellos ahora lo que me quieren pagar son 350 mil bolívares por los diez años y yo no se los acepto señor Presidente.
Presidente Chávez: ¿Y tú tienes algún abogado que te esté ayudando, te esté asistiendo?
Presidente Chávez: Tengo un abogado del Ministerio Público, pero usted sabe cómo son las cosas doctor.
Presidente Chávez: Bueno mi vida, mira aquí yo tengo a mi lado a la ministra del Trabajo, Blancanieves Portocarrero, ella pudiera hacernos algún comentario y estoy seguro que ella mañana mismo te va a llamar y vamos a averiguar esto para ayudarte y buscarle solución a tu problema. A ver Blancanieves.
Blancanieves Portocarrero: Mira nos puedes hacer llegar al Ministerio del Trabajo el informe, lo que tengas, dónde está el expediente, quién lo tiene, es decir toda la información y nosotros inmediatamente activamos no solamente la Consultoría Jurídica sino que hablamos directamente al Tribunal o a la empresa donde tú trabajaste. Mándame esa información y ya nosotros nos ocuparemos de ese caso.
Presidente Chávez: Ajá, Francisca.
Francisca: Muchísimas gracias.
Presidente Chávez: Ajá, de todos modos mañana en la mañana va a ir un oficial de la Casa Militar a buscar esos documentos para llevarlos a la Ministra del Trabajo, ¿oíste? Ojalá te podamos ayudar.
Francisca: Como no. Un millón de gracias señor Presidente, un abrazo al doctor Rangel que lo aprecio mucho.
Presidente Chávez: Ah, José Vicente, aquí está, pero mira te va a saludar, ponle el micrófono.
Francisca: Que están luchando por una patria nueva que la necesitamos.
Presidente Chávez: Mira Francisca pero José Vicente te va a saludar, es que está aquí.
Francisca: Ah bueno, como no.
Presidente Chávez: Tú sabes que vino, anda muy elegante él, con una corbata amarilla, para ver, en honor a Zamora, amarilla; ah no, no es amarilla.
RR: Verde.
Presidente Chávez: De entrada es amarillo así. A ver.
José Vicente Rangel: Qué tal Francisca? Muy a tu orden.
Francisca: Bueno.
José Vicente Rangel: Supongo que no tienes ningún problema con Relaciones Exteriores, no.
Francisca: Si Dios quiere.
José Vicente Rangel: Pero si lo tienes estoy a tu orden también, sabes.
Presidente Chávez: Es canaria.
Francisca: No nunca, yo soy, dígale al señor José Vicente Rangel que yo fui la compatriota que le entregué su tarjetón del año cuando él fue el candidato para la Presidencia de la República.
José Vicente Rangel: Eso fue cuando la batalla de Santa Inés.
Presidente Chávez: Mira Francisca, te está hablando José Vicente, te está hablando José Vicente.
José Vicente Rangel: Muchas gracias Francisca, muchas gracias. Estamos a la orden, sabe.
Francisca: A la orden José Vicente, un abrazo.
José Vicente Rangel: Un abrazo pues, muchas gracias. Bueno.
Presidente Chávez: José Vicente fue candidato cuando el Mocho Hernández, candidato a la Presidencia; no, cuando yo era cadete ya fue candidato José Vicente Rangel, el año 73, 1973. Yo recuerdo, yo era cadete. Tú peleaste por esa candidatura y resulta que entonces viene el Pepe, el hijo de José Vicente, y se le ocurrió ingresar a la Academia Militar y quiso Dios que cayera en mi pelotón y cuando el primer día que entran los reclutas, yo los tengo ahí, me dieron como 20 nuevos; yo me sentía bueno, pero era el primer comando que, yo era brigadier, de 17, tenía 18 años, 18 y ya era comandante de pelotón. Y comienzo a leer la lista, Pérez Rafael –presente. Rangel José Vicente –dijo el nuevo ¡presente mi brigadier! Y yo por echarle broma le digo: ¿Usted será familia del comunista ese que es candidato? Y me dice el nuevito: Sí, ese es mi papá. Le tuve que llamarlo aparte después y pedirle disculpas, y después hicimos una bonita amistad y ahí fue que conocí yo a José Vicente, Anita, desde aquellos años de 1973, 74; además el nuevo José Vicente era muy bueno; él es compañero tuyo, ah claro, compañero de Wilfredo Silva, entraron ese año todos, y le sacábamos la chicha en el Polígono, y el nuevo José Vicente chico, tú te acuerdas que pegaba, se ganó el premio del tiro, de tiro de fusil, pegó más que los antiguos; entonces me llamó el capitán -¿te acuerdas Wilfredo?
Wilfredo Silva: El capitán comandante de la compañía era Rincón Romero, creo que... no, Andarcia Sandrea.
Presidente Chávez: Andarcia Sandrea claro, después llegó Lucas y Lucas respetó. Andarcia Sandrea me dijo: mire brigadier vigíleme al nuevo éste oyó, que ese es el hijo del comunista; que yo lo vigilara imagínate tú.
Wilfredo Silva: Uno no podía hablar de libros.
Presidente Chávez: Tú eras del pelotón mío.
Wilfredo Silva: Sí señor.
Presidente Chávez: Claro, Wilfredo era de mi pelotón; era José Vicente, ¿quiénes más eran los nuevos de mi pelotón?
Wilfredo Silva: Estaba, creo que estaba Buzón Ramírez.
Presidente Chávez: Buzón también era.
Wilfredo Silva: Pacheco Silva.
Presidente Chávez: Yo sí le saque la chicha a ustedes, no.
Wilfredo Silva: Bastante.
Presidente Chávez: Bueno ya hay generales de esa promoción.
Wilfredo Silva: Hay como cinco.
Presidente Chávez: Como cinco generales.
Wilfredo Silva: Sí señor.
Presidente Chávez: Salió bueno el pelotoncito, no.
Wilfredo Silva: Sí señor.
Presidente Chávez: Ahora y además un Alcalde tenemos, un Alcalde y un Presidente, del pelotón; ese pelotoncito salió más o menos. Mira, entonces yo recuerdo que me llamó, cuando el nuevo José Vicente que era primero en tiro, se ganó el premio, el que más pegó, Monseñor, no pelaba con el fusil, me llamó el capitán. Se da cuenta brigadier, este nuevo vino entrenado, ese estaba en la guerrilla, no pela.
Wilfredo Silva: Tirador experto de una vez.
Presidente Chávez: Tirador experto de una vez, la primera vez que fuimos al Polígono, resulta que es que él practicaba tiro ¿no era José Vicente?, por allá, no sé en donde, en un club que está, pero el capitán decía que era que estaba en la guerrilla.
Bueno, estamos terminando el programa porque dijimos que el programa hoy no era de la extensión normal dado que tenemos la sesión del ilustre Concejo Municipal del Municipio Barinas, aquí está el Alcalde y vamos a tener el discurso de orden, vamos a disfrutar seguramente de la palabra siempre orientadora, salida del fondo de esta sabana, de José León Tapia, el hombre de Maisanta, el hombre de Zamora; aquí está el escapulario José León, aquí lo cargo y no podemos quedarle mal a este escapulario que tiene más de cien años en batalla, no le entran las balas decía Maisanta; como tú bien sabes y tú lo recogiste, Maisanta, hay que tener cuidado con las que silban, ¿no es? Maisanta que son bastante. Aquí anda el escapulario de la Virgen del Socorro, la Virgen de Valencia.
Bueno vamos a disfrutar con el pueblo de Santa Inés en este corazón de sabana de Barinas, de Venezuela, este día que además, además es bueno recordar, importante recordar que hoy es día de la Fuerza Aérea Venezolana. Un día como hoy hace 80 años Juan Vicente Gómez fundó la Aviación Militar Venezolana. Allá nos están esperando los muchachos de la Fuerza Aérea hoy y debemos estar en Maracay a las 4 de la tarde, tenemos un acto y un desfile aéreo, con paracaidistas y todo. Allí vamos a estar presenciando el altísimo grado de moral, de mística, de disciplina, de eficiencia combativa de nuestra Fuerza Aérea, hoy en día de la Fuerza Aérea Venezolana es una de las Fuerzas Aéreas más avanzadas del continente en cuanto a moral, preparación, mística, poder de combate, para garantizar la soberanía en estos inmensos espacios venezolanos; así que desde aquí felicitamos al general Arturo García, general de división, estuvo con nosotros anoche pero se fue temprano hoy a chequear, a preparar sus actos, sus eventos y hoy estaremos con mucho gusto; felicito a tantos pilotos, con nosotros anda por allí un piloto de combate, el comandante bolivariano Luis Reyes Reyes, natural de estas sabanas y ahora gobernador del Estado Lara, felicitaciones a Luis y también hay que felicitar a William Fariñas, esos muchachos de la Fuerza Aérea y cuántos que anda por todos lados, los retirados, los activos; al general Arturo García nuestra solidaridad, nuestro agradecimiento y a todos los oficiales, generales, superiores, subalternos, los suboficiales, profesionales, los aerotécnicos, el personal civil, de apoyo de la gran Fuerza Aérea Venezolana, día de Santa Inés. Ah, otra cosa, se me olvidaba antes de irnos Teresita, un día como hoy Simón Bolívar lanzó su última proclama. Vamos a leerla chico porque esto es toda una pieza llena de amargura y que años después esa última proclama retoñó aquí en esta sabana, en Santa Inés y hoy sigue la última proclama de Bolívar llamándonos a los venezolanos, hoy sigue llamándonos la última proclama.
Dice así: El 10 de diciembre de 1830 en San Pedro Alejandrino, Bolívar estaba ya en brazos de la muerte. El lo sabía, aunque Bolívar siempre decía desde, Bolívar escribe, ahí las cartas, mi papá; yo a mi papá tengo tantas cosas que agradecerle, la primera y más grande bueno es que me trajo a la vida junto a mi madre por obra de Dios, verdad, y por el amor de ellos. Papá vendía carne en un burro negro por allá por Los Rastrojos y un día se trajo a mi madre en el anca del burro. ¿No fue así? Se la trajo, se casaron y empezaron a tener muchachos, seis muchachos tuvieron. Allí está, por ahí anda Adán, por allá veo a Aníbal, el Chibú; bueno allá están, seis muchachos y un bojote de nietos que tienen ya. Bueno –veinte nietos. Bueno y mi papá, maestro de escuela, nos hablaba mucho de Bolívar y tenía sus libros porque estudiaba mucho preparándose para ser maestro, hacía cursos todas las vacaciones allá en Los Dos Caminos, el Centro de Mejoramiento Profesional del Magisterio.
Bueno, entonces como papá nos enseñó esa historia, parte de esa historia, la última proclama de Bolívar fue hecha en ese año 30, que fue un año fatídico; mataron al Mariscal Sucre, lo mató la misma oligarquía de Bogotá, esa oligarquía venenosa que yo he denunciado en los últimos días, que ha saltado con su veneno histórico ahora contra mí y contra nosotros, pero no nos hace mella ese veneno, no nos afecta para nada, pero igual le respondemos como le hemos respondido, esa oligarquía que traicionó a Bolívar, lo mandó a matar en Bogotá, mandaron a matar a Bolívar, lo salvó Manuela Sáenz, la Libertadora de El Libertador, por un triz no matan a Bolívar, mataron a Fergusson, su edecán esa noche, escapó Bolívar por una ventana mientras Manuela defendía la puerta. Luego lo expulsaron, se tuvo que ir a morir a Santa Marta, mandaron a matar al Mariscal Sucre, el gran Mariscal de Ayacucho allá en la Selva de Berruecos, expulsaron, después que murió Bolívar, empezaron a perseguir a todos los bolivarianos, a Urdaneta, a Mariño, a Abreu e Lima, el brasileiro, lo expulsaron de la Nueva Granada, a Doña Manuela Sáenz la expulsaron hacia el Caribe y después volvió al Perú pero no la dejaban entrar a la Nueva Granada, a Don Simón Rodríguez lo echaban de todas partes, le decían el loco hasta que murió solo por allá y abandonado, así terminó aquella historia mientras los oligarcas se adueñaron de las tierras, del dinero, de las prebendas, y los bolivarianos fueron, bueno, asesinados, fusilados, perseguidos, expulsados, execrados. Lleno de esa tragedia fue que Bolívar escribió esta pieza de un moribundo, este fue un hombre ya entrando a la tumba, preparándose para entrar en la tumba, escribió esta proclama, con esta proclama terminamos el programa de hoy, llenos de optimismo, porque esta proclama de Bolívar está viva y Bolívar no murió en Santa Marta, Bolívar, como decía Neruda, despierta cada cien años cuando despierta el pueblo, y aquí está Bolívar y Zamora, despiertos hoy más que nunca en el corazón de la sabana venezolana. Desde aquí, con un gran optimismo y con la mayor de las voluntades y con una inmensa fe en el futuro de Venezuela, leemos la última proclama del Libertador, que es un llamado a la lucha, es un llamado a la batalla y es un llamado a la victoria: No podemos fallarle a nuestra historia y a nuestro pueblo.
“Colombianos, habéis presenciado mis esfuerzos para plantear la libertada donde reinaba antes la tiranía. He trabajado con desinterés, abandonando mi fortuna y aun mi tranquilidad. Me separé del mando cuando me persuadí que desconfiabais de mi desprendimiento; mis enemigos abusaron de vuestra credulidad y hoyaron lo que me es más sagrado: mi reputación y mi amor a la libertad. He sido víctima de mis perseguidores que me han conducido a las puertas del sepulcros. Yo, los perdono. Al desparecer de en medio de vosotros, mi cariño me dice que debo hacer la manifestación de mis últimos deseos. No aspiro a otra gloria que a la consolidación de Colombia. Todos debéis trabajar por el bien inestimable de la unión, los pueblos, obedeciendo al actual gobierno para libertarse de la anarquía, los ministros del santuario dirigiendo sus oraciones al cielo y los militares, empleando su espada en defender las garantías sociales.
Colombianos, mis últimos voto son por la felicidad de la patria. Si mi muerte contribuye para que cesen los partidos y se consolide la unión, yo bajaré tranquilo al sepulcro.
Bolívar hoy sigue clamando por la unión, por la consolidación de su sueño, por las garantías sociales, por la libertad, por la consolidación de esta patria. Hoy más que nunca está viva la última proclama del Libertador y está viva su herencia y está vivo su sueño. Que Dios, el Sagrado hacedor, el Eterno que está más allá de todo esto y más acá de todo esto, nos acompañe y nos dé fortaleza a los venezolanos de buena voluntad para que cada día estemos más cerca de la grandeza de Bolívar y de la grandeza de Zamora y de la grandeza de nuestro pueblo, un abrazo desde Santa Inés, desde las riberas del Santo Domingo, desde esta tierra de la libertad donde siguen ondeando las banderas de Zamora: “Tierras y hombres y libres, elecciones populares y horror a la oligarquía”, que viva Zamora y que viva Venezuela. Un abrazo para todos queridos amigos desde Santa Inés de Barinas.
Roberto Ruiz: Hasta aquí el Programa No. 54 de Aló Presidente, hoy desde Santa Inés de Barinas. Desde el Ministerio de la Secretaria de la Presidencia y el Circuito RNV agradecen a las treinta emisoras comerciales del país que amablemente se unieron a nuestra señal libre y gratuita.
Transcrip. FdeP-MRC (TvPrensa 2000, C.A.)
Aló Presidente N° 54
RR: Buenos días Venezuela, nuevamente sean todos bienvenidos hoy domingo 10 de diciembre de 2000, día de San Melquíades, el programa número 54 de Aló Presidente. Aló Presidente, rumbo ya a sus dos años de transmisión, se ha convertido en el primer programa de opinión de la radio en Venezuela y el único en el mundo donde un Jefe de Estado en su calidad de conductor marca la importancia absoluta de interactuar con el pueblo y analizar grandes temas de interés. Hasta el momento el Jefe de Estado ha hablado por teléfono con 652 personas y ha resuelto más del 85 por ciento de los casos que le han planteado. Y aquí está ya con Venezuela el Presidente de la República Bolivariana. Buenos días presidente Chávez.
Presidente Chávez: Buenos días hermano, buenos días a todos, buenos días a Venezuela. Buenos días a toda esta gente de Barinas desde Santa Inés. Avivan las candelas el viento barinés y el sol de la victoria alumbra en Santa Inés. Ese es el viejo Himno de la Federación. Estoy seguro que ese himno federal sigue resonando por las sabanas de Barinas. Saludos al señor Gobernador, a mi padre, esta mañana le pedí la bendición y ya me la echó, o sea que no se la pido otra vez; y a mi madre quien está con nosotros y todo este equipo. ¡Qué tal Dávila!, usted venía viendo en el mapa la ubicación de Santa Inés y no se peló, estamos en la margen derecha del río Santo Domingo, a mitad de distancia entre la ciudad de Barinas y la desembocadura de este gran río en el Apure. ¡Qué tal José Vicente!, el comandante de los elegantes, vino muy elegante el Canciller hoy, igual el ministro José Rojas.
Jose Vicente Rangel: Blancanieves también.
Presidente Chávez: Blancanieves Portocarrero viene muy elegante en esta mitad de sabana, hay corriente de los elegantes y de los pata en el suelo. Todos somos pata en el suelo pero hay unos que son un poco elegantes, Giordani vino con una gorra.
Jorge Giordani: Traje de campaña Presidente.
Presidente Chávez: Traje de campaña con una gorra de la CVG, José Rojas con una corbata muy fina, igual Genatios. ¡Qué tal José!
José Rojas: Ahí vamos Presidente.
Presidente Chávez: ¿Cómo están los reales?
José Rojas: Bueno los reales están bien guardados Presidente.
Presidente Chávez: Bien guardados, pero le han entregado los reales.
José Rojas: Sí señor.
Presidente Chávez: A los gobernadores. Ustedes saben cómo lo llaman, codo de cabilla, codo de cabilla; tienes una fama de tacaño.
José Rojas: Bueno para eso estamos, para cuidarlos.
Presidente Chávez: Para cuidar los reales. Bueno qué tal.
Blancanieves Portocarrero: Nosotros lo que queremos es que suelte los reales rápido, para educación, sobre todo.
Presidente Chávez: Para la educación que suelte los reales rápido.
Blancanieves Portocarrero: Sí señor.
Presidente Chávez: Ahí lo tienes al lado, dale por el codo a ver, pero cuidado si te aporreas tú si le das. Genatios vino también de campaña; Luisa Romero de campaña, la ministra de Producción y Comercio, ¿qué tal?
Luisa Romero: Como debe ser en estos ambientes, no.
Presidente Chávez: Sí bueno la combinación, nos combinamos todos. Gilberto Rodríguez Ochoa; allí está todo el equipo, casi el Gabinete en pleno; el Ministro de Salud y Desarrollo Social, por allá está el general Pérez Arcay, un gran zamorano, le pasaste por un lado, ahí lo tienes lo que pasa es que vino en guayabera. Anda enguayaberado, Jacinto Pérez Arcay, historiador, conocedor, tiene un libro, La guerra federal y sus consecuencias; está por allá el ministro Esqueda, ¡qué tal Esqueda! Tú venías con Dávila en el mapa apostando.
Ministro Esqueda: Santa Inés, la ubicación.
Presidente Chávez: La ubicación geográfica exacta de Santa Inés.
Ministro Esqueda: Había una pequeña duda.
Presidente Chávez: Tenías una pequeña duda por tu parte, pero fue aclarada en el helicóptero y sobre el terreno y tú sabes que Zamora, como tú lo sabes, historiador también es el general Esqueda.
Ministro Esqueda: Aquí estoy con compañeros de universidad, Genatios y Arcay.
Presidente Chávez: Sí, ustedes se graduaron juntos.
Ministro Esqueda: Nos graduamos juntos.
Presidente Chávez: Sí, ¿en qué año fue, el 64?
Ministro Esqueda: 74.
Presidente Chávez: 64.
Ministro Esqueda: 70.
Presidente Chávez: Ah perdón, en el 74. Claro yo recuerdo cuando yo entré a la Academia Militar, que me le fugué a mi mamá, ella le ponía velas a los santos para que yo no fuera militar y mi abuela Rosa Inés; bueno llegué allá y estaba Pérez Arcay de Teniente Coronel, ya era doctor en Historia, había hecho.
Ministro Esqueda: Ya era graduado.
Presidente Chávez: Graduado, graduado en Historia y la tesis era precisamente la guerra federal y sus consecuencias; y tú también, no estabas en la Academia sino que estabas creo que en la.
Ministro Esqueda: En el Campo de Carabobo.
Presidente Chávez: En la Compañía 24 de junio, claro. Ahí vinimos a ver el campo de Carabobo. Allá está también el general Cruz Weffer, sacando cuentas de las casas que vamos a hacer aquí en Santa Inés.
General Cruz Weffer: En Santa Inés se la dejamos a Vivienda Rural.
Presidente Chávez: Vivienda Rural.
General Cruz Weffer: Y por Barinas sí, mil 353 casi terminadas y 3 mil en.
Presidente Chávez: Veníamos viendo en el aire cómo está creciendo Barinas hacia acá, hacia el sur, hacia el sureste; bueno felicitaciones. Allá está el Comandante de la Guarnición, general zamorano, soldado al campo.
Wilfredo Silva: Buenas tarde, buen día Presidente.
Presidente Chávez: ¿Cómo es el lema de la Brigada?
Wilfredo Silva: Soldado del campo, seguridad y desarrollo.
Presidente Chávez: Soldado del campo el general Wilfredo Silva, comandante de la Brigada especial de Seguridad que lleva el nombre.
Wilfredo Silva: Del general en jefe Ezequiel Zamora.
Presidente Chávez: Del general en jefe Ezequiel Zamora. Bueno allá está el señor Alcalde del Municipio Barinas.
Alcalde del Municipio Barinas: Buenos días señor Presidente.
Presidente Chávez: Muy buenos días. Y está también con nosotros este gran amigo el Obispo de Barinas, cómo está señor Obispo, écheme la bendición.
Obispo de Barinas: Señor Presidente aquí estamos para que Dios nos siga iluminando y protegiendo.
Presidente Chávez: Gracias.
Obispo de Barinas: Estos llanos queridos.
Presidente Chávez: Monseñor, usted es de por allá de las llanuras de Maracaibo.
Obispo de Barinas: Sí señor, zuliano pero zuliano barinés.
Presidente Chávez: Claro.
Obispo de Barinas: Así es.
Presidente Chávez: Así se habla. Ya usted tiene aquí varios años y es. Yo recuerdo el día que vine, la primera vez a Barinas saliendo de prisión, llegué a Barinas el Jueves Santo y me aparecí el sábado en la misa de Resurrección.
Obispo de Barinas: Sí señor.
Presidente Chávez: Verdad. Nunca olvidaré aquella noche, cuando se apagan las luces, se prenden las velas.
Obispo de Barinas: La Resurrección.
Presidente Chávez: Así es, y las luces que iluminan el camino. Monseñor, todo nuestro respeto a usted y a nuestra Santa Iglesia Católica, Apostólica y Romana, bien representada por usted en estos llanos queridos de Barinas.
Obispo de Barinas: Señor Presidente, católico y amigo.
Presidente Chávez: Así es, que Dios nos acompañe a todos.
Obispo de Barinas: Así es.
Presidente Chávez: Bueno saludos a todos, por ahí está todo el equipo. Teresita Maniglia y los muchachos de Radio Nacional de Venezuela. Bueno hoy es un día muy especial, el programa no va a ser como todos los domingos de tres horas, de cuatro horas o de cinco horas porque tenemos un desfile cívico militar y un homenaje al general Zamora y a la batalla de Santa Inés que desarrolló en estas mismas sabanas hace 141 años, 141 años y ustedes saben que cuando nosotros estamos hablando de historia no estamos hablando de hechos que pasaron y están como congelados en una nevera; no, estamos hablando de hechos que ocurrieron, que ocurrieron, que tienen una fecha y un lugar y hoy estamos aquí en una fecha, 10 de diciembre, y en un lugar, Santa Inés, un pequeño pueblo en la ribera derecha del río Santo Domingo que viene bajando de la cordillera, pasa por la ciudad de Barinas, sigue bajando y cae en el Apure; también está con nosotros el Ministro de Secretaría, Elías Jaua, con su.
Elías Jaua: Buenos días Presidente.
Presidente Chávez: Con sus audífonos ahí, listos para la batalla. Buenos días Elías.
Elías Jaua: Buenos días Presidente.
Presidente Chávez: Bueno por allá veo a Andrade y el equipo, todos; ¡cómo está padre! ¿Cómo está el presidente del Banco del Pueblo, ya se le paró firme a usted Monseñor? Tiene que presentarse al Comandante de la Guarnición, luchadores de Cristo, luchadores de Dios. Bueno pero les decía que hoy es un día especial porque estamos precisamente en la mitad de estas sabanas de Barinas, legendarias sabanas, llenas de leyenda, llenas de mitos, pero llenas de historia real; la leyenda del Silbón, la leyenda de La Sayona, todas esas cosas, pero más acá de las leyendas están las realidades de lo que aquí aconteció, de lo que aquí está aconteciendo y de lo que aquí va a acontecer.
Fue precisamente aquí en Santa Inés donde el maestro, el creador de Florentino y el Diablo, Alberto Arvelo Torrealba, puso aquí en su imaginación a pelear, Monseñor, a Florentino con el Diablo, pero todos los análisis históricos de esta obra indican que cuando Alberto Arvelo Torrealba pensó y escribió y creó a Florentino y al Diablo pues estaba recreando precisamente la guerra federal. Florentino era el Zamora de todas estas sabanas y el Diablo la oligarquía, sí, porque la oligarquía es el Diablo, representa los valores del Diablo y los soldados y los hombres del pueblo que murieron acá por la libertad, por la justicia social, pues son los luchadores de Dios, los luchadores de Cristo, de la verdad, de la justicia y fue por eso y también es bueno recordar a Alberto Arvelo en aquel inmenso poema Florentino y el Diablo. ¿Cómo es que comienza, tú te acuerdas? ¿Dónde están los poetas, a ver?
Noche de fiero chubasco por la enlutada llanura/ y de encendidas chipolas que al rancho del peón alumbran./ Adentro suena el joropo y afuera bate la lluvia/ no lejos asoma el río pecho de sabana sucia./ Y mientas el joropo teje bandoleras, amarguras/ el rayo a la palma sola le tira señeras puntas. /Súbito un hombre en la puerta, indio de graves posturas/ ojos negros, pelo negro, frente de cálida arruga,/ pelo e’guama luciente que con el candil relumbra. / Un golpe de viento guapo le puso a volar la blusa/ y se le vio geme y medio de puñal en la cintura./ ¡Epa vale, ese es el diablo!/ Una voz por la sala cruza/ mírenlo como llegó, con tanto barrial y lluvia/ planchada y seca la ropa sin cobija ni montura./ Dicen que pasó temprano como quien viene de Nutrias,/ navegando en su canoa por el paso de las brujas.
Y así arranca el joropo cuando cantó Florentino con el Diablo; comenzaron a cantar a la media noche y cuando estaban reventando el sol y los gallos cantando, aquí en Santa Inés, el Diablo arrancó para la sabana, lo derrotó Florentino; como Zamora derrotó al diablo de la oligarquía en esta misma sabana un día como hoy en las riberas del Santo Domingo hace 141 años, pero la historia no ha terminado, estamos en el mismo dilema zamorano, en el mismo dilema de Zamora, en el mismo dilema de Bolívar, en el mismo dilema de los que lucharon por construir una patria verdadera para todos, una república verdadera donde todos tengamos derecho a la vida, a la vivienda, al trabajo, a la tierra, el derecho a la dignidad, a la educación de buena calidad; y aquí estamos enfrentando, repito, compatriotas de Venezuela, el mismo dilema, estamos en la misma encrucijada zamorana de Santa Inés; claro que, yo le estaba comentando al Ministro de Defensa -que está con nosotros también acá en Santa Inés y el Alto Mando Militar- cuando veníamos bajando del helicóptero y a mitad del Gobernador; mirando la sabana de Barinas, volando en helicóptero, el vuelo en helicóptero es muy hermoso, muy panorámico, allí uno puede mirar la sabana hermosa; venía el Canciller preguntando ¿hay ganado por aquí? Y papá le decía sí, por allá hay un ganadito y yo agregaba no hay ganado. Un puñito de ganado, por aquí cuatro vacas, por allá cuatro más y aquella inmensidad de sabana verde y agua por todos lados, el Santo Domingo y los caños y los, hay más garzas que ganado. ¡Qué belleza de tierra! ¡Qué riqueza de tierra y qué pobreza de gente viviendo sobre una tierra rica! Ah, pero claro después que murió Bolívar, como yo le comentaba anoche a los soldados de esta Guarnición, ahí en la ciudad de Barinas dándole el mensaje navideño, después que murió Bolívar –y anoche estábamos viendo con el general Silva, después que terminó la obra de teatro ¡qué tremenda obra de teatro vimos anoche! Un tal Ezequiel Zamora. ¿Esqueda, tú no la viste? Ah, tú la viste, claro; Jacinto tú la viste también. Bueno provoca llorar a veces y al final provoca agarrar una lanza y salir detrás del viejito ¿verdad?, a buscar justicia, a buscar vidas. Y ahí está el dilema: o hacemos la revolución pacíficamente o saldrán esos viejitos y sus hijos y sus nietos a buscar lanzas y machetes. He ahí el dilema que tenemos nosotros. Hasta cuándo aguanta un pueblo. Son siglos aguantando. Los abuelos de los abuelos de los abuelos de esos niños que salieron corriendo entre los topochales a recibirnos y a gritar; y una niña que se llama Ana, muy linda, que está por allá afuera; hay un niño gordo que se llama Juan, el cuarto bate del equipo de pelota, pero no tienen pelota fíjate, en Santa Inés no hay pelota para jugar beisbol; los muchachos están igualito que en Sabanetas cuando Adán Chávez, mi hermano que está allá, y yo andábamos buscando la mata de caucho allá atrás en el patio para abrirle un hueco y sacar caucho y hacer las pelotas y buscábamos el guaral que tenía mi papá para pescar por allá y se o robábamos, le quitábamos el guaral para enrollarlo y después algún teipe viejo que se descuidaba por allá, para forrarlo con teipe y jugar a la pelota. Han pasado, Adán, cuántos años, más de treinta, 40 años, fíjate cómo pasan los años; bueno no tanto, yo tengo 46, tú tienes ya 50, casi 40 verdad, fíjate tú. Sí, 40 años, teníamos como seis años, ocho años. Y los niños de los pueblos siguen buscando las pelotas igual –sí, quiero jugo y café también. Anoche me comí una hallaca que me dio mi madre, muy sabrosa esa hallaca; ahora volviendo al punto que quiero resaltar hoy a todos los venezolanos, pues sí, sobrevolando las sabanas de Barinas, sabanas heroicas, un pueblo como el que vive aquí, pueblo heroico un pueblo que se fue detrás de Bolívar, no tuvo ninguna duda cuando comenzaron a sonar los clarines de la independencia Barinas, que era la segunda ciudad en importancia de Venezuela, un centro comercial, hasta aquí mismo llegaban los barcos, por aquí pasaban los barcos hacia Torunos, Torunos queda más al norte; por aquí pasaban los barcos que venían del Apure, por aquí pasaban los barcos que venían del Apure, barcos de comercio para traer víveres, artículos que venían de Europa y por aquí salían, por este río Santo Domingo hasta el Apure, del Apure iban hasta el Orinoco y al Atlántico ganado, cuero de res, pluma de garza, café y cacao del mejor del mundo que se producía en Barinas, incluso el café se llamaba Variná, con V pequeña porque era el nombre, de ahí viene el nombre de Barinas, de los indios Variná, con V de Venezuela, Variná de ahí viene el nombre de Barinas; ésta era una de las regiones más desarrolladas cuando la colonia, la conquista y la colonia; así que aquí a Barinas había mucho contacto en Barinas con Europa y llegaban, por eso Barinas fue sede de gente ilustrada, sí, a lo largo de la historia; de poetas siempre ha sido, centro de poetas, de creadores, de pensadores y de guerreros por supuesto, porque había un contacto directo, estos barcos que venían, barcos de río por supuesto que llegaban hasta por unos muy cerca de la capital y pasaban por todos estos pueblos, estos pueblos estaban más desarrollados hace 200 años que hoy, estaban más desarrollados, no había tanta miseria. Hoy viven peor que hace 200 y hace 300 años, ahora este pueblo no dudó cuando sonaron los clarines de la independencia, no dudaron en proclamarse rebeldes contra el imperio y cómo contribuyó Barinas y los llaneros de Barinas a la independencia. Bueno de aquí surgieron las tropas invencibles de Páez. De aquí hacia el Apure que es la misma tierra, el Apure y Barinas es una sola región, surgieron, aquí había incluso no sólo un centro importantísimo de abastecimiento de ganado, de logística para el Ejército sino además una fábrica de municiones, el gran parque de occidente estaba ahí en Barinas, pero luego de la independencia los llaneros y las llaneras quedaron peor que antes de la independencia, porque se fueron detrás de José Antonio Páez, se fueron detrás de Bolívar y cuando terminó la guerra y traicionaron a Bolívar los que lo traicionaron, la oligarquía rodeó al Centauro y le quitó la lanza y lo domó y expulsaron a Bolívar de Venezuela, la oligarquía venezolana cumplió su papel, expulsó a Bolívar, domó a Páez y el Centauro de la sabana terminó siendo un gran terrateniente y dueño de esclavos. He allí las cosas de la historia y Bolívar que se oponía a aquello y quería repartirle tierras a los campesinos y a los indígenas porque Bolívar era un revolucionario de verdad; Páez no llegó a serlo, Páez era un gran soldado pero no tenía una mentalidad revolucionaria, justiciera, se demostró, él mismo lo demostró; Bolívar en cambio no, Bolívar quería justicia, Bolívar decía un sistema de gobierno, el más perfecto debe darle la mayor suma de felicidad a su pueblo; Bolívar decía los hombres nacemos desiguales en temperamento, en carácter, desiguales hasta en la conformación física, desiguales en sexo, desiguales en el color, en el tamaño, en el color de los ojos; desiguales en cuanto al cabello, desiguales, pero el Estado a través de las leyes debe asegurar la igualdad jurídica, la igualdad social y la igualdad política. Ese era Bolívar, un revolucionario como Cristo, igual, seguidor de la línea de Cristo, gran revolucionario; bueno los campesinos quedaron peor porque los que regresaron vivos después de la independencia no consiguieron ni tierra ni consiguieron crédito ni nada; algunos le dieron los llamados haberes militares, cosa que estábamos viendo anoche por un caso de una propiedad que hay aquí en Barinas del llamado Fundo Lechosote, Lechosote, que es reclamado por unos propietarios privados y por un banco y resulta que tengo en mi poder un libraco así de este grueso donde en 1828 un juez de aquí de Barinas los, esos terrenos, los asigna pero no en propiedad privada porque el mismo juez dice que no, que eso es del Estado, los asigna para su disfrute, para su uso, como parte de lo que se llamó Haberes Militares, pues de esa manera le pagaban a los soldados y oficiales que fueron a la guerra, con tierra; pero qué pasó, detrás de una figura de aparente contenido social y de justicia social apareció la figura de los terratenientes, entonces resulta que al cabo Hugo Chávez le daban aquí en Santa Inés un pedazo de tierra para pagarle sus 15 años de guerra, porque no le pagaban a nadie, no había salarios, qué salarios; agarra tu lanza y vámonos a buscar a los españoles, al final de la guerra los que quedaron vivos o algunos de sus familiares recibieron tierras, algunos lotes de tierra, pero luego aparecieron los latifundista y se fueron adueñando de la tierra porque a lo mejor al cabo Hubo Chávez le dieron un pedazo de tierra pero no tenía ni para sembrar ni para criar ni le dieron créditos ni nada y terminó vendiendo la tierra por una locha o por cuatro lochas a los tenedores de capital que fueron de esa manera adueñándose de grandes extensiones de tierra y hoy, 180 años después, aquí tenemos el latifundio vivito y coleando. Yo, a nombre de estos siglos que han pasado, a nombre del dolor, recogiendo el dolor de los campesinos de Santa Inés, de Barinas y de Venezuela que andan viviendo sobre una sabana inmensa y no tienen ni un pedacito de tierra para sembrar una mata de yuca, y al lado tienen gigantescas propiedades de muchos señorones que viven en la capital, y no tienen ni cría de ganado ni tienen siembra ni nada y les pasa un río por un lado y una sabana gigantesca y rica, lo voy a repetir de nuevo, en Venezuela o se acaba el latifundio o yo me dejo de llamar Hugo Chávez o me muero. Ya andan por ahí los latifundistas haciendo una campaña, tratando de confundir a los campesinos, andan diciéndole a los campesinos que si nosotros vamos a instalar el comunismo aquí, que vamos a acabar con la propiedad privada, bueno, los campesinos de Venezuela, yo estoy seguro que no se van a dejar confundir; aquí no hay ningún comunismo de por medio, aquí no vamos a eliminar la propiedad privada, aquí lo que vamos a hacer es aplicar una ley para que haya justicia y para que los campesinos de Venezuela, todos sin excepción, tengan tierras suficientes para sembrar, para criar y para producir y no sólo tierra, sino capital, tierra, apoyo técnico y tecnológico y mercado para sus productos, es una revolución agraria lo que está planteado y es el mismo lema de Zamora que vino a batallar aquí desde tan lejos, para hacer realidad el tema de la revolución federal. Tierras y hombres libres gritaban los federales, “Tierras y hombres libres” gritamos hoy; “elecciones populares” gritaban los federales, elecciones populares gritamos hoy; “horror a la oligarquía” graitaban los federales, horror a la oligarquía gritamos hoy, y es la misma lucha bolivariana, la misma lucha zamorana. Hoy además de celebrar y conmemorar este día tan importante de la batalla de Santa Inés, aquí en estas sabanas, batalla que hay que decir, además, no sólo tuvo una gran significación política, porque aquí vino el ejército del centro del país a tratar de frenar a Zamora y no, Zamora les aplicó una estrategia que se conoce en el arte de la guerra como “acción retardatriz” ¿tú sabes eso Teresita? ¿tú nunca le has aplicado al chino la acción retardatriz? Una acción retardatriz. Si, no, Zamora estaba en Barinas, fíjate tú, y venían las tropas del gobierno. Hugo algo importante que pasó aquí, que es digno de señalar, las tropas que andaban detrás de Zamora eran los mismos soldados que habían peleado detrás de Páez, junto con Páez y Bolívar por la independencia, que fueron traicionados y luego consiguieron otro líder, Ezequiel Zamora. “Es Boves que vuelve”, decían los llaneros, porque Boves fue otro caudillo popular, es otro “taita” Zamora. Bueno Zamora estaba en Barinas, bueno iba a comentar un detalle importantísimo de esa guerra federal, de tantos que hay, José Laurenicio Silva. Jacinto Pérez Arcay está por ahí, si me equivoco en algo me corriges Jacinto, porque tu eres el experto, el doctor en la historia. José Laurencio Silva, de ahí del Tinaco, fue uno de los héroes de Ayacucho, estuvo con el Mariscal Sucre un día como ayer nueve de diciembre, también hay que hablar de eso, ayer se cumplió un año más de la Batalla de Ayacucho, que ya no fue en estas sabanas calientes de Barinas, y no fue en 1859 sino muchos años antes, muy lejos de aquí, al Sur, allá en la Pampa de la Quinua, en el Alto Perú, hasta allá fue el Mariscal Sucre y hasta allá fueron los venezolanos a pelear por la independencia de Suramérica. Bueno, José Laurencio Silva fue uno de los héroes de Ayacucho y después vino a Venezuela de nuevo y presenció la traición a Bolívar y cómo la oligarquía se adueñó de las tierras y los banqueros se adueñaron del capital, y los campesinos quedaron peor que antes de la independencia y luego viene la Guerra Federal, 29, 28 años después de muerto Bolívar y cuando Zamora está haciéndose dueño de todas estas sabanas, José Laurencio Silva lo mandan al frente del Ejército a pelear a Zamora, ¿así es, Jacinto, verdad? Pues José Laurencio Silva llegó a estas sabanas y no combatió a Zamora, siempre quedó la duda; siempre quedó la duda. Algunos, la oligarquía comenzó a llamarlo cobarde ¿te acuerdas? Eso lo aprendí yo de ti allá en el aula de la Academia Militar, vestido yo de cadete y tú de comandante. A José Laurencio Silva, quien se replegó hacia el centro y no peleó contra Zamora, la oligarquía le gritaba “cobarde”. Es difícil pensar que uno de los lanceros de Junín, que uno de los lanceros de Ayacucho que se fue hasta el Alto Perú con el Mariscal Sucre y que acompañó a Bolívar hasta el final, sea un cobarde, a los sesenta años de edad que ya tendría José Laurencio Silva.
Jacinto Pérez Arcay: Sí él renunció a combatir a Zamora porque en el fondo de su alma él y otros oficiales sabían que a Zamora le asistía la razón en cuanto a la lucha que estaba desencadenando por los pobres, por los hijos de Lázaro, por los oprimidos de siempre.
Presidente Chávez: Bueno, yo te miro los ojos y te oigo la voz y me transporto a 1962 cuando yo estaba sentado en un pupitre y tu eras Teniente Coronel con tu uniforme de combate hablándonos de esa manera. El es uno de los que nos metió la llama en el alma.
Jacinto Pérez Arcay: Sí, la oligarquía dijo, es como el eunuco del bajo imperio que abrió el Africa a Jenterico y a sus vándalos.
Presidente Chávez: Así lo comparaban, a José Laurencio que era uno de los libertadores, uno de los héroes de la patria, lo que pasa es que José Laurencio llega con un ejército de oligarcas, unos muchachitos de Caracas que recogieron a última hora del centro del país, vamos a detener, como anoche vi que decía el actor en la obra, en el diálogo aquél impresionante, comenzando la obra de teatro, entre el viejo oligarca y el joven oficial oligarca que le decía: No, esos son unos salvajes, esos son unos bandoleros. Bueno, pero resulta que José Laurencio Silva sí sabía que esos no eran unos bandoleros los que andaban con Zamora. José Laurencio Silva sí sabía que a esos hombres los habían traicionado, les quitaron todo, les quitaron hasta la gloria de ser los libertadores de América y los echaron al “pajón” los oligarcas y luego se fueron detrás de Zamora a buscar el camino de nuevo. José Laurencio sí sabía eso. La oligarquía lo acusó y hasta lo querían enjuiciar por traición, por no haber combatido a Zamora. Pero hay unos cuentos recogidos de los soldados que quedaron escritos en memorias de soldados y que hemos leído por ahí en viejos libros de cuarteles, porque claro, la explicación oficial es una, José Laurencio se replegó, ¡traidor! ¡cobarde! Eso fue lo que dijo la prensa de entonces y las noticias oficiales de entonces, pero cuentan los soldados que la madrugada antes de que José Laurencio Silva ordenase el repliegue de sus tropas hacia el centro del país, una canoa misteriosa y en silencio cruzó el río y dicen los soldados que estaban de guardia en la madrugada, que el General Silva cruzó el río a entrevistarse con el General Zamora. Dicen los soldados que hablaron, hasta que amaneció. Dicen los soldados que cuando estaba saliendo el sol, la misma canoa cruzó el río de nuevo, iba el viejo José Laurencio con sus glorias de Ayacucho, con una sonrisa. Y dicen los soldados que apenas puso pie a tierra, del otro lado del Portuguesa o del Guanare, mandó a reunión del Estado Mayor y ordenó el repliegue del Ejército. Eso es parte de la historia. José Laurencio Silva no quiso combatir con los mismos soldados que detrás de Bolívar pelearon junto a él por la independencia. Luego, enviaron a un ejército, el General que tú nombraste, Ramos, los oligarcas vinieron aquí y Zamora les aplicó, Teresita, la acción retardatriz. ¿Sabes como es eso? Sí, Zamora estaba en Barinas y empezó a replegarse, abandonó la ciudad y el ejército oligarca que venía entrando consiguió una ciudad sin resistencia. “No, que se retiró Zamora” y pensaron que estaba en retirada Zamora. “Vamos a perseguirlo, se está retirando, lo hemos derrotado, no tenía ningunas fuerzas” Y Zamora lo que hizo fue atraerlos y atraerlos hasta este sitio durante más de 24 horas atrayéndolos, atrayéndolos con la caballería que se va retirando, el enemigo avanzando, avanzando y aquí había preparado Zamora las trincheras en la sabana, y tenía una zona preparada, lo que se llama, sí esa es una “acción retardatriz” engañar al adversario, replegarse para que el avance hasta un sitio que ya se ha preparado con antelación para allí lanzar un contrataque y destrozarlos. Y eso fue lo que hizo Zamora en la batalla de Santa Inés, una batalla que es estudiada en los colegios y escuelas militares no sólo de Venezuela sino del mundo, como un modelo de lo que es una acción retardatriz de infantería combinada con caballería y alguna artillería que tenía el General del Pueblo Soberano. Gloria a Zamora aquí en Santa Inés, decimos:
El cielo encapotado
Anuncia tempestad
Oligarcas temblas
Viva la libertad.
Antes de dar paso a esta primera llamada, aquí está la obra de teatro que anoche se presentó en el Teatro Orlando Araujo de Barinas, de César Rengifo, ¡Ese grande César Rengijo! “Un tal Ezequiel Zamora”. Recomiendo esta obra de teatro, adaptación a siete escenas de Alfonso López. Felicitaciones Alfonso López y a todo el elenco de actores y actrices: Pedro Martan, Aura Rivas, tremendos actores son Pedro y Doña Aura que hacen un papel extraordinario. Hacen el papel de Don Eliseo y Juan Yari, Pedro y Aura, de Ana Carmen y Guadalupe Yari, Eleana López el papel extraordinario de una niña Gema Yari; Víctor Rosa Branco, el papel del Brigadier Luis Mere y Carlos Yari; Vicente Péña el papel de José Antonio Yare, solado y campesino y Jesús Servo, cabo y ordenanza y un equipo de escenografía y vestuario y maquillaje que vino de Caracas anoche a presentar en el teatro Orlando Araujo esta tremenda obra de César Rengijo, “Un tal Ezequiel Zamora” ¡Qué viva Zamora! Ahora, más vivo que nunca en estas sabanas y en Venezuela, luchando por la libertad. Hoy decimos por Venezuela: Tierras y hombres libres. Y ahora no hace falta tomar las lanzas ni los machetes, ni los fusiles, vamos a hacer una revolución pacífica que apenas está comenzando. Vamos Monseñor con Dios y la Virgen por estos caminos de la justicia. Hay una llamada en el aire.
Roberto Ruiz: Si, Presidente, pero antes de la llamada quería hacer algunos anuncios importantes, en las afueras de acá del Colegio, la Unidad Educativa Adonis Parra Jiménez, se está entregando leche a los niños, una leche donada por la empresa Upaca. También les están entregando jugos a todos esos niños que están allá afuera. Presidente, la señora Belén Barrios del Trompillo, Estado Carabobo le envía de regalo esta moneda que se utilizó durante la colonia en la población. Con estas monedas pagaban en las haciendas, en la época. La envía la señora Belén Barrios, de El Trompillo, Estado Carabobo.
Presidente Chávez: Vamos a ver, esta moneda es una moneda de dos bolívares. Pero no sería durante la colonia, porque ya tenía el nombre de dos bolívares.
Roberto Ruiz: ¿Sería cuando Gómez?
Presidente Chávez: Tendría que ser a comienzos del siglo o finales del siglo XIX, Administración ¿qué dice acá? Trompillo, dos bolívares valía esto. Bueno, esto era un realero en aquella época. Bueno, agradezco a la señora Belén Barrios de El Trompillo, ah, de El Trompillo, aquí abajo dice El Trompillo. Sí, seguramente ese era el sistema monetario, José tú que eres.
José Rojas: Local
Presidente Chávez: Local, cada quien acuñaba las monedas y pagaba en la localidad, dos bolívares en Barinas, eso solo valía en la localidad... Claro, le pagaban a los peones que eran esclavos en otras condiciones, con otra moneda para que tú me compres a mí mismo.
Blancanieves Portocarrero: Esclavos económicos.
Presidente Chávez: Sí, así es. en buena medida la cosa sigue estando presente, otro tipo de esclavitud. Tú sabes que en el llano, en estos llanos hay muchos hatos y fundos que son cuidados por un señor, una señora y sus hijos y no les pagan.
Blancanieves Portocarrero: ahora usan un sistema de la cuenta, que le van dando a cuenta, y compras todo y cuando acuerdas no hay nada, no pagas nada.
--La medianería, le pagan con un saco de caraotas.
Presidente Chávez: Eso es parte de la revolución que hay que hacer, gracias a la señora Belén Barrios por este recuerdo de la historia económica de Venezuela.
Roberto Ruiz: Bien Presidente, aquí tenemos una comunicación que llega de parte de la señora María Eugenia Parra, permítame saludarlo, desearle de todo corazón bienestar a usted y a su familia y al mismo tiempo hacerlo conocedor de una carta que yo le escribí recién llegada a Caracas, después de la tragedia en Vargas, que está anexada a esta nueva carta con fecha 20-12-99, la cual se me hizo muy difícil hacerla llegar a sus manos, pero mi hija que ahora tiene nueve años de edad me devolvió la fe diciéndome: Mami, Chávez es bueno, él me dio valor cuando yo tenía tanto miedo, me abrazó con cariño, me habló como un padre, como nunca el mío lo ha hecho y me hizo sentir segura, por eso no me dio tanto temor el mar y pude entrar al barco, la fragata, transporte de la Armada Venezolana “Esequibo Tango 62”. Fuimos el primer grupo de personas resctadas por mar el 18-12 de 1999, todos los oficiales que en esa embarcación estaban de todos los rangos se portaron muy bien y fueron muy humanos con nosotros y con las demás personas. Natacha mi hija se ganó el corazón de los oficiales que nos asistieron y les contó que su presidente la había cargado, se encontraba entre sus mejores amigos. Presidente, la niña quiere volverlo a ver, ella piensa y siente que usted nos puede ayudar ya que estamos solitas las tres, mi mamá la niña y yo, pasando muy malos momentos. Presidente, si no es mucha la molestia, me da mucha pena pedirle esto ¿podría ayudarnos a conseguir una beca de estudio para la niña? Ella se lo ha ganado porque con todo lo que vivió y presenció pasó a cuarto grado. Atentamente, María Eugenia Parra”.
Presidente Chávez: bueno, vamos a procesar esto. Yo agradezco la carta. María Eugenia y a la niña la bendición, a Natacha, Dios la bendiga y la acompañe a todos los niños del mundo. Bien, aquí hay otra carta de la niña Natacha María. Bueno, la guardaremos en el corazón y la archivaremos y la responderemos y vamos a gestionar, ojalá podamos ayudarte con una beca para los muchachos, para tu hija. Vamos a trabajar esto Elías, te lo paso para que lo analicemos, hagamos contacto con la señora y estamos a tu orden, ojalá Dios mío, podamos ayudarte, y a todos los venezolanos que tienen tantas necesidades. Creo que hay una llamada en el aire.
Roberto Ruiz: Sí, presidente, primera llamada directo desde Cuba, la señora Carolina Caraballo, se está comunicando desde Cuba, uno de los venezolanos que ha ido a Cuba en el plan de intercambio médico-asistencial. Buenos días señora Carolina, le escucha el Presidente Chávez.
Carolina Caraballo: Buenos días.
Presidente Chávez: Hola, buenos días Carolina.
Carolina Caraballo: Buenos días, ¿cómo está señor Presidente?
Presidente Chávez: Hola Carolina, ¿dónde estás tú?
Carolina Caraballo: En Cuba, gracias a Dios y a usted.
Presidente Chávez: Estás en La Habana. ¿tú te fuiste en el avión con unos familiares?
Carolina Caraballo: Sí y mis dos niñas, las gemelas.
Presidente Chávez: Ah, tú eres la madre de las gemelas ¿me oyes?
Carolina Caraballo: Si, yo soy la mamá de las gemelas.
Presidente Chávez: ¿Cómo es que se llaman ellas?
Carolina Caraballo: Mariana y Michel.
Presidente Chávez: Ah, yo recuerdo, sí, recuerdo que las ví en Maiquetía.
Carolina Caraballo: ¿Recuerda que nos tomamos una foto?
Presidente Chávez: Claro y como salió esa foto.
Carolina Caraballo. Bueno, no la he revelado todavía.
Presidente Chávez: Ahora, más importante que la foto es cómo están las gemelas?
Carolina Caraballo: Están bastante bien, están bien, chévere, estamos muy bien aquí, la atención ha sido increíble.
Presidente Chávez: tú estás en qué sitio ahorita.
Carolina Caraballo: En la Pradera.
Presidente Chávez, eso es qué ¿un hospital o qué?
Carolina Caraballo: Si este es un Centro Internacional de Salud La Pradera.
Presidente Chávez: ¿Eso queda en la misma ciudad de La Habana?
Carolina Caraballo: Sí, en el municipio Playa, en la misma ciudad de La Habana.
Presidente Chávez: y ¿cuántos de ustedes llegaron allí?
Carolina Caraballo: Aquí llegamos todos, fue como el centro de acopio y fueron distribuidos a otros hospitales, pero aquí estamos varios, todos queremos hablar con usted.
Presidente Chávez: ¿Todos quieren hablar conmigo? ¿Ahorita? No vamos a tener tiempo de hablar todos, tu eres la representante del grupo. Bueno, dales un saludo a todos, lo más importante es cómo están todos los muchachos, los jóvenes que fueron que tenían un problema médico.
Carolina Caraballo: No, algunos están aquí, ya los han operado, otros están en rehabilitación, otros en tratamiento, unos ya terminaron el tratamiento y están esperando para ver cuándo nos vamos para Venezuela, estamos muy bien.
Presidente Chávez: Y tus muchachas ¿hay buenas noticias?
Carolina Caraballo: Sí, hay buenas noticias, ellas están bastante mejor, parece que en Cuba acá les ha sentado muy bien. Estamos muy bien, muy contentos realmente.
Presidente Chávez: Bueno, yo estuve conversando con Fidel en México, ah porque el mismo día que ustedes llegaron a La Habana él estaba saliendo al día siguiente para México en la mañana, así que a él le dieron el informe de todos los que llegaron y estuvimos comentando ese otro día en México y me garantizó, como estoy seguro que ha ocurrido y está ocurriendo, una atención especial para todos ustedes y estoy seguro que los han tratado como ustedes se lo merecen y como sabe atender a todos el pueblo cubano.
Carolina Caraballo: Sí, el pueblo cubano es increíble, a todos nos han atendido de maravilla, a cuerpo de rey.
Presidente Chávez: Me alegro muchísimo, dale la bendición a las morochas y un saludo a toda esa gente que está allí, vamos a estar muy en contacto Elías para ver cuándo hay que mandar el avión presidencial de nuevo para que traiga el primer viaje que está listo.
Carolina Caraballo: El 16 sale el segundo avión y ya se pueden regresar los que estén tratados.
Presidente Chávez: El 16 de diciembre Carolina, sale otro viaje con otros venezolanos que tienen problemas de salud que aquí nunca fueron atendidos durante muchos años, especialmente niños, ancianos y gente, ustedes pues, los pobres, mientras el sistema de salud de Venezuela lo vamos poco a poco reconstruyendo porque está por el suelo todavía, pero no podemos esperar, que es lo que yo le digo aquí a algunos médicos que salen a criticar por allí que si nosotros mandamos gente a Cuba, en vez de apoyar los hospitales, dicen algunos médicos. Nosotros estamos apoyando los hospitales desde que llegamos al gobierno, pero muchos hospitales están podridos de corrupción, de incapacidad, no sirven ni los ascensores, yo los he visto.
Carolina Caraballo: La atención no es igual como acá.
Presidente Chávez: Bueno, porque allá la salud le han dado prioridad y el pueblo cubano es uno de los pueblos de toda América que tiene mejor sistema de salud. Y ahí están los índices de Naciones Unidas.
Carolina Caraballo: Todo es rápido, hay celeridad para todo.
Presidente Chávez: Bueno, algún día llegaremos nosotros a ese mismo nivel ¿verdad Gilberto?
Carolina Caraballo: Dios quiera.
Presidente Chávez: Sí, algún día y yo espero que no pase muchos años. Gilberto ¿cuántos años crees tú que pasarán para que nosotros tengamos un sistema de salud como el de Cuba? ¿cuántos años? Vamos a ponernos una meta, si no lo tienes no digas cuánto porque no vamos tampoco a comprometernos así en el aire.
Gilberto Rodríguez Ochoa: No se puede tener, indudablemente, una fecha exacta, pero es un proceso de reconstrucción, en primer lugar de la ética, la moral, la organización. Tenemos un sistema de salud desmadrado como lo he dicho claramente, múltiples instituciones fragmentadas, yo creo que este proceso tarda unos cuatro o cinco años más o menos, por supuesto, de aquí en el corto plazo vamos mejorando muchísimas cosas.
Presidente Chávez: Claro, porque no se trata de meterle dinero a los hospitales, ojalá ese fuera el problema, si fuera por dinero aquí no habría problema ¿cuánto dinero? El doctor José León Tapia, que acaba de llegar quemado por el sol de la sabana, José León Tapia, yo quiero darle un aplauso, vamos a darle un aplauso a José León Tapia, este ilustre barinés, hombre de letras y de batallas, fue constituyente por Barinas. Recibí tu carta hermano, la leí hace pocos días y me llenó, como siempre tu palabra hablada o escrita viene llena de una gran espiritualidad, y te juro que haré hasta donde Dios me permita y nos permita para no fallar, para no fallarle a la historia y al dolor y al amor de este pueblo. José León Tapia, bienvenido hermano.
José León Tapias: Gracias, tantos años de amistad Presidente, me honra, muchas gracias.
Presidente Chávez: No, a ti gracias por tus enseñanzas, por aquel Maisanta “El último hombre a caballo” que me abrió los ojos cuando te leí. Autor, José León ¿de cuántos libros? “Por aquí pasó Zamora”, obra extraordinaria que recogió el canto de la sabana, el canto de los federales, bueno, aquí estamos en Santa Inés, José León ¿qué te parece a ti que estamos aquí en Santa Inés de Barinas?
José León Tapias: Aquí estoy y traigo las palabras, el discurso de orden, lo cual me complace inmensamente porque Santa Inés ha sido siempre una de las motivaciones de mi vida. Gracias.
Presidente Chávez: bueno, hoy tendremos el honor de oírte de nuevo en este discurso de orden, en la sesión solemene del Concejo Municipal del Municipio Barinas, en honor a Zamora y a la Batalla de Santa Inés. Mira José Léon y además que tú eres médico, el médico de los pobres, no tanto como José Gregorio Hernández, pero en esa misma línea porque te conocemos tu noble tarea de atender, especialmente a los pobres desde hace tantos años aquí en Barinas. Fijate está llamando Carolina Caraballo desde La Habana; Carolina Caraballo, que está ahí todavía ¿no Carolina?
Carolina Caraballo: Sí, aquí estoy.
Presidente Chávez: Ajá, en La Habana está Carolina y es madre de dos gemelas morochas, lindas, y o las vi en Maiquetía hace dos semanas cuando enviamos el primer grupo de venezolanos, tenemos una lista José León de más de diez mil enfermos, de los más pobres que no tienen, porque tienen muchachitos enfermos, cardiopatías congénitas, que si los riñones, enfermedades algunas graves, otras menos graves, pero bueno, no hay, aquí en Venezuela no tenemos un sistema de salud para atenderlos con la rapidez que requieren, porque aquí por una parte se privatizó la salud, se elitizó, y por otra parte el sistema pública está, como dijo el Ministro, desmadrado. Entonces estamos haciendo este esfuerzo dentro del convenio que hicimos con Cuba, el Convenio Energético y de Cooperación Integral, pues ahora Cuba está lista para recibir cada semana un viaje de unos cincuenta a cien pacientes.
Elías Jaua: Cincuenta, el 16 creo que vamos a llevar setenta.
Presidente Chávez: Setenta, ya enviamos el primer lote. Entonces, algunos dirigentes de la Federación Médica, estos adecos que andan por ahí todavía, se la pasan criticando y sacando por la prensa comunicados, que si esto es violar los derechos humanos. Imagínate tú, ellos son los que le han quitado la vida y el derecho a la vida a muchos venezolanos, con una degeneración de lo que es la función del médico que le dá vida, salud y dignidad a un pueblo, sin distinción de ningún tipo. ¿Qué piensas tú José León de esto?
José León Tapias: Yo pienso sencillamente en que el médico venezolano tiene que rescatar, a la larga, su ética, su moral, y el día que tengamos los médicos venezolanos todos con ética y moral por encima de toda componenda política, tendremos a un grupo médico que se dedique completamente a la atención de los pacientes, con todo el corazón, como lo hemos hecho tantos en Venezuela. No quiero entrar en polémicas con la Federación Médica ni con nadie, sino que también existe gente dispuesta a colaborar en las actividades médicas del país. Pero sí puedo decir también de que hay una gran generación de jóvenes médicos venezolanos dispuestos a cualquier sacrificio por este pueblo. Yo por lo menos, en mis alumnos he sembrado muchas inquietudes, de las cuales me siento muy orgulloso de ver muchachos que no están corrompidos, esos muchachos que están trabajando por este país y que lo están haciendo con buena fe y con gran sacrificio, de modo que no hay que ser pesimista, Presidente, hay que sentir que este país, sencillamente, es el renacer de un mundo y que sencillamente ese renacimiento de este mundo en el que hemos estado metidos durante tanto tiempo, un mundo tan materialista y tan sin esperanza, y sin ilusiones, pues sencillamente desde aquí tiene que salir una nueva generación de hombres que por encima de toda otra actividad o intereses personales pongan el país por delante de cualquier inquietud, esa es mi opinión y así la he mantenido siempre, la tengo y la mantendré. Usted me conoce a mí desde hace muchos años, usted sabe que yo soy así, que soy un hombre de una sola palabra, de un solo principio y de una sola posición en la vida, lo cual me enorgullece, y lo mantendré así. Por eso estoy en Santa Inés.
Presidente Chávez: Muchas gracias José León, tal cual te conoce, no sólo yo, que tengo la dicha de conocerte desde hace bastante tiempo, sino que tal cual te conoce el pueblo de Barinas y el pueblo de Venezuela, José León Tapias, saludos a toda tu familia y ya conversaremos un poco más tarde, en esta Santa Inés de tantos recuerdos, de tantos sueños. Bueno, palabra orientadora de un médico de los pueblos y yo comparto contigo esto, muy optimista hay que ser, porque estamos en eso, un renacimiento de los valores, de la ética, del servicio a los demás. Anoche se lo decía a los soldados de la Guarnición, ahora Monseñor, yo ando, algunos me critican porque hablo de Cristo, me dicen, no, este parece un predicador evangélico, bueno, será que lo soy pues. No, “que usted no puede hablar de la Biblia porque no es sacerdote, dicen algunos, imagínate tú y ¿de qué voy a hablar? ¿del Diablo? Ah, entonces yo ando hablando Monseñor es de Cristo y de la Biblia y precisamente ahora que vamos a celebrar los dos mil años del nacimiento de Jesús, es muy propicio para que reflexionemos acerca de el ejemplo de Jesús, la palabra de Jesús que es la palabra de Dios, la palabra santa, pero sobre todo digo yo, la calidad de Ser humano que fue Jesús y el ejemplo que nos dio, del sacrificio por los demás, del servicio a los demás, así lo afirmo yo Monseñor y lo aprendí desde que era muy niño cuando mi madre, Elena, quería que yo fuera cura y entonces me metió a monaguillo y andaba yo de misa en misa tocando campanas y leyendo la Biblia y repitiendo: per sécula seculorum, amen. En ese tiempo la misa era en latín y era obispo de Barinas Rafael Angel González Ramírez, nunca lo olvidaré cuando llegó a Barinas el Obispo y a mi me correspondió, me pusieron a dar unas palabras en la Escuela Nacional Julián Pino, dándole la bienvenida al primer Obispo que tuvo Barinas, ah monseñor ¿qué nos puede decir usted para que me dé más ánimo, más optimismo, lo ha dicho también José León Tapias.
Monseñor: No, no, en el sentido de que, mire Señor Presidente, Cristo es alguien transformante, que no quiere miseria ni hambre ni ignorancia, sino igualdad y dignidad para todos. Por eso Cristo multiplicó los panes, desde unos panes que habían allí, que el hombre ponga algo pero que hay que multiplicarlos con el trabajo, con el esfuerzo, porque el hambre no es cristiana, no es voluntad de Dios. A veces creemos de que la miseria es voluntad de Dios, de que la ignorancia es voluntad de Dios. No, esa es voluntad de las mafias, es voluntad del egoismo, es voluntad de las roscas, pero no de Dios. Por eso es importante entender que Dios quiere vida y justicia para su pueblo y es por eso que Cristo cura a los enfermos, a los leprosos que eran marginados sociales, porque quería que todos tuvieran vida y salud. Por eso Cristo evangeliza, predica, habla, y desenmascara también la mentira y la hipocrecía de los fariseos: “Hagan lo que ellos dicen pero no hagan lo que ellos hacen, porque ellos no hacen los que dicen”. Ese es un reto para nosotros que tenemos que vivir, tenemos que ser auténticos, tenemos que ser servidores, porque Cristo dijo no he venido a ser servido sino a servir, pues, de manera que todos nosotros los católicos tenemos que usar la Biblia para alimentar nuestra fe y para trabajar y luchar. El Papa nos dice que el mejor espacio del encuentro con Dios es la Biblia, es la palabra de Dios, que hay que tenerla para alimentar nuestra fe y para buscar la verdadera voluntad de Dios, por eso Cristo dice: “Busquen el reino de Dios y su justicia y lo demás vendrá por añadidura”. Dejemos el retiro espiritual por hoy, yo creo que está bien así señor Presidente.
Presidente Chávez: Amén, gracias Monseñor por esa palabra de aliento espiritual y moral. Porque sin duda que nosotros andamos por el camino de la Santa Iglesia Católica, y además, mucho más profundo, por el camino de Dios, por el camino de Cristo, de la redención de los humildes. Cristo era terrible, Cristo no era ningún... a veces lo pintan...
Fin tres...
Aló Presidente 4 y 5-54
... de los humildes, Cristo era terrible, Cristo no era ningún; a veces lo pintan, yo a veces veo a Cristo con esa; a veces lo pintan con cara de bobo no, así con la cara mirando. No, Cristo, Cristo decía fariseos hipócritas, les quitaba la máscara a los fariseos; ustedes se dedican a limpiar la copa por fuera y a darle brillo, límpienla por dentro que está llena de miseria y de podredumbre, ¡hipócritas! Bueno y aquella vez que agarró un látigo y le entró a latigazo limpio a unos mercaderes que habían tomado el templo y ni siquiera les avisó ni negoció con ellos, no, les llegó y le dijo ¡si vuelven les vuelvo a dar con el látigo! Bueno, en todo caso Cristo, para que no quede duda, gran revolucionario. Bueno creo que tenemos al director del Centro de Salud La Pradera, desde Cuba. ¿Está al teléfono? A ver si lo tenemos todavía al teléfono.
RR: Doctor Yerena, buenos días.
Presidente Chávez: Aló.
RR: No, parece que hubo un problema pequeño con la comunicación Presidente.
Presidente Chávez: Bueno estaban esperando allá, estaban oyéndonos, de todos modos deben estar oyéndonos allá en La Habana.
RR: Sí, Radio Rebelde está transmitiendo.
Presidente Chávez: Radio Rebelde transmitiendo a toda Cuba. Pues un saludo, aprovechando para saludar al presidente Fidel Castro, le recordaremos siempre por aquí por esta sabana de Barinas, nos honró con su histórica visita y agradeciendo a todos los médicos, al doctor Pedro Francisco Yerena y todos los médicos, paramédicos que están atendiendo a tantos venezolanos con tantas necesidades, que Dios les ilumine y que Dios bendiga al pueblo de Cuba.
RR: Presidente por aquí llegan dos obsequios, un disco del Grupo Experimental Folclórico Raíces de Chuspa, Antonio Ramón Ugueto le envía este disco, se llama Raíces de Chuspa, es un CD que tiene muchos temas.
Presidente Chávez: Deben haber tambores, ah Esqueda, te acuerdas de los tambores allá de Chuspa cuando fuimos aquella marcha que nos ibas matando tú con una marcha, una marcha a mediodía y me acuerdo que habían muchos tambores allí, éramos alumnos de la Escuela Superior. Pollito mojao, Que no muera el folclore, Canto a Venezuela, Te olvidé, Mi Santa Rosa de Lima, De casa en casa, El bolívar devaluado, Para qué llevarte, El ritmo del caraqueño, popurri. Muchas gracias al amigo Antonio Ramón Ugueto, Raíces de Chuspa. Y yo veo que ha estado creciendo mucho la producción discográfica folclórica, por todos lados le llegan a uno obsequios, regalos, cintas, CD, gente de la cultura y ahora tenemos a tremendo viceministro de la Cultura, Manuel Espinoza, y un tremendo proyecto la cultura apoyando la revolución, el teatro, la música, la danza, la pintura, pero no para una elite porque esa es otra cosa, aquí la cultura quedó durante muchos años relegada a una elite, una elite que se adueñó de los dineros del pueblo para hacer su cultura, la que a ellos les parece y los demás somos incultos, ah no, ese es el populacho, la plebe pues no, cómo se llama, los pata en el suelo; resulta que cómo hay de cultura en estos pueblos en cada niño, en cada esquina, la cultura popular que se recoge y se expresa por mil maneras, éste es un buen ejemplo y quiero decirle a los cultores de lo nuestro, a los hombres y las mujeres de la cultura popular que está dispersa por todo el país y que recoge el alma de los venezolanos que el gobierno bolivariano no les va a dar la espalda, cada día estaremos más pendientes de ustedes y apoyándoles más para ese renacimiento cultural venezolano.
RR: Presidente, éste es un calendario del año 2001 que le envían en nombre de la Escuela de Comunicación Social de la UCV, su directora Azalia Venegas.
Presidente Chávez: Earle Herrera, Moraima Guanipa.
RR: Exactamente, los poemas del calendario fueron escritos por ellos, por Earle Herrera y Moraima Guanipa, un calendario del año 2001.
Presidente Chávez: Moraima Guanipa, poeta. Mira este poema: Raro este tiempo que me divide/ mi rostro es mi espalda y viceversa/ pero el anverso no es el reverso/ y los gemelos se soliviantan por estos días/ en que ando triste de tanta alegría/ alegre de tanta tristeza./ Extraño tiempo éste/ en el que no hay equilibrio para estas dos mitades/ del mundo donde soy yo en los otros que me son. Moraima Guanipa. Un poco en la línea de Galeano, quizás la escuela del mundo al revés. Bueno muchas gracias, pero esto no lo mandó Moraima Guanipa.
RR: Lo mandó la directora de la Escuela de Comunicación Social de la UCV, Azalia Venegas.
Presidente Chávez: Ah Venegas.
RR: Y de parte también del periodista Earle Herrera, ex constituyente y periodista.
Presidente Chávez: Bueno muchas gracias a todos. Ah, aquí está, Poema de julio. Vamos a ver qué poema de julio, es que me están dedicando el poema del mes de julio. ¿Será porque es mi mes de nacimiento? A ver qué dice, el mes de julio dice; de Earle Herrera es este poema de julio. En el alba de julio, en su noche habita el recio león vigilante de las horas/ del alba y de la noche de julio./ Toma tu morral de cuentas viejas y nuevos sueños/ échatelo al hombro, sigue la ruta que te alumbran los primeros relámpagos de julio/ trae su brisa olor a tierra a surcos, a montañas feraces, a campo húmedo./ A raíces que dibujan mapas, a mapas que dibujan nubes./ Tu país nació en julio y en julio el rayo que alumbró tu mapa más allá de los mapas./ El cielo de este mes es inconstante, va y viene como el ojo de un dios/ a veces con estrellas, con centellas/ a veces en noches como días lunas de julio,/ en días como noches soles encubiertos./ Me gusta julio con lámpara de aceite, con maíz en la mesa, espigas en el campo/ y niños y niñas que cierran sus cuadernos y se internan alegres en la abierta luz de su sonrisa. Qué bello. Earle Herrera, gran poeta constituyente, bolivariano y revolucionario.
La UCV, ahora que estamos hablando de la UCV, claro que tenemos que felicitarla, declarada por la Unesco patrimonio cultural de la humanidad, nuestra U U UCV. Vamos a darle un aplauso a la Universidad Central de Venezuela. ¿En qué año te graduaste tú Giordani allá en la UCV? ¿Tú te graduaste en el año en que Caracas quedó campeón la última vez, no? Cuando descubrieron.
RR: Las cuevas de Altamira.
Presidente Chávez: Las cuevas de Altamira, pero dime de qué año es, ya me estás maromeando la respuesta. ¿En qué año José Vicente, tú te graduaste cuándo José Vicente? Ah José Vicente, ¿tú te graduaste en qué, dónde?
José Vicente Rangel: En España.
Presidente Chávez: Ah, en España, no en la UCV. No. A ver, Dávila no se graduó en la UCV; Genatios, ¿tú en qué año?
Carlos Genatios: 66.
Presidente Chávez: 76, 66, se graduó el Ministro.
RR: Gilberto Rodríguez.
Presidente Chávez: Gilberto Rodríguez. ¿Y tú Luisa, tú eres de la UCV también?
Luisa Romero: Yo me gradué en la UCV, sí.
Presidente Chávez: En qué año, bueno no digas.
Luisa Romero: En un año de esos de estudios.
Presidente Chávez: En un año, las damas no se les hace esa pregunta, a las damas no se les hace esa pregunta. ¿Y tú Blancanieves?
Luisa Romero: En el último año.
Presidente Chávez: No, Blancanieves.
Blancanieves Portocarrero: Yo me gradué en la Carabobo.
Presidente Chávez: En la de Carabobo. Carlos Genatios sí.
Carlos Genatios: Yo me gradué en el año 80.
Presidente Chávez: De la UCV, tú tienes.
Carlos Genatios: Sí, de la UCV, por supuesto.
Presidente Chávez: Tú eres uceveco donde vayas.
Carlos Genatios: Así es.
Presidente Chávez: Ucevista. Bueno felicitaciones pues a nuestra gente de la Universidad Central de Venezuela, declarada hace pocos días patrimonio cultural de la humanidad, ya era hora. Muy bien.
RR: Una carta Presidente que viene de Miami. Señor Presidente de nuevo me dirijo a usted –esta carta la envía la señora Dolores García de Lezama- de nuevo me dirijo a usted muy respetuosamente, esta vez para agradecer lo que hace por nosotros. No tengo ni nunca tendré las palabras suficientes y adecuadas para darle gracias por su ayuda. Es cierto que en el Evangelio de Mateo 6.3, se dice que no sepa tu mano izquierda lo que hace tu derecha, pero yo sí quiero que se sepa lo que usted ha hecho por una familia que le envió una carta cifrando en ella toda su esperanza para salvar la vida de un hijo, quiero que el mundo entero sepa que un joven venezolano tiene la oportunidad de luchar por su salud gracias a que el Presidente de su país, sin importarle intereses políticos le ofreció la facilidad. Ahora sólo nos queda que la ciencia y Dios actúen y para ello le pido nos acompañe...
Francisca: Santa Cruz de Tenerife, España.
Presidente Chávez: Ah, tú eres canaria.
Francisca: Sí señor, llevo 51 años en el país y con once hijos venezolanos.
Presidente Chávez: Bueno tú eres venezolana, acuérdate que allá en Canarias nos llaman a nosotros la octava isla.
Francisca: Sí señor. Señor Presidente yo le admiro mucho.
Presidente Chávez: Y queremos mucho a Canarias.
Francisca: Y le pido al Señor que le dé fortaleza para llevar este país con todo lo mejor del mundo, porque yo quiero este país como si fuera mío.
Presidente Chávez: Amén, amén, y a ti también te deseo lo mejor y a tus hijos. Y cómo estás tú, Francisca.
Francisca: Gracias. Un abrazo, gracias Hugo. Mire.
Presidente Chávez: A ver dime.
Francisca: Resulta que yo tengo un hijo en Puerto Ordaz el cual está muy mal, me da mucho sentimiento porque me dice que está barbudo, flaco, éste es un muchacho que se metió en el Seminario y por cuenta de un problema que tuvo con un padre que era el director del Seminario, un problema que yo por la radio no lo puedo decir, no me lo dejaron inscribir más. El Arzobispo de Barcelona le negó su cupo y aquí en Caracas también, él está muy deprimido, él es un hombre donde todo Barcelona y Puerto La Cruz lo conoce como gran amante del Señor y colaborador y él quiere ser sacerdote, está en muy mala situación, yo quisiera por medio de usted cómo podría ayudármelo para que entre y termine su carrera.
Presidente Chávez: Ay mi amor. Bueno mira.
Presidente Chávez: Si Dios quiere y la Virgen.
Presidente Chávez: Tú sabes que en estas cosas de la Iglesia uno no puede meterse mucho, pero de todos modos como Dios es tan grande, aquí tengo yo al frente a monseñor López que es el obispo de Barinas, tampoco él podrá darnos una respuesta pero sí pudiera ayudarnos, ¿verdad Monseñor?, a averiguar, porque si el muchacho quiere ser sacerdote a ver qué problemita tuvo, no sé.
Obispo de Barinas: Sí. Sí señor Presidente, que me escriban si le parece, verdad, y me informe del caso y yo trataré de conversar con Monseñor Ortega o Monseñor Rodríguez para ver qué pasa y todo lo que se pueda hacer pues se hará.
Presidente Chávez: Bueno vamos a, yo voy a hacer lo siguiente Francisca, voy a pedirle a uno de los muchachos que trabaja conmigo a través del ministro Elías Jaua, que está aquí haciendo sus notas, te vamos a llamar para que tú nos hagas llegar un resumen del caso, yo le hago llegar una copia a monseñor López y podemos hacer algunas gestiones, verdad, a ver si se arregla el problema y el muchacho puede ser sacerdote. Yo en algunos casos del área militar, recuerdo que uno puede hacer gestiones, recuerdo el año pasado estaban unos muchachos que se fueron de baja de la Academia Militar a última hora porque creo que le rasparon una materia y ellos decían que fue que no tuvieron tiempo de estudiar porque los mandaron a hacer guardia en la noche y entonces los rasparon en la reparación y les dieron de baja; yo pues le pedí al general: mira vale estos muchachos quieren ser militares, tanto así que rompieron la barrera de seguridad del Presidente y se me tiró uno encima llorando y la mamá más atrás, mire; o sea tiene vocación, él quiere ser militar. Ahora, le rasparon un examen, le pedí al general que le dieran otro chance dado el furor de aquel muchacho y la cara que tenía y aquella fuerza que yo le vi y fíjate pasó la materia el muchacho y está allá; a lo mejor qué sé yo un problemita que se puede considerar si el muchacho tiene tanta fe y quiere ser sacerdote vamos a tratar, vamos a pedirle a Dios monseñor, verdad.
Obispo de Barinas: Así es, así es.
Presidente Chávez: Y vamos a hacer nosotros aquí lo que podamos hacer.
Obispo de Barinas: Lo que podamos hacer.
Presidente Chávez: Bueno Francisca, pero tú tenías otra cosa.
Francisca: Ajá, el otro problema tengo un caso en los tribunales de trabajo.
Presidente Chávez: De trabajo.
Francisca: Eso va para 5 años. Yo apelé a un tribunal superior y falló a mi favor, este expediente vuelve a bajar otra vez al juzgado de donde venía, allí veo que esto se me está demorando, o sea no veo que me ayuden pues porque ya hace cuatro años de ese expediente donde supuestamente.
Presidente Chávez: Y de qué. Oye Francisca y se puede saber, aunque sea de manera general, de qué se trata el caso.
Francisca: Yo estaba trabajando en una compañía y me operé y estuve cuatro meses muy grave, cuando regresé al trabajo me botaron y ellos dicen que yo no soy trabajadora de ellos; yo presenté todos mis recibos.
Presidente Chávez: Cuánto tiempo, cuánto tiempo trabajaste tú en la compañía.
Francisca: Seis años y cuatro años que llevo despedida son diez.
Presidente Chávez: ¿Y no te pagaron nada cuando te despidieron?
Francisca: Nada, yo tengo 65 años y ellos ahora lo que me quieren pagar son 350 mil bolívares por los diez años y yo no se los acepto señor Presidente.
Presidente Chávez: ¿Y tú tienes algún abogado que te esté ayudando, te esté asistiendo?
Presidente Chávez: Tengo un abogado del Ministerio Público, pero usted sabe cómo son las cosas doctor.
Presidente Chávez: Bueno mi vida, mira aquí yo tengo a mi lado a la ministra del Trabajo, Blancanieves Portocarrero, ella pudiera hacernos algún comentario y estoy seguro que ella mañana mismo te va a llamar y vamos a averiguar esto para ayudarte y buscarle solución a tu problema. A ver Blancanieves.
Blancanieves Portocarrero: Mira nos puedes hacer llegar al Ministerio del Trabajo el informe, lo que tengas, dónde está el expediente, quién lo tiene, es decir toda la información y nosotros inmediatamente activamos no solamente la Consultoría Jurídica sino que hablamos directamente al Tribunal o a la empresa donde tú trabajaste. Mándame esa información y ya nosotros nos ocuparemos de ese caso.
Presidente Chávez: Ajá, Francisca.
Francisca: Muchísimas gracias.
Presidente Chávez: Ajá, de todos modos mañana en la mañana va a ir un oficial de la Casa Militar a buscar esos documentos para llevarlos a la Ministra del Trabajo, ¿oíste? Ojalá te podamos ayudar.
Francisca: Como no. Un millón de gracias señor Presidente, un abrazo al doctor Rangel que lo aprecio mucho.
Presidente Chávez: Ah, José Vicente, aquí está, pero mira te va a saludar, ponle el micrófono.
Francisca: Que están luchando por una patria nueva que la necesitamos.
Presidente Chávez: Mira Francisca pero José Vicente te va a saludar, es que está aquí.
Francisca: Ah bueno, como no.
Presidente Chávez: Tú sabes que vino, anda muy elegante él, con una corbata amarilla, para ver, en honor a Zamora, amarilla; ah no, no es amarilla.
RR: Verde.
Presidente Chávez: De entrada es amarillo así. A ver.
José Vicente Rangel: Qué tal Francisca? Muy a tu orden.
Francisca: Bueno.
José Vicente Rangel: Supongo que no tienes ningún problema con Relaciones Exteriores, no.
Francisca: Si Dios quiere.
José Vicente Rangel: Pero si lo tienes estoy a tu orden también, sabes.
Presidente Chávez: Es canaria.
Francisca: No nunca, yo soy, dígale al señor José Vicente Rangel que yo fui la compatriota que le entregué su tarjetón del año cuando él fue el candidato para la Presidencia de la República.
José Vicente Rangel: Eso fue cuando la batalla de Santa Inés.
Presidente Chávez: Mira Francisca, te está hablando José Vicente, te está hablando José Vicente.
José Vicente Rangel: Muchas gracias Francisca, muchas gracias. Estamos a la orden, sabe.
Francisca: A la orden José Vicente, un abrazo.
José Vicente Rangel: Un abrazo pues, muchas gracias. Bueno.
Presidente Chávez: José Vicente fue candidato cuando el Mocho Hernández, candidato a la Presidencia; no, cuando yo era cadete ya fue candidato José Vicente Rangel, el año 73, 1973. Yo recuerdo, yo era cadete. Tú peleaste por esa candidatura y resulta que entonces viene el Pepe, el hijo de José Vicente, y se le ocurrió ingresar a la Academia Militar y quiso Dios que cayera en mi pelotón y cuando el primer día que entran los reclutas, yo los tengo ahí, me dieron como 20 nuevos; yo me sentía bueno, pero era el primer comando que, yo era brigadier, de 17, tenía 18 años, 18 y ya era comandante de pelotón. Y comienzo a leer la lista, Pérez Rafael –presente. Rangel José Vicente –dijo el nuevo ¡presente mi brigadier! Y yo por echarle broma le digo: ¿Usted será familia del comunista ese que es candidato? Y me dice el nuevito: Sí, ese es mi papá. Le tuve que llamarlo aparte después y pedirle disculpas, y después hicimos una bonita amistad y ahí fue que conocí yo a José Vicente, Anita, desde aquellos años de 1973, 74; además el nuevo José Vicente era muy bueno; él es compañero tuyo, ah claro, compañero de Wilfredo Silva, entraron ese año todos, y le sacábamos la chicha en el Polígono, y el nuevo José Vicente chico, tú te acuerdas que pegaba, se ganó el premio del tiro, de tiro de fusil, pegó más que los antiguos; entonces me llamó el capitán -¿te acuerdas Wilfredo?
Wilfredo Silva: El capitán comandante de la compañía era Rincón Romero, creo que... no, Andarcia Sandrea.
Presidente Chávez: Andarcia Sandrea claro, después llegó Lucas y Lucas respetó. Andarcia Sandrea me dijo: mire brigadier vigíleme al nuevo éste oyó, que ese es el hijo del comunista; que yo lo vigilara imagínate tú.
Wilfredo Silva: Uno no podía hablar de libros.
Presidente Chávez: Tú eras del pelotón mío.
Wilfredo Silva: Sí señor.
Presidente Chávez: Claro, Wilfredo era de mi pelotón; era José Vicente, ¿quiénes más eran los nuevos de mi pelotón?
Wilfredo Silva: Estaba, creo que estaba Buzón Ramírez.
Presidente Chávez: Buzón también era.
Wilfredo Silva: Pacheco Silva.
Presidente Chávez: Yo sí le saque la chicha a ustedes, no.
Wilfredo Silva: Bastante.
Presidente Chávez: Bueno ya hay generales de esa promoción.
Wilfredo Silva: Hay como cinco.
Presidente Chávez: Como cinco generales.
Wilfredo Silva: Sí señor.
Presidente Chávez: Salió bueno el pelotoncito, no.
Wilfredo Silva: Sí señor.
Presidente Chávez: Ahora y además un Alcalde tenemos, un Alcalde y un Presidente, del pelotón; ese pelotoncito salió más o menos. Mira, entonces yo recuerdo que me llamó, cuando el nuevo José Vicente que era primero en tiro, se ganó el premio, el que más pegó, Monseñor, no pelaba con el fusil, me llamó el capitán. Se da cuenta brigadier, este nuevo vino entrenado, ese estaba en la guerrilla, no pela.
Wilfredo Silva: Tirador experto de una vez.
Presidente Chávez: Tirador experto de una vez, la primera vez que fuimos al Polígono, resulta que es que él practicaba tiro ¿no era José Vicente?, por allá, no sé en donde, en un club que está, pero el capitán decía que era que estaba en la guerrilla.
Bueno, estamos terminando el programa porque dijimos que el programa hoy no era de la extensión normal dado que tenemos la sesión del ilustre Concejo Municipal del Municipio Barinas, aquí está el Alcalde y vamos a tener el discurso de orden, vamos a disfrutar seguramente de la palabra siempre orientadora, salida del fondo de esta sabana, de José León Tapia, el hombre de Maisanta, el hombre de Zamora; aquí está el escapulario José León, aquí lo cargo y no podemos quedarle mal a este escapulario que tiene más de cien años en batalla, no le entran las balas decía Maisanta; como tú bien sabes y tú lo recogiste, Maisanta, hay que tener cuidado con las que silban, ¿no es? Maisanta que son bastante. Aquí anda el escapulario de la Virgen del Socorro, la Virgen de Valencia.
Bueno vamos a disfrutar con el pueblo de Santa Inés en este corazón de sabana de Barinas, de Venezuela, este día que además, además es bueno recordar, importante recordar que hoy es día de la Fuerza Aérea Venezolana. Un día como hoy hace 80 años Juan Vicente Gómez fundó la Aviación Militar Venezolana. Allá nos están esperando los muchachos de la Fuerza Aérea hoy y debemos estar en Maracay a las 4 de la tarde, tenemos un acto y un desfile aéreo, con paracaidistas y todo. Allí vamos a estar presenciando el altísimo grado de moral, de mística, de disciplina, de eficiencia combativa de nuestra Fuerza Aérea, hoy en día de la Fuerza Aérea Venezolana es una de las Fuerzas Aéreas más avanzadas del continente en cuanto a moral, preparación, mística, poder de combate, para garantizar la soberanía en estos inmensos espacios venezolanos; así que desde aquí felicitamos al general Arturo García, general de división, estuvo con nosotros anoche pero se fue temprano hoy a chequear, a preparar sus actos, sus eventos y hoy estaremos con mucho gusto; felicito a tantos pilotos, con nosotros anda por allí un piloto de combate, el comandante bolivariano Luis Reyes Reyes, natural de estas sabanas y ahora gobernador del Estado Lara, felicitaciones a Luis y también hay que felicitar a William Fariñas, esos muchachos de la Fuerza Aérea y cuántos que anda por todos lados, los retirados, los activos; al general Arturo García nuestra solidaridad, nuestro agradecimiento y a todos los oficiales, generales, superiores, subalternos, los suboficiales, profesionales, los aerotécnicos, el personal civil, de apoyo de la gran Fuerza Aérea Venezolana, día de Santa Inés. Ah, otra cosa, se me olvidaba antes de irnos Teresita, un día como hoy Simón Bolívar lanzó su última proclama. Vamos a leerla chico porque esto es toda una pieza llena de amargura y que años después esa última proclama retoñó aquí en esta sabana, en Santa Inés y hoy sigue la última proclama de Bolívar llamándonos a los venezolanos, hoy sigue llamándonos la última proclama.
Dice así: El 10 de diciembre de 1830 en San Pedro Alejandrino, Bolívar estaba ya en brazos de la muerte. El lo sabía, aunque Bolívar siempre decía desde, Bolívar escribe, ahí las cartas, mi papá; yo a mi papá tengo tantas cosas que agradecerle, la primera y más grande bueno es que me trajo a la vida junto a mi madre por obra de Dios, verdad, y por el amor de ellos. Papá vendía carne en un burro negro por allá por Los Rastrojos y un día se trajo a mi madre en el anca del burro. ¿No fue así? Se la trajo, se casaron y empezaron a tener muchachos, seis muchachos tuvieron. Allí está, por ahí anda Adán, por allá veo a Aníbal, el Chibú; bueno allá están, seis muchachos y un bojote de nietos que tienen ya. Bueno –veinte nietos. Bueno y mi papá, maestro de escuela, nos hablaba mucho de Bolívar y tenía sus libros porque estudiaba mucho preparándose para ser maestro, hacía cursos todas las vacaciones allá en Los Dos Caminos, el Centro de Mejoramiento Profesional del Magisterio.
Bueno, entonces como papá nos enseñó esa historia, parte de esa historia, la última proclama de Bolívar fue hecha en ese año 30, que fue un año fatídico; mataron al Mariscal Sucre, lo mató la misma oligarquía de Bogotá, esa oligarquía venenosa que yo he denunciado en los últimos días, que ha saltado con su veneno histórico ahora contra mí y contra nosotros, pero no nos hace mella ese veneno, no nos afecta para nada, pero igual le respondemos como le hemos respondido, esa oligarquía que traicionó a Bolívar, lo mandó a matar en Bogotá, mandaron a matar a Bolívar, lo salvó Manuela Sáenz, la Libertadora de El Libertador, por un triz no matan a Bolívar, mataron a Fergusson, su edecán esa noche, escapó Bolívar por una ventana mientras Manuela defendía la puerta. Luego lo expulsaron, se tuvo que ir a morir a Santa Marta, mandaron a matar al Mariscal Sucre, el gran Mariscal de Ayacucho allá en la Selva de Berruecos, expulsaron, después que murió Bolívar, empezaron a perseguir a todos los bolivarianos, a Urdaneta, a Mariño, a Abreu e Lima, el brasileiro, lo expulsaron de la Nueva Granada, a Doña Manuela Sáenz la expulsaron hacia el Caribe y después volvió al Perú pero no la dejaban entrar a la Nueva Granada, a Don Simón Rodríguez lo echaban de todas partes, le decían el loco hasta que murió solo por allá y abandonado, así terminó aquella historia mientras los oligarcas se adueñaron de las tierras, del dinero, de las prebendas, y los bolivarianos fueron, bueno, asesinados, fusilados, perseguidos, expulsados, execrados. Lleno de esa tragedia fue que Bolívar escribió esta pieza de un moribundo, este fue un hombre ya entrando a la tumba, preparándose para entrar en la tumba, escribió esta proclama, con esta proclama terminamos el programa de hoy, llenos de optimismo, porque esta proclama de Bolívar está viva y Bolívar no murió en Santa Marta, Bolívar, como decía Neruda, despierta cada cien años cuando despierta el pueblo, y aquí está Bolívar y Zamora, despiertos hoy más que nunca en el corazón de la sabana venezolana. Desde aquí, con un gran optimismo y con la mayor de las voluntades y con una inmensa fe en el futuro de Venezuela, leemos la última proclama del Libertador, que es un llamado a la lucha, es un llamado a la batalla y es un llamado a la victoria: No podemos fallarle a nuestra historia y a nuestro pueblo.
“Colombianos, habéis presenciado mis esfuerzos para plantear la libertada donde reinaba antes la tiranía. He trabajado con desinterés, abandonando mi fortuna y aun mi tranquilidad. Me separé del mando cuando me persuadí que desconfiabais de mi desprendimiento; mis enemigos abusaron de vuestra credulidad y hoyaron lo que me es más sagrado: mi reputación y mi amor a la libertad. He sido víctima de mis perseguidores que me han conducido a las puertas del sepulcros. Yo, los perdono. Al desparecer de en medio de vosotros, mi cariño me dice que debo hacer la manifestación de mis últimos deseos. No aspiro a otra gloria que a la consolidación de Colombia. Todos debéis trabajar por el bien inestimable de la unión, los pueblos, obedeciendo al actual gobierno para libertarse de la anarquía, los ministros del santuario dirigiendo sus oraciones al cielo y los militares, empleando su espada en defender las garantías sociales.
Colombianos, mis últimos voto son por la felicidad de la patria. Si mi muerte contribuye para que cesen los partidos y se consolide la unión, yo bajaré tranquilo al sepulcro.
Bolívar hoy sigue clamando por la unión, por la consolidación de su sueño, por las garantías sociales, por la libertad, por la consolidación de esta patria. Hoy más que nunca está viva la última proclama del Libertador y está viva su herencia y está vivo su sueño. Que Dios, el Sagrado hacedor, el Eterno que está más allá de todo esto y más acá de todo esto, nos acompañe y nos dé fortaleza a los venezolanos de buena voluntad para que cada día estemos más cerca de la grandeza de Bolívar y de la grandeza de Zamora y de la grandeza de nuestro pueblo, un abrazo desde Santa Inés, desde las riberas del Santo Domingo, desde esta tierra de la libertad donde siguen ondeando las banderas de Zamora: “Tierras y hombres y libres, elecciones populares y horror a la oligarquía”, que viva Zamora y que viva Venezuela. Un abrazo para todos queridos amigos desde Santa Inés de Barinas.
Roberto Ruiz: Hasta aquí el Programa No. 54 de Aló Presidente, hoy desde Santa Inés de Barinas. Desde el Ministerio de la Secretaria de la Presidencia y el Circuito RNV agradecen a las treinta emisoras comerciales del país que amablemente se unieron a nuestra señal libre y gratuita.
Transcrip. FdeP-MRC (TvPrensa 2000, C.A.)